Noche del tercer día después del desembarco
Arco en mano, Intre miró firmemente a la bestia a pocos metros de ella. Luego de correr, tropezar y caer por una ladera en una noche iluminada, había por fin logrado acorralar al zorro y este, en vez de intentar trepar por un monte, dio media vuelta para enfrentarla.
-¡Mi señora de Alquist! – escuchaba a alguien llamarla a la distancia. Intre intentaba no distraerse. Tensó la flecha y controló su respiración. Comenzó a contar... Tres... Dos...
En ese momento, escuchó una ruidosa explosión, que interrumpió su concentración justo antes de soltar su flecha. Pero la confusión le duró poco. Por más que estaba atónita, Intre escuchó el quejido del zorro. Su flecha lo había alcanzado y ahora, herido, intentaba alejarse.
-Por el creador... ¡Mi señora de Alquist! ¡Intre! ¡Responda!
Intre ignoró la voz, desenvainó un puñal y comenzó a seguir la estela de sangre dejada por el animal. La oscuridad no le permitía distinguir bien hacia dónde se estaba dirigiendo la bestia, y esta aún podía moverse con agilidad entre la accidentada geografía que rodeaba Segundo Desembarco. La persecución la había alejado tanto del campamento que no sabía exactamente dónde se encontraba. Temía que si avanzaba sin cuidado terminaría volviendo a tropezar, pero se juró a sí misma que eso no pasaría otra vez.
El rastro la condujo a una pequeña colina, que le permitió retomar su sentido de ubicación. La reconocía del mapa inicial que ella había dibujado luego que se armara el campamento. La había llamado Meñique de Ilse, aunque creía que se encontraba mucho más cerca de la costa. "¿Tanto he recorrido?", pensó. Agotada, realizó un esfuerzo para ascender la colina, que si bien no era muy empinada, le suponía un reto por el cansancio. Para su sorpresa, las manchas de sangre desaparecieron de pronto. Extrañada, Intre apuró el paso, pero pronto llegó a la cima y no encontró cuerpo alguno. ¿Lo había perdido?
Antes que pudiese girar para revisar el terreno, un fuerte y sonoro vendaval la golpeó y la arrojó contra el suelo. Al caer, se percató que el agudo canto de un ave había invadido el ambiente. Se incorporó, y vio en el cielo a una paloma, cuya blancura brillaba y destacaba entre la noche. La paloma se detuvo a rondar círculos encima del Meñique de Ilse , e Intre sintió que sus ojos se posaron en ella, como observándola, juzgándola. Hipnotizada, Intre dio un par de pasos hacia el ave, y alzó su mano como intentando alcanzarla.
Luego de otro par de rondas, el ave cambió su canto y se dirigió en dirección opuesta a la costa. Desde la cima de la colina, Intre apreció por primera vez la grandeza del territorio al que acababan de llegar: dos montañas se imponían, coronando el panorama, y dos lagos rodeados de bosques reflejaban la luz de la luna llena no muy lejos de allí. La mente de Intre se inundó de nombres para aquellos lugares, pero fue súbitamente interrumpida.
-¡Mi... mi señora...! - dijo Illian, el leal caballero que servía a su familia.
-¿Viste esa paloma, Il? Creo que proviene de las montañas.
-¿Paloma? – dijo, jadeando – No, mi señora... ¿acaso no se dio cuenta? La Esperanza, La Cascada... están... están...
Intre volteó para verlo, pero más que el rostro cansado de su sirviente, sus ojos se posaron en la gran llamarada que provenía de la costa. Dos barcos se incendiaban, y el fuego amenazaba con extenderse y alcanzar algunas carpas del campamento principal que la expedición había armado. Desde la colina Intre divisó cómo los colonos y soldados hacían todo lo que podían para alejar los víveres de las llamas.
-Aún quedaban varios suministros por descargar de aquellos galeones... - murmuró Illian, aterrado – Pero... no... no entiendo... ¿cómo?
-Sabotaje. – dijo Intre, sin un atisbo de duda.
-¿Qué? ¿Pe... pero... quién?
Intre no respondió. Miró a su alrededor, y tras confirmar que el cuerpo del zorro no estaba allí, comenzó a caminar en dirección al campamento.
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Senzafine
FantasyPara evitar un matrimonio planeado, Intre Alquist se unió a la expedición de ultramar para colonizar Isole Senzafine, un territorio recién descubierto e inexplorado. Pero pronto descubrirá que la Isla alberga todo tipo de misterios y horrores, lo qu...