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(Narra Fushimi)

- Vamos a explorar - Arami me dedico una sonrisa cálida.

- Vamos - dije mientras nos poníamos de pie.

A pesar de estar en el mismo edificio la estructura de su departamento es distinta. Tenía varias habitaciones, entramos a la que se encuentra a la izquierda, del lado contrario del ventanal.

La seguí a un cuarto sin puerta. Sentí una sensación familiar al entrar y llegar al centro de este. Era muy parecido al cuarto de música que habíamos tenido en Selmburg.

Lo primero que llamó mi atención fue un piano de madera oscura que brillaba con la luz de la lámpara. Frente a este, en los costados hay dos guitarras, una acústica de color claro y una eléctrica café con bordes negros. Justo en el centro de la habitación se encuentra un enorme banco rojo y redondo que parecía acolchonado con varios discos de vinil junto y sobre el.

Arami camino hacia el piano, sus dedos rodaron con delicadeza sobre aquella bella madera hasta que llegó a la primera tecla y se sentó en el pequeño banco que hacía juego con el piano

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Arami camino hacia el piano, sus dedos rodaron con delicadeza sobre aquella bella madera hasta que llegó a la primera tecla y se sentó en el pequeño banco que hacía juego con el piano.

Comenzó a cantar, de verdad tenía una hermosa voz, suave y relajante. Luego siguió con el piano.

Esa canción... Es la que tocamos el día que llegamos a Selmburg.

Tome asiento en el enorme cojín y tome la guitarra acústica, seguí el ritmo de la canción original y la acompañe. Sin darme cuenta comencé a cantar con ella. Me sentía feliz.

En mi mente paso el momento de su boda, su corazón le pertenece a alguien más, probablemente cuando esa persona regresé ella pasará más tiempo con él que conmigo.

Comencé a bajar el ritmo de la canción, ella lo noto y dejó de cantar y tocar.

-¿Pasa algo? - pregunto mientras se paraba del piano y se sentaba a mi lado.

Voltee a mirarla, de verdad me atrae esta chica, la amo como no tiene idea. Me miraba preocupada. Quiero decirle lo que siento...

-Pues...

Toc toc. Se escuchó que alguien golpeaba la puerta.

Arami desvío la mirada, parecía pensativa.

-¿Quién podrá ser? - pregunto al viento.

-Yo iré a ver - me pare de un salto de aquel enorme banco, que de verdad es suave, y camine lo más rápido que pude hasta llegar a la puerta y la abrí.

-Oh! Hola Saruhiko - un chico alto de tez clara con cabello lacio y castaño apareció en mi visión en cuanto abrí la puerta.

-Oh! Hola Saruhiko - un chico alto de tez clara con cabello lacio y castaño apareció en mi visión en cuanto abrí la puerta

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