«¿¡Qué es esto?!» Fue lo primero que se le pasó por la mente al sentir un ardor insoportable en los ojos, como si lo hubieran echado algún tipo de ácido, como si tuviera mucha basura dentro, como si la oscuridad en la que se encontraba quemara.
—¡Ahh! ¡Ahhhh! —gritaba fuertemente mientras las manos le temblaban, el ardor se había hecho insoportable en su ojo amarillo, donde unas manecillas se estaban moviendo—. Ugh, gght, ahh...
Estaba quejándose por el ardor y gritó por tanto tiempo que un poco de saliva se resbaló por su barbilla, postrada en su cama como si hubiera caído a la lona, sus manos ahora apretaban las sábanas y el cobertor de la cama, la vena principal de sus brazos resaltó.
Su rostro estaba algo húmedo por las lágrimas que había derramado y seguía quejándose de dolor, pero no quería llamar la atención, así que apretó los dientes.
«¡Duele! ¡Duele mucho! ¿Qué es lo que tengo?» Recordó parte del sueño y soltó un grito ahogado. «¡Tengo que llegar al baño!»
Kurumi tuvo que soltar las sábanas y rodar hacia un lado, al abrir los ojos, la imagen que vio se distorsionó en colores rojos y negros, escuchó de nuevo los gritos y el llanto de un bebé, así como las sombras que veía se combinaron, apareciendo una silueta negra que claramente tenía una pistola.
Un arma que fue vista a gran detalle a pesar de la oscuridad, Kurumi dejó de sentir un poco de dolor y se quedó estática, las manecillas en su ojo amarillo se movían de forma horaria, en el caso de la aguja de minutos, y antihorario, en el caso de la aguja de horas.
—¡OTOU-SAN! —gritó antes de que se escuchara el sonido del cañón, los gritos, el llanto, explotaron en sus oídos, justo como el estallido provocado por la pistola.
Kurumi cayó al suelo con lágrimas en los ojos y tapándose los oídos.
—¡Ahhhhh! ¡Ahhhhh! —gritó desconsoladamente, así como se apretó con fuerza su cabello negro suelto, las lágrimas seguían saliendo, el ardor regresó y su ojo amarillo seguía con el movimiento de las manecillas, enloquecidas.
Sola en la oscuridad, aún así estaba viendo claramente ciertas imágenes, tenía ganas de arrancarse los ojos de su cara y no ver más, su visión de la realidad estaba distorsionada, con sombras que se convertían en imágenes, así que cerró los ojos y su rostro estaba más húmedo.
—Otou-san... Otou... san... —susurraba con dolor y con dificultad, como si estuviera en medio de una tormenta de nieve que ya la había congelado las piernas y parte de su mente.
Kurumi siguió repitiendo lo mismo, haciendo el mismo llamado, como si se tratase de un conjuro sanador, la chica se fue calmando, así como su voz fue disminuyendo, pero en su mente el recital continuaba.
«Otou-san... Otou-san...»
Como un niño que pide auxilio y consuelo por parte de la madre, en el caso de Kurumi, no tenía a nadie más que a su padre. Era el pilar de su pequeña familia, se refugiaba en él, incluso en pensamientos.
Era su fuerza.
Y con esa misma logró sedar su dolor, con esa fuerza pudo volver a abrir los ojos y su respiración volvió a ser tranquila. Las manecillas ya no se estaban moviendo, a causa de sus lágrimas, el cabello negro se le pegaba a su mejilla, a su boca, a su quijada, incluso al cuello.
Se levantó sin mucho esfuerzo, no sabía para cuando el dolor volvería, no sabía si estaba infectada o algo les había pasado a sus ojos mientras dormía, lo que sí sabía es que algunas medicinas estaban detrás del espejo del baño.
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Este maravilloso mundo
FanfictionEste maravilloso mundo; uno con problemas normales, sin organizaciones militares en busca de espíritus, sin seres de otros universos que causen problemas, con los problemas del día a día, uno en el que Shidou Itsuka tiene una vida normal. Sí, demasi...