Despierta

ALfheim

(Narra Kev)

Ya perdí la cuenta de los días que llevo encerrado en este mundo de hadas. No es que me disguste, a fin de cuentas yo me ofrecí a participar cuando trabajadores de RECTO fueron a buscar voluntarios a la universidad. Al principio me pareció buena idea, pero ahora no estoy muy seguro, yo esperaba poder jugar o algo parecido, pero... realmente no hay mucho que hacer, solamente estoy junto con otros 3 chicos y una chica de la universidad. Por alguna razón no nos dejan abandonar este enorme árbol. Algunas veces, solo puedo tomar el arco y cazar las aves que merodean, pero para ser honesto, comienza a volverse aburrido.

El rey de las hadas, Oberon, el encargado del proyecto del otro lado, nos visita algunas veces, para ver cómo nos sentimos y que pensamos del juego, dice que pronto nos dejara bajar, pero por alguna razón siento que está mintiendo. No tenemos ninguna información extra del juego, realmente no sabemos qué hacemos aquí.

- ¿Puedo pasar? - se escuchó la voz de una chica detrás de mi justo después de un tintineo.

- Si - respondí al tiempo que daba la vuelta.

Una hada de cabello castaño y ojos azules que vestía con un top y una falda de color rosa pastel algo reveladora, y que detrás de ella resaltaban unas alas en forma de mariposa casi transparentes, apareció en mi habitación, una especie de jaula de pájaro. Ella es mi compañera de clase de la universidad, en este mundo su nombre es Emi.

- ¿Qué haces? - entro por la puerta de la jaula.

- No es que haya mucho que hacer - dije desanimado.

- Tienes razón - dijo después de soltar un suspiro.

- ¿Crees qué fue un error? - mi voz salió por si sola.

- No lo sé...

- Parece como si nos tuvieran prisioneros - susurré.

- Lo se - se estaba acercando cada vez más a mi - pero no me molesta - cuando estuvo a pocos centímetros de mi, coloco su mano derecha sobre mi pecho - puedo estar aquí contigo - se estaba acercando cada vez más a mi.

- ¡KEV! - Edel me salvó de nuevo.

Me hice a un lado.

- ¡VOY! - me apresure a correr hacia la puerta de aquella jaula que llamaba habitación - me tengo que ir - dije sin mirar atrás y seguí corriendo.

- Ya me debes varias - no muy lejos pude ver un hada de ojos verdes que lucía una playera roja con adornos blancos y un pantalón del mismo color con unas botas negras, cabello pelirrojo y alborotado, sus alas igual parecen de mariposa, de color negro casi transparentes, él es Edel, estaba sentado en una rama y se estaba riendo.

- Lo se - reí con él y me senté a su lado.

- ¿Por qué no la aceptas? - me miró algo sorprendido - ella es muy bonita...

- No creo que sea correcto.

- Pero aquí podemos hacer lo que queramos, hasta podrías... ya sabes - me miró con una sonrisa pícara - dijiste que no tenías novia.

- No me gusta - me apresuré a decir. Debía admitir que de verdad es bonita, nuestras apariencias no cambian mucho a la que tenemos en la vida real, probablemente solo cambien nuestras enormes orejas, pero... desde que entre aquí he tenido sueños bastante recurrentes, donde veo a una chica de cabello blanco y ojos bicolor bastante hermosos, uno azul y uno verde, en el sueño estoy paseando con ella en un bosque, siempre tomo su mano, después nos detenemos enfrente de un lago y beso sus labios.

- ¿Aún tienes esos sueños? - solo me limité a asentir - Deberías decirle a Oberon.

- No confío en él - dije en voz baja.