Eres Insoportablemente Lindo ❤ (DeathMask x Reader)

Capítulo 28

💠Una batalla difícil

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Narra Escritora:

—Agh!– se quejó el peliazul, era la segunda vez que era dañado por la espada de Belcolf, cada vez le era más difícil evadir sus golpes, aquel azabache tenia una velocidad sorprendente a diferencia de todos los demás, incluso Angelo podría asegurar que se asemejaba a la suya y por mucho.

—Que desperdicio de habilidad.– comentó el azabache. —Si tan solo fueras uno de nosotros.– negó con una sonrisa. —Serías uno de los mejores y seguramente serías de gran ayuda, pero decidiste el camino de caballero de Athena.–

«¿Qué diablos está diciendo?»

—...– Angelo no supo que responder ante aquello y optó simplemente por quedarse cayado cosa que incitó a Belcolf para seguir hablando.

—Es una pena que no te haya conocido cuando niño, te hubiera reclutado como a todos los demás, sin embargo te fuiste de Italia siendo muy joven. ¿No es cierto Angelo?– DeathMask sintió un escalofrío recorrer su cuerpo y su color abandonarlo dejándolo completamente pálido. Belcolf sonrió al ver su expresión completamente satisfecho. —¿Que sucede? ¿Te sorprende que sepa sobre ti? No creas que no me tomé la molestia de investigar. Aunque lo trates de disimular es completamente notorio que eres Italiano, no me fue tan difícil encontrar datos sobre ti.–

—Aunque yo me hubiese quedado en Italia no hubiera aceptado jamás unirme a su patético ejercito.–

—Dudo que pensaras lo mismo al estar dentro. Al final de cuentas siempre has sido alguien fácil para manipular, ¿Acaso no recuerdas cuando asesinabas a inocentes solo para obtener “Justicia”? Esa justicia donde el justo es el más fuerte. ¿Acaso no es esa la misma ideología que tenemos nosotros?– preguntó el azabache soltando una enorme carcajada. Ese era la mejor habilidad de Belcolf, manipular y jugar con la mente de cualquier persona que se le presentara.

Por el otro lado, Angelo no estaba dispuesto a caer en su juego e intentó engañarse a si mismo haciendose creer que no lo había escuchado. —Para de hablar.– le dijo. —Estamos en medio de una pelea y tengo algo de prisa.– la risa de Belcolf desapareció en ese preciso instante. ¿Encerio iba Angelo a ignorar todo lo que le había dicho? Maldijo entre dientes al peliazul y alzó suevamente su espada para intentar atacarlo siendo evadido por él y golpeado justo en el abdomen por lo que tuvo que retroceder un par de metros.

La pelea seguiría ese curso mas tiempo de lo que Angelo esperaba, derrotar a su adversario sería difícil y tendría que juntar toda su fuerza tanto física como psicológica para poder vencerle.

Narra Afrodita:

—¡Cuidado abajo!– escuché a Aioria gritar desde lo alto del gran muro,  no sé en que momento llegó ahí ni cómo consiguió lanzar a su enemigo desde esa altura directo al suelo, prácticamente cayó a escasos 30 cm de mi y por suerte sobre mi contrincante, cosa que me hizo tanto suspirar de alivio como sonreír satisfecho.

—Dos menos.– dije para girar sobre mis talones y caminar hacía donde Shura para ayudarle en lo que pudiera.

Shura peleaba contra dos, mientras que Aioria y yo habiamos peleado únicamente con uno, siendo así que los unicos tres sujetos que quedaban de aquellos siete solo se dedicaban a observar dándonos oportunidad de apoyar a nuestro compañero de Capricornio que a decir verdad no la estaba pasando para nada bien.

—¡Aioria baja de ahí! Hay que ayudar a Shura.– le grité.

—Lo que digas, enseguida voy.– escuché su respuesta sin dejar de avanzar, Shura parecía más que aliviado cuando nos vio. Tanto Aioria como yo atacamos a ambos guerreros dando oportunudad al español de recuperar energías.

—¡ROSAS PIRAÑA!– lancé mi ataque culminando al fin con ellos. —Y solo quedan 3– me dije a mi mismo para girarme hacia aquellos que seguían solo observando sin quitar su expresión de superioridad.

¿Qué tipo de guerreros son?

Narra Tn__:

«Nada de lo que haya vivido antes se compara con lo de ahora ¿Encerio es este mi destino?»

Para mi desgracia no me era posible liberarme, por mas fuerza que ejerciera con el fin de lograrlo no eran suficiente. Aun así no desistía, no me rendiré sin luchar, no seré más un juguete que puede tomar cuando se le antoja.

Sentí como la presión en mis manos disminuyó, cosa que indicaba que algo iba a hacer; en menos de un segundo me encontraba ya encima de la cama de la habitación con Baltsasar sobre mi. —No sabes cuanto extrañaba tenerte así.– expresó mientras atacaba nuevamente mi cuello con besos y mordidas que seguramente dejarían marca.

—¡Sueltame!– volví a gritar con un toque de desesperación en mis palabras.

—Me encanta cuando suplicas, pero sería mejor si lloras.– Este hombre está loco, de eso no había duda. Sentí sus manos liberar las mías para comenzar a acariciar mi cuerpo, inmediatamente intenté empujarlo llevando mis manos a sus hombros. Él rió un poco al notar aquello y siguió con lo que hacía llegando así hasta mi pantalón y deteniéndose durante un segundo sacando de mi bolsillo lo que posiblemente hubiese sido mi llave de salvación. —Mira nada más lo que tenemos aquí.– expresó mostrándome el arma de fuego que había guardado al entrar al castillo. —¿Encerio planeabas usar esto en mi contra? Que tonto de tu parte, tal vez debería aumentarte el castigo por esto.–

—Vete al infierno.– le dije.

—¿Y de donde creés que vengo querida?– volvió a sonreír con malicia para luego arrojar el arma lo mas lejos posible y volver a lo que hacía.

«AYUDA»