capitulo 3

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Pareja dispareja.

Ya se acercaba el medio día, y en el Castillo de Edinburgh las cosas estaban de patas arriba, los guardias corrían de un lado a otro, salían y entraban tanto del castillo como de la capital en busca de Zeldris.

Cuando Cusack descubrió la carta que había dejado no pudo evitar entrar en pánico, por lo que llamo a cada guardia que había con la intención de encontrarlo.

Meliodas estaba decaído, la culpa estaba matándolo poco a poco, a pesar de que la nota le decía que se iría para pensar en perdonarlo, no le quitaba la inquietud que sentía, aun había algunas personas que se oponían a la paz con el clan demonio y hubo algunas veces que recibió cartas de amenaza, contra él y sus hermanos, y en otras ocasiones algunos guardias llegaban con algunos golpes por ese tipo de gente.

—¡¡BASTA!!— grito una irritada Elizabeth, quien llamo la atención de todos los presentes — ya se que es preocupante no saber donde se encuentra Zeldris, pero hay que recordar que él sabe cuidarse solo, él sabe a que lugares puede acercarse o no, va a estar bien, además no creo que se tarde mucho en volver, hay que estar atentos si obtenemos alguna señal de él — concluyo la diosa mas tranquila.

Los guardias regresaron a sus pues asignados y Cusack tras respirar hondo, pensó en lo que dijo la diosa, tenia razón, tarde o temprano él volvería.

Tras el discurso dado, Elizabeth se acerco a Meliodas y puso su mano en su hombro en un intento de consuelo.

—no te preocupes por él, va a estar bien, solo quiere encontrar la forma de perdonarte — comento con una sonrisa.

El saber que su hermanito lo perdonaría, le alegraba bastante, porque eso significaba que Zeldris también quería hacer las pases con él.

                         *****
Abriste tu ojos poco a poco y lo primero que notaste fue a un chico de cabello negro mirándote con el seño fruncido a una distancia poco prudente, por lo que tu primera reacción fue golpearlo y por inercia del golpe le diste a un lado de su ojo derecho.

Zeldris soltó un quejido de dolor mientras caía sentado por el golpe, en esa abertura aprovechaste la oportunidad para someterlo, sujetando ambos brazos a cada lado de su cabeza y sometiste su torso sentandote sobre su abdomen,  aunque al momento de levantarte sentiste un horrible dolor en tu muslo izquierdo, te sentías intimidada por la presencia del demonio y no querías acabar peor de lo que ya estabas.

Zeldris no supo como reaccionar, a pesar de que estabas herida, eras bastante rápida y ágil, además pensó que habías sido muy lista al actuar por sentirte intimidada, pese al dolor que le ocasionó tu golpe en un intento de aturdirlo, no mostró resistencia pues tu reacción era algo normal.

—¿así es como me pagas por haberte ayudado?— pregunto burlón.
Tu no respondiste, lo mirabas de forma analítica, de pies a cabeza, y llegaste a la conclusión de que era un demonio.
Suspiraste aliviada, le soltaste las manos y te acostaste a un lado de él.

Él no se movió de donde estaba, solo puso una de sus manos por detrás de su cabeza y se quedaron así por unos minutos en silencio.

—siento haberte atacado — dijiste, esta vez tu voz sonaba calmada, pero se notaba el cansancio que tenias.
—es comprensible, pero si me sorprendiste, eres bastante rápida — comentó.
—gracias, supongo — tras un momento de silencio volviste a hablar — ¿porque me ayudaste?
— ni idea, para cuando me di cuenta ya te estaba cargando hacia esta parte del bosque — respondió encogiéndose de hombros.
—gracias — dijiste en un susurro, aunque él no respondió, asintió con la cabeza y después se levantó.
— bueno, ya es hora de irme, tengo cosas que hacer — comento tomando sus cosas.

Soltaste un suspiro pesado y trataste de levantarte, pero el dolor de tu muslo izquierdo, fue tan agudo que volviste a caer soltando un quejido de dolor, trataste de apoyarte solo en tu pierna derecha, pero tu tobillo estaba fracturado, trataste de volar y una de tus alas estaba igual o peor que tu tobillo.

Maldesiste por lo bajo, no podías pararte o volar, en ese estado seria fácil que te atrapen, serias una presa fácil.

Lograste acercarte hasta un árbol que usaste de apoyo y apoyaste tu espalda en él, te sentías tan impotente, esa era una sensación y el sentimiento que mas odiabas.

“¿ahora que haré? ” pensaste.

Pero en eso sentiste un brazo rodear tu cintura y que alguien estaba bajo tu brazo izquierdo, Zeldris, quien empezó a observarte cuando soltaste el quejido de dolor.

“es hábil y muy lista, pero es obsesivamente terca y obstinada” pensó al ver como te apoyabas en el árbol.

Tras pensarlo un poco, decidió ayudarte por segunda vez.

— no puedo quedarme en un pueblo humano, ¿puedes dejarme en un lugar? — dijiste, él asintió, extendió sus alas de materia oscura y partieron.

                         *****
— rey Meliodas, usted y la reina Elizabeth tienen una visita — comento un guardia.
— Gracias, deja la entrar — respondió el rey.

Tres arcángeles entraban en la sala del trono, Tarmiel, Sariel y Ludociel, este ultimo estaba al frente de los otros dos, seguía teniendo el mismo aire de arrogancia, los otros dos se adelantaron un poco para saludar a su vieja amiga.

Después del conflicto en la guerra, Sariel y Tarmiel apoyaron la decicion de Elizabeth y con un poco de trabajo le dieron la mano a Meliodas, al no poseer un cuerpo físico solo podían quedarse poco tiempo en sus visitas, pero gracias a la magia que recibían de la deidad suprema, podían quedarse un poco mas de tiempo.

— ¿que los trae por aquí? — pregunto Elizabeth.

— tenemos noticias — dijo Sariel.
— aunque no sabemos si son buenas o malas — comento Tarmiel.
— ¿de que se trata? — pregunto Meliodas.
— hace horas entro una ángel de alas negras que fue enviada por el consejo de los clanes a hacer una supervisión de los reinos — respondió Ludociel.
—¿que es el consejo de los clanes? — pregunto Meliodas en un susurro a Elizabeth.
— son los que se encargan de dividir el poder de Britania — respondió.
—asi es,  antes de que el rey demonio y la deidad suprema se enfrentaran ellos se enteraron de lo ocurrido y como castigo por romper su ley de paz entre los clanes e intentar apoderarse del poder de Britania, el rey demonio fue sellado en el purgatorio y la suprema deidad fue exiliada de Britania hasta nuevo aviso — dijo Sariel.
— ese consejo acaba de enterarse de la relación que tienen ustedes y aunque están de acuerdo en que su relación puede hacer una paz definitiva entre el clan demonio y el de la diosa, hay algo que les inquieta — comento Tarmiel.
— ¿y eso que es? — preguntó Meliodas.
— no nos dijeron nada sobre eso, solo dijeron que lo que ella opine sobre su relación va a decidir el futuro del poder de Britania y de la paz entre los clanes — respondió Ludociel.
— ¿como se llama la chica? — pregunto Elizabeth.
— se llama Stella — dijo.

                         *****
Llegaron a una especie de cueva que estaba oculta detrás de unos arbustos.

— ¿porque venimos aquí? No hay nada — dijo Zeldris.
— no juzgues algo por su portada o su apariencia — respondiste, aunque con mucha dificultad, aunque Zeldris te puso una tela para detener el sangrado, esta ya estaba demasiado empapada en sangre y pronto volverías a desmayarte.

Entraron a la cueva y todo se volvió oscuro.

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Hola!!! Espero les guste este capitulo!!!!

¿Y que las parece el diseño que hice de ustedes?

Comenten que les gusto del capítulo y den su estrella, eso me motiva a seguir.

Cuando mucho creo que subiré cada dos o tres días y en caso de que halla un contratiempo les aviso, pero de que subo capitulo, lo hago.

Hasta el próximo cap.★

Destinos Cruzados Nanatsu no taizai (zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora