Capítulo 2: Interrogatorio

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Asia abrió los ojos asustada por culpa de un ruido que inundaba la casa... cómo odiaba el sonido de la batidora, y cómo odiaba a ese nutricionista que le metió en la cabeza a su madre que para mantenerse sana y en su peso ideal, debía desayunar batidos de fruta naturales.

Tras meditar si levantarse ya o esperar a que acabara con ese trasto, finalmente se incorporó y bajó a la cocina, pues el olor a comida le podía.

Justo llegó cuando su madre apagó la trituradora y sirvió los vasos.

- Buenos días- dijo Asia, sentándose frente la silla de su madre

- Buenos días princesa- le contestó Beca, dándole algo mejor que un beso (un plato con tostadas y crepes de chocolate).

Estuvieron en silencio mientras su madre limpiaba los utensilios hasta que se sentó en la mesa para desayunar.

- Bueno y... ¿qué tal la noche?- sonrió socarrona. ¿Para qué tener amigas si ya tienes a una madre que parece más joven y moderna que tú?

- Pues... bien- contestó Asia nerviosa. Siempre se tensaba cuando su madre le hacía hablar de chicos, incluso en esa ocasión que no había pasado nada.

Beca la miraba, esperando algún detalle más que no llegó.

- ¿Volviste tarde?- preguntó inquisitiva con una sonrisa.

- Tampoco tanto...-la sonrisa de su madre se agrandaba por segundos-. Estaba cansada...

Su madre dejó escapar un quejido, reprobando la forma de ser de su hija. La expresión que tenía cambió instantáneamente a una mueca. Estuvo a punto de criticar el modelo de su hija cuando ésta siguió hablando, ignorando las poses de su progenitora.

- Así que volvimos a casa después de haber visto las fuentes.

Beca se atragantó con el zumo de fresas que había preparado, y abrió los ojos a más no poder. Tosió y se calmó antes de hablar.

- ¿¡Te acompañó a casa!?- preguntó alzando la voz- ¿Porque él quiso? ¿Se ofreció? ¿O porque tú se lo pediste? Bueno obviamente la inocente de mi hija no pediría algo así ni que le pusieran al lado el mismísimo Brad Pitt así que...

- Mamá Brad Pitt ni siquiera me gusta- comentó Asia, tratando sutilmente de alejarse del punto de mira.

- La verdad es que tampoco veo que tenga mucha gracia... pero bueno si lo llaman el guapo de Hollywood será por algo... - comentó- Aún y así- dijo enfatizando y acercándose más a su hija por encima de la mesa-, no me cambies el tema. ¿Se ofreció él?

- Sí mamá- dijo Asia suspirando mientras veía la reacción de euforia de su madre.

- Bueno y cuéntame, ¿cómo es?- preguntó volviendo a su posición de persona humana normal.

- Pues, es simpático- empezó, mientras su madre asentía con la cabeza animándola a proseguir-, es gracioso...

- La gracia es lo que hace a un hombre perfecto- comentó Beca cogiendo un trozo de tostada de su hija y metiéndoselo en la boca.

- También parece ser bastante sarcástico...

- Que raro, los asiáticos no suelen emplear el sarcasmo- siguió su madre con la boca aún llena.

- Y... no sé. Tampoco lo he llegado a conocer tanto.

- ¿Cuántos años tiene?- siguió Beca con su interrogatorio

- ... - Asia cayó en la cuenta de que no sabía siquiera la edad del chico, aunque le pareció normal, pues él tampoco sabía la suya. Uno no va por ahí diciendo su edad a simples... conocidos. La chica notó como sus mejillas tomaban color al recordar esas palabras. Y no porque le causaran vergüenza, sino porque sabía que su madre la estaba mirando y analizando. De esa no se salvaba.

- No me digas que está casado y tiene hijos- dijo Beca con ironía.

- ¡No!- contestó rápido Asia, pero cayó en la cuenta de que... tampoco estaba en condiciones de negarlo, pues tampoco lo sabía- Pero no se cuantos años tiene- respondió-. Supongo que unos cuantos más que yo, porque si está de guía ya habrá acabado la universidad- razonó.

Su madre asintió. Tenía una lista de preguntas en mente, pero debía ir despacio. Sabía lo terca que era su hija en cuanto a temas de chicos. Iba a soltar otra de sus ocurrencias cuando sonó un móvil. Asia lo cogió y lo abrió, viendo el contenido del mensaje enviado.

Namjoon:

Buenos días pequeña. Espero que hayas dormido bien. Lo siento pero hoy no va a poder ser, me han asignado un grupo de turistas durante toda la tarde. Pero tranquila, el helado aún sigue en mente. ¿Te parece el próximo domingo?

Asia sonrió y se apresuró a contestarle, diciendo que le parecía bien, aunque ahora le debía dos helados en vez de uno, por dejarla tirada.

Namjoon:

Se que será duro para tí no poder verme en tanto tiempo, pero seguro que lo superarás... como deberías haber superado el miedo a la oscuridad.

Asia rodó los ojos. Sarcasmo era el segundo nombre perfecto para ese chico.

Namjoon:

Y no te pases con los helados comilona, que te saldrán caries. Si ya te cuesta sonreír así, imagínate con los dientes negros...

Hablamos más tarde. Cuídate y no te pierdas.

- ¿Quién es?- preguntó Beca al ver como tardaba en dejar el móvil. La joven no se esperaba eso, y del susto el teléfono cayó al suelo. Lo recogió examinando si la pantalla estaba bien y lo volvió a dejar suavemente encima de la mesa.

- Ehm... -dijo, mientras pensaba seriamente si decirle o no la verdad a su madre.

- Era él... ¿verdad?- dijo mientras se miraba el cabello, con expresión seria pero con una sonrisa que se asomaba ligeramente- ¿Qué te ha dicho?

- Nada importante... -enmascaró la chica sin éxito-. Pues... íbamos a ir a tomar un helado... pero hoy no puede.

Su madre se quedó pensativa mientras miraba un punto fijo de la mesa.

- ¿Habéis "quedado" o te ha invitado?

- ¿No es lo mismo?- preguntó Asia recibiendo una negación de su madre- En principio es una invitación.

La sonrisa de la mujer cada vez era mayor y se empezaban a asomar esos hoyuelos que solo aparecían en una única expresión: la de "que bonito es el amor juvenil"

- ¿Cuándo habíais quedado?

- Hoy, por la tarde

Beca asintió con la cabeza. Y, sin decir nada más se levantó de la mesa, recogiendo lo que quedaba de desayuno.

Le gustaba ese chico, y tanto que le gustaba, y ella siempre había sido buena en la selección de hombres. Su hija tenía suerte de tenerla como madre...

Al parecer era simpático, carismático e incluso sarcástico. La acompañó hasta casa y por un motivo u otro, la invitó a un helado y, para colmo, al no poder quedar, la avisa con horas de antelación, al inicio del día lo que significa que ha pensado en ella desde el principio.

Definitivamente le gustaba ese chico. Kim, o, como decía su hija, Kim Namjoon.

OtokéWhere stories live. Discover now