Despierta

Tratando de entender

El beso fue un poco corto, pero dulce. Con la punta de mis dedos toque mis labios cuando nos separamos.

”Mi primer beso en el mundo real"

-Así debió ser el primer beso - susurro y luego me abrazo.

Oculte mi rostro en su pecho, debía estar muy sonrojada. Me safe de él al recordar que la estufa seguía encendida, di un pequeño giro y la apague.

-Por poco se quema - susurre aliviada.

Fushimi me abrazo de nuevo por detrás. Sonreí... ¿Estaba feliz por aquel beso?

- Huele delicioso - dijo al soltarme y me pasó dos platos extendidos. - ¿Qué es?

Él estaba actuando con naturalidad y con confianza, será mejor que haga lo mismo hasta que descubra lo que acaba de pasar y piense como me siento al respecto.

- Alambre - dije al servir un plato.

-¿Alambre?... Nunca lo había escuchado - río un poco.

- Es de México - comencé - mi padre lo aprendió a cocinar cuando fue a México a estudiar por un tiempo.

- Tus padres son muy interesantes - dijo sin dejar de mirar el plato.

- Tienen su historia - dije sin más - si te gusta puedo enseñarte a hacerlo después.

Puse los dos platos en la barra y me senté frente a Fushimi.

- A comer - dijimos antes de dar el primer bocado.

- ¡Esta delicioso! - dijo Fushimi emocionado.

- Gracias - le sonreí - por cierto, mi mamá llamo, pidió que la disculpes por no poderte verte hoy.

- No importa - siguió comiendo, parece que de verdad le gusto.

- Tengo que ir a ver a mi abuelo - dije con voz un poco desanimada. No me desagradaba la idea, es solo que no lo conocía.

- ¿Quieres que te acompañe? - Fushimi coloco su mano sobre el dorso de mi mano.

- No, no tardaré. Si quieres puedes quedarte - tome el aro donde estaba el juego de llaves del departamento y saque una de estas, luego se la entregué.

Fushimi observó la llave dudoso, luego se limitó a sacar las suyas y entregarme una llave similar a la que le acababa de entregar.

- Intercambiemos - me sonrió.

- Esta bien - le respondí y tome la llave, la metí en el mismo aro que la mía.
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Termine de comer y me puse de pie de un salto, Fushimi seguía saboreando el poco alambre que quedaba en su plato.

- Iré a cambiarme. Puedes servirte jugó o café o té - dije señalando el refri y los estantes.

- Gracias, yo recojo la mesa.

- Gracias.

Subí las escaleras lo más rápido que pude. Eso había sido algo un poco extraño, fue como si... vi__viviéramos juntos. Sacudí mi cabeza y corri a la puerta de mi habitación.

Al entrar a mi habitación, me dirigí directo a la puerta corrediza del closet. Busque una blusa blanca de manga larga con botones y unos Jens obscuros. Si llevará una falda y un chaleco se parecería bastante al traje "Domadora" de SAO.

Me cambié la ropa y me dirigí al espejo de cuerpo completo, me amarre el cabello en una coleta y me puse un poco de brillo en los labios.

Tome el casco en forma de gato de la mesa y salí de mi habitación. Baje despacio las escaleras y mire a mi alrededor buscándolo. Mi vista se detuvo en el sofá, ahí estaba él. Fushimi estaba sentado en la sala viendo a la nada y con las mejillas sonrojadas.

Me acerque a dónde estaba y me pare frente a él.

- Nos vemos en el entrenamiento - le dije sonriente.

- Si - su mirada se llenó de brillo.

Caminé a la puerta principal, deje el casco en el piso, me quite las pantuflas y las coloque en su lugar. Tomé mis tenis y abroche las agujetas después de ponermelos. Al salir de la habitación me sentí extraña.

Cerré los ojos y respire profundo, en ese momento el rostro de Yato sonriéndome apareció en mi mente. Lo que estaba haciendo estaba mal, no podía estar con Fushimi mientras Yato está en el hospital sin poder despertar.

Sacudí mi cabeza de nuevo, cerré la puerta del departamento y corrí hacia el ascensor. Cuando esté abrió sus puertas de par en par, entre y presione el botón del sótano, este comenzó a descender.

Cuando llegue al sótano corrí hacia donde estaba una moto Yamaha blanca con rojo vivo, la observé por un momento sin creerlo, cuando le pedía a mis padres que me obsequiarán una moto siempre respondían con un rotundo no.

Me coloque el casco y subí en ella, parecía ser más pesada que la de Fushimi, coloque mi dedo índice en un circulo, donde se supone debería colocar la llave, el motor rugió imponente. Sentí como un hormigueo recorría todo mi cuerpo, coloque mis manos en el manubrio y sin dudar aceleré...

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(Narra Fushimi)

Lo hice, logré besarla, pero... de los nervios no pude decir nada y trate de actuar normal.

No podía dejar de morder mis labios, aún sentía los suyos sobre los míos.

¿Esto podría afectar nuestra relación?

Sé que si Yato regresa se olvidará de mi, pero...

De verdad estoy loco, ni siquiera se lo que piensa de mi. Ella dijo que sentía algo por mi y lograba confundirla, pero... ¿En qué sentido?

Tal vez sería mejor que deje que ella de el siguiente paso y tratar de no presionarla, si ella no hace nada entenderé que no quiere nada conmigo.

Toc toc. Se escuchó que alguien tocaba la puerta de su departamento. ¿Quién podrá ser? Me pare de aquel sofá y me dirigí a la puerta. Mire por el agujero de esta, eran Misaki y Ren.

Abrí la puerta sin dudarlo. Ellos me miraron sorprendidos.

-Amm veníamos a ver a Izumi - dijo Misaki sorprendido.

-Ella ya se fue - dije sin más mientras cerraba la puerta dejándonos afuera.

Caminé a la puerta de mi departamento y entramos a este después de que abrí la puerta con mi mano temblorosa.

-¿Sucedió algo anoche? - pregunto Ren un poco extraño.

-Solo vimos una película.

-¿Toda la noche?

-Luego dormimos.

Ren y Misaki se voltearon a ver y rieron a carcajadas. Yo solo los mire un poco extrañado.

-¿Dónde la conociste? - pregunto Ren cuando terminaron de reír.

-En SAO.

-¡¿EN SERIO?!- ambos parecían bastante sorprendidos.

-Era mi líder de grupo y la Sub-líder del gremio.

-Que suertudo, encontrar a una chica así que juega y que alcanzó un buen rango - Misaki parecía ilusionado.

-¿Y cuando comenzó a gustarte? - Ren siempre a sido muy curioso, cuando algo nuevo sucedía hacia como una clase de interrogatorio, y yo no tenía por qué ocultarselos.

- Desde la primera vez que la ví - dije en un suspiro recordando cómo se veía Arami aquel día, cuando tocó el piano enfrente de los miembros del gremio.

-¿Y qué esperas?

- Tiene su historia - fruncí un poco mi entrecejo.

Ambos tomaron asiento en el sofá y se pusieron cómodos.

-Tenemos tiempo - Misaki parecía bastante interesado.

Me senté frente a ellos, en un sofá individual, si no les cuento ahora no dejarán de preguntar después.

-Pues verán ...