Senzafine

XIII Bitácora de Intre

Isola Senzafine, Oeste de Segundo Desembarco

15 del 3ero, del año 289 después de la unificación

Octavo día después del desembarco

Los primeros dos días fuera del campamento no presentaron mayor novedad.

Por ahora no hemos encontrado ni un rastro de algún otro poblado humano en la isla. La geografía de esta parte de Isole Senzafine sin duda es más accidentada de lo que la Primera Expedición reportó. Nos está costando más de lo pensado avanzar. Hemos divisado un río, que se pierde en un bosque espeso. Si deseamos llegar a la bahía donde se encuentra La Almenara, es necesario atravesarlo. Aún no he pensado en un nombre para él. Tendremos que cruzarlo en un par de días. La fauna que hemos encontrado ha sido sumamente similar a la del Imperio. Nos hemos topado con liebres, ciervos, serpientes y gaviotas en el camino. Dianne ha sido sumamente eficaz con el arco, y gracias a ella hemos conseguido carne fresca que nos ha permitido ahorrar en el consumo de provisiones.

Si bien inicialmente pensé lo contrario, viajar con Dianne no ha sido un problema, aunque quizás es demasiado cortante con Thomas. Él, por su parte, ha insistido que reservemos una sesión de meditación en conjunto para entrenarnos en caso despertemos en una Pesadilla, aunque nadie parece realmente estar interesado en eso. Hasta ahora la compañía ha sido agradable.

Me alegra que Sai haya podido acompañarnos. Illian lo tiene particularmente vigilado, llegando a pedirle a un par de soldados que lo sigan de cerca. Espero que sus preocupaciones se calmen pronto. Su presencia... me tranquiliza. Mi gran preocupación al abordar El Viento Dorado fue el llegar a sentirme sola en esta isla desconocida, pero por ahora el viaje y la exploración han resultado placenteras y con buena compañía.

Pero me preocupa la situación en el campamento. ¿Por qué alguien habría incendiado los barcos? ¿Qué ganaría con ello? Confío en que el mariscal Guillaume pueda identificar a los saboteadores pronto. Baldir ha pasado por una sangrienta guerra civil; sería una lástima que suceda algo similar aquí.

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16 del 3ero, del año 289 después de la unificación

Décimo día después del desembarco

Hemos entrado al bosque. Es impresionante. Cerca de Morat la mayoría de bosques eran secos y tétricos, pero aquí el ambiente es sumamente húmedo. La flora parece tener más vida, y los árboles brillan con colores intensos. A la distancia hemos detectado varios animales salvajes. Muchas son especies que nos son completamente desconocidas. Hemos visto criaturas con aspecto de tigre, pero son un de un color negro como la noche, y poseen colmillos enormes que destacan en sus rostros. También vimos otros que se parecían a niños, colgando de árboles y lianas. Aún así, ninguno se nos ha acercado hasta ahora, lo cual nos ha sorprendido. ¿Nuestra presencia les asusta?

Thomas está preocupado de que nuestra partida contraiga enfermedades. Por ahora hemos sido bastante cuidadosos de ignorar insectos, aunque incluso los animales pequeños parecen alejarse de nosotros. Deberíamos de poder cruzar el bosque mañana cerca del mediodía sin mayor problema, aunque siempre tenemos que estar alertas. Esperamos poder encontrar a la tripulación perdida.

Mañana está programado que Thomas contacte al resto de la expedición mediante un mox. Me alegra no tener que hacerlo personalmente ya que mantener el contacto mediante la piedra es demasiado agotador. Me preocupa un poco: Thomas no ha podido dormir bien últimamente. Dice que tiene demasiado temor de despertar en la Pesadilla. Hasta donde tengo entendido, los clérigos son mucho más propensos a entrar en ese mundo que el resto de personas. Y, claro, casi nadie del común ha sobrevivido un encuentro allí.

De todos modos, espero que pueda comunicarse mañana con el resto de la expedición. Ojalá puedan confirmarnos si es que ya descubrieron a los saboteadores o no.