Cap. 2: La casita en un encantador bosque. ¡Delivery!

1K 39 0
                                    

(Aclaración: No sé si en todos los lugares donde lean esto conocen esta palabra, pero aquí le decimos "Delivery" a la entrega a domicilio de la comida que se encarga afuera)

Punto de vista de Cristiana.

Punto de vista de Cristiana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No debo hacer esto. No puedo torturar  a mi hijo de esta forma. Pero es que es tan joven aún para cambiarle la dieta. Y no puede acercarse a los humanos, por su empatía. No hay caso. Necesitamos un coto de caza más grande. Con caza mayor. Sí. Ya es tiempo. Hablaré con Vince y con los niños. Quizás algo en el sur. Algún lugar no tan civilizado. Más allá del Ecuador. Tiziano puede quedarse sí así lo desea. Su relación con Vince está tan estancada como nuestra propia existencia. Carla también puede quedarse, pero conociéndola como la conozco, estoy segura que nos seguirá a dónde fuéramos...

¿Qué es...? ¡Oh, no! ¿Qué hacen aquí? Saben que esta es un área protegida y no deben invadirla. Ya le he advertido a Vince que cerquemos con alambre. Incluso con paredones, de ser necesario...

Allí están. ¡Es apenas una niña! ¿Qué hace aquí? ¿Estará perdida? Oscar está demasiado cerca para mi gusto.

-No hagas eso. -escucho su voz enfadada.

-Oscar.

Sé que lo llamé con desesperación, pero aún tiene sus colmillos expuestos.

-Mamá, no puedo entrar en su mente. - dice mi hijo a través de nuestro canal privado, mente a mente.

-¿Cómo que no puedes?

-No puedo. Y no tiene miedo de mí.  

No había apartado mis ojos del rostro de la niña. Sé que es de mala educación hacerlo, quedarse mirando fijamente, pero me ha parecido que seguía nuestra conversación. Y su mente está completamente cerrada a mi escrutinio...

-No haga eso, por favor. -se acaricia la sien.- Me molesta bastante.

-Lo siento...

-Tal vez suene raro, pero ¿esto es un sueño?

Bien, sería una explicación lógica, pero si no puedo manipular su mente, difícilmente podré borronearle la memoria.

-No, querida. Esto no es un sueño. Mi nombre es Cristiana, y este querubín es Oscar, mi hijo.

Ella toma mi mano para saludarme. No es muy alta y su apretón es agradable. No posee  un aspecto vulgar, pero se nota que no tiene en cuenta su imagen.

-Mucho gusto. Soy Gema. ¿Estoy en su propiedad? 

-De hecho, sí.

-Bueno, si me indica dónde está el camino estatal, los dejaré en paz. Realmente estoy algo desorientada.

Su tono de voz es suave, y está muy bien educada. Se mueve con naturalidad entre nosotros.

-No dejes que se vaya, mamá. Ella está enojada y muy triste. 

Gema. Primer libro: Guardiana.(Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora