Punto de vista de Gema.
¡No le puedo decir nada! No, peor aún, ¡no puedo ocultarle nada!
Me he vuelto loca. Definitivamente. Quién iba a decir que de mi vida gris y monótona, pasara a encontrarme con una familia de vampiros, que viven como cualquier vecino al sol, en una hermosa casa con un colorido jardín lleno de flores... Es como un extraño palacete metido en medio del bosque, más que una casa de campo. ¿Qué más? Ah, sí. Estoy unida a un viejo vampiro que oculta sus sentimientos a mí. Y no olvidemos que soy como una vaca sangrante de un niño vampiro. Bueno, al menos soy buena para algo.
Debería salir corriendo de aquí. Huir. ¿Pero a dónde iría? ¡Por todos los cielos! ¡Estamos hablando de vampiros! ¡Seres de cuentos de terror! Ellos no dejarían que yo fuera por el mundo divulgando su "pequeño" secreto, ¿no? Vampiros que podrían matarme en un segundo. ¿Podrían? Anoche luché contra uno. ¡Yo! ¡Contra un vampiro! ¿Cómo? ¿Quién soy? ¿Qué soy? ¿Y por qué me torturan con su escrutiño mental?
-No sabes lo molesto que es esto. -le dije sabiendo que me escuchaba aunque no yo no lo viera. -Así es como empieza mi dolor de cabeza.
-Discúlpame. Tenía que probar. -el tal Billy se sentó junto a mí en la pérgola. -No podía creer que nadie pudiera penetrar tu mente o manipular tu voluntad.
-Explícame por qué es tan importante eso.
-En realidad, es genético. Antes debíamos conocer a la persona, ganarnos su confianza, para que nos entregara su sangre libremente. Se dice que una mordida es dolorosa y sangrante cuando la víctima está tensa. A algunos les gusta eso, obtienen más sangre y finalmente la muerte de la víctima. En fin, gustos son gustos. Entonces, con el tiempo, aprendimos a manipular la voluntad y borrar la memoria. También aprendimos a implantar recuerdos.
-¿Aún lo siguen haciendo?
-No. La mayoría bebemos de sangre envasada.
-¿De un banco de sangre humano?
-Sí. Un laboratorio europeo tiene el monopolio. Sangre cien por ciento libre de toxinas.
-¿Toxinas?
-El sabor se altera con las drogas, el alcohol y las enfermedades de la sangre. Aunque no nos afectan en nada.
-Vaya...
Demasiada información para procesarla.
-¿Qué edad cumples, Gema?
-Dieciocho.
-¿Sabes una cosa? Eres la primera adolescente que no he visto sonreir en todo el tiempo que te conozco.
-Bueno, imagina que el mundo que conoces es solo una fachada que oculta otra realidad. Algo que los humanos no deberíamos ver o conocer.
-Como "Matrix".
-Más bien, "Alicia en el país de los vampiros".
Billy lanzó una carcajada sonora y fresca, como él mismo, asemejándose más a un humano. Era increíble que tuviera a un muerto sentado a mi lado.
-¿Estás muerto, Billy?
-¿Te parezco muerto? No estamos muertos. Técnicamente. Estamos suspendidos en el tiempo. Eso de que somos muertos vivos es puro cuento. -volvía a sonreír. -Y hablando de cuentos, ¿a quién interpreto en el tuyo? ¿Al conejo blanco?
-No. Al Sombrerero Loco.
Volvió a reir.
-¿Y Tiziano? A él lo veo más como el Sombrerero Loco.
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