Capítulo 19: La soledad de los números primos

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- ¡Ya era hora!- dijo Hye desesperada cuando Jungkook entró en el restaurante donde comían cada día-. La próxima vez, si vas a llegar tan tarde, avisa. Tenemos hambre.

- Tranquila fiera- dijo el chico, tomando asiento delante de ellas-. Podríais haber pedido ya.

Sin quererlo, los ojos del castaño se dirigieron hacia la callada chica que miraba distraída el lugar, pensando en sus cosas. No había hablado con Asia sobre lo que pasó en la fiesta, pero una parte de él tampoco quería, pues sería demasiado incómodo ver su reacción al decirle que sus palabras no fueron causadas únicamente por el alcohol. Al igual que con Jin, prefería que pensaran que no recordaba nada.

Mientras, Asia trataba de mantener su vista lejos de lo que la rodeaba ya que podía notar la pierna de Hye apretando la suya, dándole a entender lo nerviosa que estaba su amiga con la cercanía del chico. "No tendría que haberle contado nada" pensó, sabiendo que la que era su mejor amiga se imaginaría historias sobre ellos dos.

Notó la mirada de Jungkook sobre ella y sin poder remediarlo, lo miró también. Su expresión había cambiado respecto a la que acostumbraba a tener los otros días. Ya no tenía esa cara preocupada y seria. En vez de eso, la miraba neutro, con una ceja un poco más alzada que la otra. La chica esbozó una ligera sonrisa al percatarse del contacto visual que estaban manteniendo y miró hacia la carta que indicaba el menú del día (aún y saberselo de memoria).

Ese pequeño cruce de miradas había tenido bastante significado para ambos. Asia trataba de entender la mente de él mientras éste sólo se limitaba a esperar que ella no se hubiera distanciado por lo sucedido.

- ... ¿Y... Tae?- preguntó Hye, sabiendo que la situación se estaba volviendo incómoda. Se sentía una aguantavelas, y no le gustaba esa situación. Jungkook movió los hombros, dando a entender que no tenía ni idea, y volvieron a quedar en silencio.

Hye se acomodaba el pelo con los dedos. Estaba por "irse al baño" cuando un chico entró en el lugar, mirando hacia la mesa donde ellos siempre se sentaban.

- Annyong- dijo, mirando a Hye al ver que ésta se había sentado junto a Asia. Normalmente se sentaba a su lado. Pero ésta vez sólo había un asiento libre y era al lado de su mejor amigo-. Perdón por la tardanza- se disculpó dejando su mochila en el suelo para tomar sitio.

Hye levantó la mano, llamando al amable camarero que siempre los atendía y pidiendo los platos. No sabía qué hacer en esa situación. No sabía lo que le estaba pasando a Tae últimamente y eso le escocía en lo más profundo de su título de mejor amiga. Al menos, con Asia se habían confesado mútuamente.

Miró a Jungkook, quien había pasado a estar serio de repente. Jugaba con la pulsera de cuerda que tenía en la muñeca derecha.

Seguidamente, Hye miró a Tae, quien miraba las manos de su amigo. Esa pulsera se la había regalado él cuando viajó de pequeño con su madre a Japón. El chico se sorprendió al verla, ya que no sabía que aún la llevaba puesta, pues pensaba que se le habría roto con el tiempo o, a lo mejor, ya la habría arrancado.

Pensó en el viernes por la noche. No debería haber ido a la fiesta. No había acertado en nada, pues se había vuelto a discutir con su mejor amigo y... respecto a lo que pasó después...

Miró su mochila mientras pensaba lo que tenía guardado en ésta. Por su mente pasó la imagen de un coqueto joven rubio poco mayor que él.

Asia miraba a Jungkook, mientras éste seguía jugando, esperando a que la mirara de vuelta. Cuando lo hizo, la chica no dudó en señalar a Tae disimuladamente con la cabeza mientras alzaba las cejas. Era hora de que hicieran las paces.

OtokéWhere stories live. Discover now