Seung Hyun ni siquiera podía concentrarse en las consultas en la clínica. Había regresado hacia unos meses después de lo que había pasado, y aún sentía que no pertenecía. No podía reajustarse al ritmo que se requería.
Había escuchado ya un par de veces, de algunos de sus colegas, que algo en verdad malo debió haberle sucedido para haberlo dejado en ese estado. Decían que aún estaba en estado de shock. Por supuesto, todos conocían la versión de él siendo secuestrado una noche después de su guardia.
No podía seguir igual. Ya no sabía cuál era su sitio. Después de aquella noche, nada había sido igual para él. Había resultado que aquella noche la policía había podido llegar a la deshabitada casa gracias a que el padre de Ji Yong había puesto una denuncia de secuestro, sin embargo, él no terminaba de convencerse. ¿Cómo había sido posible? Encontrarlo tan rápido y un lugar completamente desconocido y solitario. ¿Cómo lo había hecho?
En cuanto a él, había salido sin ninguna acusación ni mucho menos investigación. Sus padres se habían encargado de poner la denuncia de desaparición, y los oficiales simplemente intuyeron y culparon a Ji Hoon de todo. A pesar de que había más huecos en esa historia que en un queso suizo.
Suspirando profundamente, apagó el motor del auto antes de echarse a descansar sobre el asiento de piel, permitiéndose entonces cerrar los ojos mientras escuchaba la suave melodía proveniente del radio. Reanimándose, miró a través de la ventana al viejo edificio ubicado en el centro. A pesar de ser uno de los más altos, parecía que en poco tiempo estaría listo para la demolición. Por lo que sabía, la mayoría de las oficinas estaban desocupadas, pero a él solo le interesaba una en particular. Bajando del vehículo, miró a ambos lados de la calle antes de andar lentamente, aún titubeando sobre su presencia allí, sin embargo, no podía dejar pasar más tiempo.
En la recepción encontró a un viejo hombre de seguridad que apenas y le pidió firmar con hora de entrada antes de dejarle pasar luego de decirle en qué piso estaba la persona que él deseaba ver. Mientras esperaba que el ascensor lo llevase a su destino, no pudo evitar pensar que quizás su presencia no sería lo mejor, quizás lo correcto era alejarse para siempre, sin embargo, otra parte de sus pensamientos estaban encaminados a la idea de que no podría vivir sin el perdón ni mucho menos, sin la presencia.
Cuando finalmente las puertas se abrieron, apenas pudo hacerse a un lado mientras que un par de altos hombres que cargaban pesadas cajas, entraban, desapareciendo en el ascensor cuando las puertas de éste volvieron a cerrarse. Frunciendo el ceño, vio con asombro cómo algunos otros hombres sacaban muebles y desaparecían por la puerta que daba a las escaleras de emergencia.
Caminando a paso lento, consiguió atravesar las puertas de la oficina principal, el único lugar en donde aún no habían entrado aquellos hombres, o por lo menos eso creyó hasta ver con sus propios ojos cómo la oficina estaba desierta, con tan solo unos cuantos papeles esparcidos por el piso y con un único sobreviviente de espaldas, mirando por el ventanal que cubría una pared.
—¿Qué quieres? — escuchó una voz rota mientras veía al dueño de ésta cruzarse de brazos, sin mirarle— ¿Vienes a burlarte? Ya no hay nada para ti aquí. Creí que lo sabias.
—No estoy aquí para nada de eso. — se acercó un par de pasos— Quiero saber cómo estás.
—Han pasado ocho meses, ¿Cómo crees que estoy? — finalmente se giró, esta vez ya sin pena de que mirase su estado demacrado. Ciertamente, lucía verdaderamente escuálido. Con las mejillas hundidas, el cabello opaco, los labios agrietados y vistiendo ropas viejas y anticuadas.
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ESTÁ PROHIBIDO ENAMORARSE
FanficKwon Ji Yong es un hombre rebelde, irrespetuoso y dueño de un profundo resentimiento que le carcome desde el interior. Podrido desde la médula, está dispuesto a corromper hasta el ángel más inocente que pueda cruzarse en su camino. Sin embargo, exi...