Capítulo 21: Melocotón y uva

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- ¡Tae! Tienes visita- llamó su madre desde el piso de abajo. Su voz era más feliz de lo normal, lo que significaba que alguien especial lo esperaba.

Dejó su partida de Call of Duty a la mitad (iba perdiendo igualmente...) y se quitó los cascos, dejándolos sobre el escritorio. Sé dirigió hacia la puerta cuando paró en seco, volteandose y mirando su habitación. Era una pocilga. Pensó unos segundos antes de abalanzarse hasta su cama y poner bien las sábanas y cojines.

- ¡Taehyung!

- Ahora bajo mamá- respondió, recogiendo la ropa que tenía por el suelo y metiéndola en los cajones del armario. Cogió las botellas vacías de agua y refresco que tenía encima de su mesita y las tiró a la basura. Miró su aspecto en el espejo. "Muy desaliñado Tae, eres un cerdo. Así no llegarás nunca a conocer a Dicaprio", pensó para sí mismo. Olió la camiseta que llevaba puesta, notando el aroma del jabón que usaba su madre para lavar la colada. "Bueno, esperemos que no vengan a verme desde Hollywood", pensó divertido, abriendo la puerta de su habitación para dirigirse hacia la puerta principal.

- ... de tres meses- oyó decir a su madre felizmente. Seguro que hablaba sobre su embarazo. Estaba realmente emocionada. Le encantaba escucharla hablar sobre la habitación del que sería su nuevo hermano... o hermana-. Muchas gracias- dijo ella cuando Tae ya estaba casi allí-. Se te ha echado mucho de menos por aquí. ¿Te quedarás a cenar?

- Bueno... si no molesto- contestó un chico, rascándose la nuca con una media sonrisa mirando a Taehyung, el cual ya había llegado. Se había quedado allí parado, cual suricata, mirando al joven que segundos antes estaba hablando con su madre y ahora lo observaba fijamente.

- Qué sorpresa, ¿cierto cariño?- dijo su madre mientras acariciaba el brazo del invitado, sacando a su hijo del trance. Éste inconscientemente sonrió al notar lo que estaba pasando. Jungkook había ido hasta su casa, como hacía antes, para pasar juntos la tarde. Ambos se sonreían, sin decir nada, haciendo que la madre empezara a sospechar. No había nacido ayer. Sabía todo lo que le pasaba a su hijo aunque éste no se lo contara. Y, aunque tratara de ocultarlo, no podía evitar sentirse feliz por verlos juntos de nuevo-... ¿Os ha comido la lengua el gato chicos?- preguntó divertida por la situación-. Bueno... supongo que tenéis muchas cosas de las que hablar y molesto. Ya me voy- rió, yendo hacia el salón-. Encantada de tenerte de nuevo aquí Jungkookie.

- Muchas gracias- contestó éste-. Y felicidades por el nuevo inquilino. Esperemos que no salga como Taehyung- dijo riendo.

- Crucemos los dedos- contestó la mujer, ya en el salón, siguiéndole el juego.

Seguidamente quedaron en silencio, pues ninguno sabía qué decir. Jungkook, en parte, se sentía un intruso. Hacía demasiado que no iba a casa de su mejor amigo, y creía que era algo atrevido presentarse sin más. Pero le prometió una charla, y ese era el mejor momento. Además también él tenía cosas que necesitaba contar. No quería explotar otra vez.

- ¿Un zumo antes de subir?- preguntó Tae, animándose por momentos aún y estando nervioso- ¿O prefieres una cerveza?

El castaño se adentró más en la casa, siguiendo al chico que se dirigía a la cocina.

- De melocotón y uva, por favor- pidió, recordándole a Tae las discusiones que tenían desde pequeños en cuanto al mejor sabor de zumo.

- Está bien- respondió abriendo la nevera-. Pero que sepas que el de manzana es mejor- dijo, pasándole la bebida.

- A ver cuando maduras Tae- le espetó Jungkook como respuesta-. El zumo de manzana se lo dan a los bebés junto con la papilla. El de melocotón es para jóvenes adultos. Aprende de una vez y acéptalo.

OtokéWhere stories live. Discover now