(Narra Aioria)
Yurui me estaba apuntando con una pequeña pistola, podía sentir lo fría que estaba.
- ¿En serio creías que te ayudaría? - dijo serio - sí te mato ahora recibiré una gran cantidad de dinero.
Entiendo que fui un idiota al creer en él, después de todo a él siempre le ha importado ganar.
- Te veo del o...
Una bala atravesó su hombro derecho haciendo que se apartará de enfrente de mi.
- ¿Qué fue eso? - se notaba ahora bastante alterado. Comenzó a buscar con la mirada la dirección de donde había venido la bala.
Esta puede ser mi oportunidad para huir, pero... Mis piernas no me responden.
Yurui fijo la vista en un camión que se encontraba cerca de nosotros.
- Ahí debe estar el maldito - dijo entre dientes.
Y al parecer tenía razón, de la nada una lluvia de balas comenzó a caer sobre él haciendo que la arena se levantará y provocará una enorme nube de tierra. Escuché como Yurui tosía. Mi visión ahora estaba limitada, solo podía ver su sombra.
La nube de tierra comenzó a dispersarse un poco, podía ver cómo Yurui se descubría la boca. Pero... Detrás de él había una sombra más que aún no podía distinguir.
Vi cómo esa sombra tomaba lo que parecía ser una espada de su cintura y la apuntaba hacia Yurui.
- Que cobarde eres - se escucho una voz femenina.
Yurui puso en su rostro una expresión de miedo, soltó la pistola y, al mismo tiempo, la chica le enterró la espada en el pecho y partió a Yurui a la mitad en un instante.
Ahora podía ver claramente a la chica, está vestía con un uniforme escolar blanco y naranja, su boca y su nariz las tiene cubiertas con una máscara de gas y su pelo lacio de color negro caía a lo largo de su espalda y se movía con el viento.
Ella volteó a mirarme, seguía sin poder moverme, a pesar de que estoy consciente de que es un juego, estaba paralizado de miedo.
La chica comenzó a caminar hacia mí y saco de una funda que se posaba en su cintura, una pistola bastante llamativa, parecía la cabeza de un dragón. Apuntó hacia mí cara, parecía dudosa.
- No puedo hacerlo - dijo en un susurro apenas audible y bajo el arma.
Por una parte me sentí aliviado, ella me salvó, pero comencé a sentir intriga. ¿Por qué me salvó? ¿Por qué no disparó? En este mundo donde matar es lo primordial.
Tampoco es que sepa mucho de este juego, solo tengo unas semanas de haber comenzado a jugar, lo mío son las espadas, decidí entrar a este juego por qué me dijeron que pagaban dinero real, me pareció una buena opción en vez de buscar un trabajo de medio tiempo, y Yurui era algo así como mi mentor, él me animo a jugar, pero hoy se comportó como una persona completamente diferente.
La chica se dió la vuelta con la cabeza baja y comenzó a caminar, haciendo como si yo no estuviera aquí.
- ¡Espera! - dije casi gritando para detenerla. Ella se paró en seco, pero no volteo a mirarme. - Gracias - dije, después de todo salvó mi vida en ese momento.
- No tienes por qué agradecer - dijo aún sin voltear. - Ten cuidado, si te paralizas perderás fácilmente - ¿Ahora me está aconsejando? ¿Tan patético me vi?
- ¿Por qué lo mataste a él y no me matas a mi? - de verdad me intriga saber la razón.
Colocó una mano en su nuca, con la otra se quitó la máscara de gas y volteo a verme con una amplia sonrisa.
- Me recordaste a mi hermano menor - dijo apenada.
Me sorprendió bastante la razón, esperaba cualquier respuesta menos esa. En parte me sentí ofendido. ¿Esta jugando conmigo? Comenzaba a llenarme de irá.
- ¡ME NIEGO! - grité furioso - Pelea conmigo o te perseguire hasta matarte.
La chica de inmediato cambió su expresión y se puso sería.
- Si así lo deseas - incluso su tono de voz cambio - caminemos 15 pasos hacia atrás, yo ocuparé la espada con la que mate a tu amigo, si me demuestras que tus balas son más rápidas que mi espada, te daré todo lo que tengo y no me resistiré, podrás matarme sin problema. - Parecía estar muy segura de si misma, se veía bastante confiada.
- ACEPTO - tomé con fuerza el arma y ambos comenzamos a caminar hacia tras.
1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7 - 8 - 9 - 10 - 11 - 12 - 13 - 14 - 15
En cuanto caminé los 15 paso, me di la vuelta y apunté con mi arma, comencé a disparar. La chica era bastante rápida, eso explica por qué ni Yurui ni yo pudimos ver cuándo se acercó. Sin ningún problema pudo esquivar algunas de mis balas, pero lo que más me sorprendió fue que, con aquella espada, bloqueaba algunas de mis balas, haciendo que estás pasarán a sus lados o rebotaran hacia otra dirección.
- No puede ser - mi pistola se había quedado sin balas y ella se acercaba a gran velocidad hacia mi.
Perdí. La chica estaba lo suficientemente cerca de mi, era imposible que lograra recargar la pistola.
Ella se abalanzó sobre mí y puso la punta de su espada en mi cuello. Por un momento me miro dudosa. Luego se apartó sin más.
De nuevo parecía que estaba perdonando mi vida. Soltó su espada y se sentó a mi lado.
- ¿Cómo lo hiciste? - me apresure a preguntar.
Volteo a verme con una mirada perdida. Parecía tener miedo de algo, pero... ¿Por qué? Parece ser una jugadora bastante fuerte.
- Eres fuerte. ¿Por qué parece que tienes miedo?
- Esto no es fuerza, es solo habilidad. - Respondió después de un breve silencio, parecía como si estuviera soportando algo. Notó mi expresión confundida y apartó la mirada. - Déjame preguntarte algo... Si la bala de esa arma - dijo señalando mi pistola - matará realmente al jugador en el mundo real... pero... si no lo matas, tú o alguien importante para ti, será asesinado... ¿¡Tu... apretarías el gatillo si eso pudiera suceder!?
-¡...!
Sentí como mis ojos se abrieron de la nada, a pesar de que no entendí muy bien su pregunta hizo que mi corazón se acelerara. ¿Quiere decir... matar en la vida real si matas en el juego?
- Perdiste - dijo cambiando un poco su tono de voz, ahora sonaba algo animada. - No te mataré, pero no me haría mal formar una alianza - volteo y me sonrió.
- ¡¿UNA ALIANZA!?...

ESTÁS LEYENDO
Despierta
Fiksyen PeminatContinuación de: Otra historia (SAO) Varios jugadores de SAO lograron regresar sin ninguna dificultad al otro lado, pero... Otros no despertaron por razones desconocidas. Confusión, felicidad, angustia, preocupación, encuentros, remordimiento, amor...