Capítulo 11: Construyendo puentes

99 13 0
                                    

Hola a todos, me encanta volver a saludarlos porque eso quiere decir que lo estoy haciendo bien y que la respuesta ha sido positiva para este fanfic que le tengo un gran cariño, a pesar de que no he podido escribir más capítulos nuevos, pero que en estas vacaciones lo tendrá, así como aquí, en Wattpad, está siendo publicado por primera vez desde su creación, hace más de un año, el 22 de Abril de 2017.

Sin más, espero que el capítulo les guste mucho, mientras siga habiendo respuesta por parte de ustedes, lectores, yo estaré más que contento de seguir publicando más capítulos. Si pudieran dejarme la opinión que tienen sobre la historia, sus personajes, entre otras cosas, me gustaría saberlo y les agradecería mucho.

Capítulo 11: Construyendo puentes.

Cuando nos sentimos mal, y si eres una persona tranquila o alegre, de las que han tenido malas experiencias antes y se ha logrado levantar de ellas, algo crece en nuestro interior; nace, crece y crece, formando parte de nosotros. Envolviéndonos en dudas, sacándonos de nuestra zona de confort, sintiéndonos agobiados por lo que no tenemos ni tendremos control, pasando el tiempo que debería ser para uno, pensando en ello todo el tiempo, desde el principio, hasta el final.

La noche del jueves era una como cualquier otra, el viernes estaba cerca y con esto, el fin de semana. La mayoría de los días son monótonos y nada especiales, la mayoría no los siente pasar, para Satou Matsuo, era parecido. Todas las noches, cuando su tarea ya estaba terminada, podía escuchar música tranquilamente en su cuarto, con los audífonos de diadema puestos, se aseguraba de cuidar sus oídos, así que no escuchaba a volúmenes altos.

Su cama estaba perfectamente tendida y ahí estaba, con una mano tenía su celular donde estaban conectados los audífonos, esa misma mano estaba contra su pecho, era una costumbre de años el que revisara sus palpitaciones cuando pensaba en cosas, sobre todo en las malas.

«¿Le habré dicho algo malo? Tal vez no debí hablarle mientras estaba con Kaguya-san, tal vez... Yo tuve la culpa, ni siquiera debí abrazarla, pero ella ha sido la persona más amable de todas». Los ojos azules del chico estaban más tenues y apagados de lo normal, tuvo que cerrarlos porque sentía pesados los parpados, el trato que le dio Kurumi le había dolido mucho y le daba vueltas al asunto, sin poder acercarse a ella en estos días. «No creo que ella haya cambiado tanto, incluso si solo la conocí un día, son las acciones lo más importante».

Había conocido a Kurumi como una persona buena, amable y caritativa; él sabe que fue algo en exceso, dándole algo que él consideraba muy preciado como un regalo de cumpleaños, sentía que tenía una deuda enorme que pagar y al mismo tiempo, vio a la niña de cabello negro como una amiga que pudiera entenderlo y con la que se sentía en confianza.

Algo totalmente diferente a lo que había visto esa tarde en la que fue rechazado de la peor forma, casi pudo sentir que le iba a golpear, afortunadamente eso no pasó, aunque podría ser lamentable también, pues Satou no estaría dándole tantas vueltas al comportamiento de la chica.

La puerta se abre y aunque él estaba escuchando una canción suave y tranquila de Tsukino Yoimachi, pudo oírlo y se sentó de repente, viendo hacia la puerta, su visitante.

Una mujer de cabello brillante de color negro largo, hasta la cintura, con mechones extensos que terminaban en puntas, con la frente libre y de piel blanca, los ojos azules; vivos y atentos, con el cuerpo no tan esbelto ni atlético, pero con un rostro apacible y de confianza, además de un pecho promedio y con un vestido amarillo de una sola pieza, con un mandil blanco.

—Oka-san (Mamá)... —dijo al quitarse los audífonos, ella sonrió un poco y se fue a sentar frente a él.

—La cena ya está lista.

Este maravilloso mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora