Entonces, cuando llegó el momento y Shidou llegó con una camisa bonita de color celeste y zapatos negros, entre formal y casual, fue recibido con una Kanade con una blusa rosa de tirantes y una falda roja tenue a capas que le llegaba casi a las rodillas, se sonrojó porque su atuendo resaltaba casi todo su cuerpo y porque se veía muy linda.
Él estaba con las emociones a tope y con el corazón latiendo fuertemente, además de que estaba un poco excitado por la situación, no veía a Reine por ningún lado y eso solo significaba que estaba solo con una chica, en su casa.
Sin embargo, cuando ella sirvió la cena que se veía increíble; era espagueti con curry encima; una idea un poco loca de Kanade que fue aprobada por su voz interna, Shidou supo que esto no era una cita como él había pensado y tuvo un bajón en su adrenalina, incluso hasta sus niveles de azúcar de seguro.
—¡Espero te guste! Lo hice yo sola y se me ocurrió que sería una buena idea mezclar el curry con el espagueti. No será como el último que hice, Shidou, te lo prometo —dijo ella muy segura y emocionada, se sentó a su lado y le sirvió un vaso de conga, pero él seguía en trance—. ¡Ah! Esto también lo hice yo, te va a encantar, espero...
—Ya veo...
No debió de ilusionarse tanto con la cita, se pensó varias veces en que era mejor ponerse para ir a la casa de Kanade, incluso limpió sus zapatos y se bañó una segunda vez por si acaso, hasta usó más perfume de lo usual. Pero todo había sido para nada, él no podía negarlo.
Era su mejor amiga, siempre le ayudaba porque se le hacía linda y porque solo así se pudo acercar a ella, además de que fue todavía más amable de lo normal solo porque tenía sentimientos por ella. No podía esconderlo, ella era bonita, su cuerpo también lo era y fue testigo de su crecimiento, no le importaba cuidarla tanto si al final sería recompensado por ella con su amor, pero... Tonterías, ella no le pertenecía, podía ser amable con cualquier otra persona, no solo con él y esto era el final; no era una cita, era solo una forma de decir gracias, como en otras ocasiones, de verdad que estaba arrepentido de ilusionarse tanto.
«Debería de dejarme de hacerme ilusiones. Kanade no me quiere así, yo soy el único emocionado y el único que piensa en esas cosas, a ella no le intereso. Debo olvidarlo ya». Dejó escapar un suspiro, pero ella había escuchado todo y estaba con la cabeza abajo.
—Shidou... Tú me interesas, me importas... —dijo con una voz triste, él despertó de su trance y la vio con cierto temor, pero si él no había hecho nada—. Siempre eres bueno, amable y me apoyas todo el tiempo. Por eso hice esto, pero si no llena tus expectativas...
—No, ¿de qué hablas? Yo no dije...
—¡No! —Negó con la cabeza y unas lágrimas cayeron a la mesa, ella se acercó a él para ver su rostro y él se quedó sin habla—. Te quiero, Shidou... No puedo creer que dudes de eso... ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Cómo te lo demuestro si esto no es suficiente?
Pensó en un beso y eso fue lo peor que pudo haber hecho, porque ella enrojeció un poco, pero si era eso lo que él quería, no se detuvo a pensar las cosas y antes de llorar más, se fue acercando a sus labios lentamente.
«No, si le pido un beso sería aprovecharme de ella... ¡No!» Nada pudo salir de su boca cuando ella unió sus labios con los de él. ¿Cómo pasó eso? La conocía demasiado bien como para que ella pudiera saber de sus sentimientos y que concluyera en una acción como esa.
Pudo sentir la suavidad de sus labios, también pudo sentir la fuerza en sus manos al apretar su camisa, era lo que estaba buscando, pero se sentía mal, esto no tenía razón de ser, Kanade no era así. Por lo que tuvo que cortar el beso, moviendo su cabeza a un lado, ella soltó un par de lágrimas y arrugó la mirada, además de agachar la cabeza.
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Este maravilloso mundo
FanfictionEste maravilloso mundo; uno con problemas normales, sin organizaciones militares en busca de espíritus, sin seres de otros universos que causen problemas, con los problemas del día a día, uno en el que Shidou Itsuka tiene una vida normal. Sí, demasi...