Continuación de: Otra historia (SAO)
Varios jugadores de SAO lograron regresar sin ninguna dificultad al otro lado, pero... Otros no despertaron por razones desconocidas.
Confusión, felicidad, angustia, preocupación, encuentros, remordimiento, amor...
La actitud de Kougami cambio un poco, ahora parecía más un sargento.
Mikoto lucía molesto por alguna razón, pero no nos dijo nada.
Entramos detrás de Kougami a una habitación bastante amplia. Nos acomodamos de manera que quedáramos frente a Kougami y Mikoto.
- Hemos estado experimentado un poco con Mikoto sobre su desempeño físico, tal parece que lo que hacían en el juego lo pueden hacer aquí...
- ¿A qué te refieres? - intervino Nagi.
- Si ustedes no sabían usar una espada antes del juego ahora ya lo saben. Esto se debe a que su mente se acostumbro a realizar varias cosas dentro del juego y ahora esas cosas las pueden realizar aquí gracias a eso.
Por más loco que sonara parecía genial, pero era un poco extraño, ya que en SAO no podías hacer lo mismo que hacías aquí, el mismo sistema te limitaba, pero en este mundo no hay sistema que te límite.
- Uno por uno me enfrentara.
¿Enfrentarlo? Eso nos ponía en una gran desventaja, ya que no hemos recuperado por completo nuestra fuerza y él de seguro se ejercita todos los días.
- ¿Quién quiere comenzar?
Todos tenían expresión de preocupación y confusión en sus rostros, podía entender la razón, pero...
-Yo - dije al tiempo que daba un paso al frente.
- ¿Estás segura? - Fushimi me miró preocupado. Yo solo asentí y le sonreí, aún me dolía el labio.
- Muy bien, párate enfrente de mi.
Caminé justo enfrente de él, Mikoto se hizo a un lado y se dirigió hacia donde estaban los demás.
Observé por un momento a Kougami, parecía estar preocupado por alguna razón, pero... ¿Por qué? Mire su oreja, tenía una especie de micrófono que apenas podía notarse. Probablemente estén viendo este entrenamiento desde algún lugar sus superiores, deben tener sus dudas sobre admitirnos.
- A tu alrededor hay algunas armas que puedes usar si lo deseas, no te límites al combate cuerpo a cuerpo - mire a mi alrededor, no pude identificar todas las armas, solo algunas espadas especiales que se usan en los combates de Kendo, floretes, sables y pistolas. ¿Pistolas? ¿Esperan que sepamos usar eso? - ¿Estás lista? - me preguntó mientras se ponía en guardia.
Adopte la posición de guardia que Mikoto me había enseñado en SAO. Me sentía un poco nerviosa, no tenía la suficiente fuerza para ganarle.
"Siempre puedes compensar tu falta de fuerza con agilidad". Eso fue lo que me dijo Shima cuando estaba comenzando a entrenarme.
Puedo hacerlo, solo tengo que concentrarme e investigar cuáles son los movimientos de mi enemigo.
Observé su posición de defensa, cubría demasiado su cara y olvidaba por completo el resto de su cuerpo. Probablemente sí lanzó algunos golpes para distraerlo podré ir por una espada, para empezar estaría bien un florete, es ligero y fácil de manejar.
Dude un poco en lanzar el primer ataque, así que él lo hizo sin titubear. Apenas pude hacerme a un lado, su golpe lo había lanzado con fuerza, probablemente si no lo hubiera logrado esquivar estaría en el suelo ahora mismo.
- ¡Vamos! - dijo quitando su defensa - ¡Atacame!
Esa era mi oportunidad. Brinque un poco intentando decidirme, luego lance una patada a la altura de su hombro, pudo bloquearla bien, pero cometió un error, cerró los ojos, en cuanto se enderezó lance mi puño contra su rostro y logré hacer que perdiera su equilibrio por un momento.
Corrí hasta el florete más cercano y lo tome, luego regresé la mirada hacia él, aún estaba luchando por mantener el equilibrio.
Tome el florete de al lado y se lo lance.
- ¿Por qué lo haces? - grito Haru extrañada.
- No voy a luchar con alguien desarmado - respondí.
Arami tenía la ventaja por el momento, creo que cometió un error al darle un arma a Kougami, pero así a sido siempre, en SAO nunca atacó con un arma a alguien que no tuviera una espada para defenderse, cuando peleaba con alguien desarmado ella no ocupaba su espada.
Kougami logro recuperar su equilibrio y tomo el florete que le lanzó Arami.
- ¿Tan confiada estás? - Kougami se dirigió a Arami mientras separaba sus pies y colocaba su mano libre en su espalda.
Arami también se colocó en su posición de ataque, por un momento la visualice como en SAO, con su traje "Salvación" y su cabello suelto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kougami la miro extrañado, supongo que es una pose un poco extraña para usar una espada de esgrima. No sabía que estaba a punto de enfrentarse a Feu noir.
Recuerdo que Nagi una vez me dijo que ella era más fuerte que él, supongo que tiene lógica, ya que recibió el entrenamiento más duro, uno que le dieron los fundadores del gremio.
Arami cerro sus ojos y respiro hondo. En cuanto abrió los ojos salió disparada hacia Kougami, él logro detener su espada con la suya y la aventó en un movimiento hacia atrás. Ambos blandian sus espadas con agilidad, en este momento no sabría decir quién tiene la ventaja. Entre empujones y espadasos ambos comenzaron a cansarse. Los movimientos de Kougami se volvieron un poco más lentos, Arami lo noto y decidió dar el golpe final.
Con un movimiento ágil logro que la punta del florete tocará el pecho de Kougami.
- ¡Muy bien! - un chico de cabello oscuro que vestía con gabardina café claro y pantalones color beige salió aplaudiendo de una puerta que ni siquiera había notado.
Arami se notaba algo sorprendida.
- Me sorprende que la hija de mi querido primo sea tan hábil.
¿Primo? Eso quiere decir que es su tío. ¿Su padre está al tanto de todo?
Se acercó poco a poco a Arami y la barrio con la mirada.
- Has crecido bastante... ¿Cuánto tiene que no nos vemos? - tomo un mechón de cabello y jugó con el.
Sentí un impulso de ira dentro de mi. Todos miraban la escena sorprendidos.
Siguió caminando alrededor de ella y cuando estuvo frente a ella tomo su barbilla haciendo que levantara su rostro y lo mirará.
Por impulso tome la espada que estaba detrás de mi y la apunte hacia aquel hombre.
- Alejate de ella - dije mientras le apuntaba con aquella pesada espada.
El hombre volteó hacia mi y comenzó a reír.
- ¿Crees tener las agallas para usar esa arma en este mundo?...