Sai emitió un leve bostezo, y Dianne volteó a llamarle la atención. Todo el campamento estaba al filo: la tripulación de La Almenara había levantado nuevas empalizadas, y preparado fusiles y pistolas para repeler el inminente ataque. Todos llevaban ya una hora de ansiedad y temor ante el posible ataque, pero Sai no sentía un peligro inminente alrededor, ni podía escuchar remotamente movimiento de personas. En su experiencia, si es que el enemigo quería atacarlos, y estaba tan cerca del campamento como el Capitán Feraud sostenía, ya lo habría hecho.
Sai acercó a Illian, quien estaba ubicado detrás de unas cajas. Notó que él también parecía estar desconcertado por la falta de acción.
-Illian, no creo que...
-Sir Mercer para tí.
-Distinguido caballero... - respondió en un tono seco, molesto, intentando ser sarcástico - No parece que nadie esté en camino a atacarnos. Deberían de avisarle al resto del campamento.
A pesar de detestar su presencia, Illian no pudo evitar darle la razón.
Intre, que estaba atrincherada al lado de Illian, preguntó confundida.
-¿A qué te refieres, Sai?
-No parece que estemos en peligro – musitó Illian -. Pero el Coronel Feraud estaba seguro que estaba siendo seguido...
-Bueno, parece que el Coronel estaba equivocado – replicó Sai, arrimando su espalda cerca a un poste.
-Feraud es un héroe de guerra, insolente – le dijo el caballero -. Y es el oficial de mayor rango presente. Estamos a sus órdenes.
-¿Cuál es tu opinión, Il?
Illian volteó a mirarla, reticente.
-Creo que el Maestro Sai está en lo correcto.
-Gracias, Sir Mercier – Illian le devolvió una mueca de agradecimiento.
-Entonces hablaré con él – dijo Intre.
-Mi señora...
-¿Cuál es el problema? - dijo, mientras se reincorporaba - Así sea un Coronel, tendrá que escuchar a un miembro de la Casa de Alquist.
Intre se sacudió la arena de sus ropas y se dirigió a la primera empalizada, seguida por Illian.
-Intre... Este coronel tiene fama de tener un muy mal temperamento. Se dice que ejecutó a una escuadra completa por insubordinación en la rebelión...
Ambos se le acercaron. El Coronel esperaba alerta, sable en mano. Pero apenas los divisó volteó para encararlos.
-¿Quiénes son ustedes y por qué no está en su posición? - bramó de inmediato.
-Ella es Intre Alquist III, heredera de Morat – respondió desafiante Illian. Intre detestaba tener que hacer valer su apellido, pero esta situación parecía ameritarla.
El Coronel gruñó en respuesta, sin detenerse a hacer una reverencia. Se trataba de un hombre de unos cuarenta años, con cabello corto castaño de corte marcial, de facciones rígidas y toscas, y un bigote prolongado.
-Me comentaron que vino con una partida, con dirección a Primer Desembarco. Cualquier cosa que desee, la atenderé luego de la batalla.
-Le hablo justamente por eso, Coronel – respondió Intre-. No va a haber una batalla. No hay nadie alrededor.
-Tonterías. Yo los ví. Dos docenas de nativos, con lanzas y arcos. Regrese a su puesto.
Sin embargo, el resto de soldados habían volteado a verlos, y también parecían poco convencidos de un ataque inminente. El Capitán Feraud vio sus rostros, y pareció entrar en razón.
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Senzafine
FantasyPara evitar un matrimonio planeado, Intre Alquist se unió a la expedición de ultramar para colonizar Isole Senzafine, un territorio recién descubierto e inexplorado. Pero pronto descubrirá que la Isla alberga todo tipo de misterios y horrores, lo qu...