Cabos

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(Kev)

Ella corrió hacia mi y me abrazó. No pude evitar responder a aquel cálido abrazo.

Dijo que estaba buscando a Yato, así solía decirme mi madre... ¿Cómo lo sabe?

- Tenía miedo de no volverte a ver - por el tono de su voz deduje que está llorando.

La abracé con más fuerza, sentía una sensación bastante familiar.

Después de un rato nos separamos. La observe detenidamente. Su cabello es largo y blanco, su tes es clara y resaltan sus ojos azules. Su ropa se veía distinta a la que solemos usar, y no tiene alas en su espalda.

Siento como mi corazón se acelera. A mi mente vino aquella chica de mi sueño.

- ¿Cuál es tu nombre? - me atreví a preguntar.

La expresión de la chica cambio drásticamente de una alegre a una de preocupación.

- ¿No sabes quién soy? - preguntó.

Negué con la cabeza. Su rostro ahora parecía triste.

- ¿Que sucede con este mundo? - susurró y comenzó a caminar hacia atrás, tomé su muñeca y la detuve.

Agache un poco la mirada, ella se acercó de nuevo a mi y coloco su mano derecha en mi nuca e hizo que me agachara, cerro sus ojos y juntó sus labios con los míos.

Un beso cálido nos unió, una sensación de felicidad me inundó.

La tome por la cintura y la acerque aun más a mi.

Sé que conozco a esta chica, pero... ¿Dónde? ¿Dónde la conocí?

Con mi mano libre tomé su mejilla y nos separamos.

- ¿Arami? - pregunté en un susurro, en mi mente solo estaba aquella chica de mis sueños.

Ella asintió.

- ¿De verdad me recuerdas? - preguntó con voz temblorosa.

Volví a negar con la cabeza apenado.

- Desde que entre a este mundo he soñado contigo, tienes otra apariencia, pero algo me dice que eres tú - respondí.

Note que presionaba sus puños con fuerza.

- No me rendiré - dijo segura. Comenzaron a escucharse pasos acercándose - Te sacaré de aquí - dijo antes de salir corriendo de la jaula.

- Espera - intenté alcanzarla, pero me fue inútil, de su espalda salieron unas pequeñas alas transparentes de color azul, que parecían de insecto, y se elevó, alejándose a una gran velocidad.

Quería alcanzarla, pero mis alas son inútiles, no sirven para volar, no son más que simples adornos.

Note que detrás de ella iba otra hada, parecía intentar alcanzarla.

- Escaparon - Edel apareció a mi lado mientras veía la misma escena que yo - ¿Te hicieron algo? - note la preocupación de su voz.

- No - me apresure a negar y lo voltee a ver.

- Entonces ... - me miraba extrañado - ¿Por qué lloras?

No lo había notado, limpie mis lágrimas con la manga de la túnica y me incorpore.

- Tengo que contarte algo - dije por fin.

- Será en otro momento - Edel susurro al tiempo que bajo la cabeza y dió media vuelta.

- ¿A dónde fueron? - la voz penetrante de Oberon sonó detrás de mi, es más que obvio que está molesto.

Me di la vuelta e imite a Edel.

- Escaparon - informo Edel - por alguna razón ellos pueden usar sus alas.

- Imposible - Oberon parecía sorprendido. Este es su mundo, como es que no sabe nada de esas hadas - está noche todos estarán de guardia - ordenó - avisen al resto... Me desconéctare.

- ¡SI SEÑOR! - respondimos al unison.

Algo extraño está pasando, tengo que descubrir que es... tengo que encontrar la manera de bajar de este árbol.

DespiertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora