especial 5/5 (lemon)

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Noche de recuerdo.

Después de una larga charla con Cusack finalmente regresaste a tu habitación.
Debido a las pocas oportunidades que había tenido para hablar contigo, no te había reprochado por a verle escondido tu identidad, por lo que en toda la charla se la paso con sermón tras sermón.

Entraste a la alcoba y viste a Zeldris acostado en la cama, tenia los ojos cerrados, por lo que pensaste que estaría dormido, tomaste un poco de ropa y una toalla para bañarte, entraste al baño, llenaste la tina con agua caliente, te desvestiste y entraste a la tina. Un suspiro salio de tu boca al entrar en contacto con el agua, necesitabas relajarte un poco, cerraste los ojos y te acostaste asta el punto en el que el agua te llegaba a la boca.

La puerta del baño se abrió y cerro con cautela, pero no te asusto, ya sabias de quien se trataba.

— creí que estabas dormido — comentaste mientras abrías los ojos y mirabas al demonio.
— No, solo cerré los ojos un momento — respondió y te observaba con cierta diversión —¿te importaría si entro contigo?
— ya sabes la respuesta — respondiste entre risas.

Se desvistió y entro a la tina frente a ti, la distancia no duro mucho ya que Zeldris se inclino, su cuerpo quedo sobre el tuyo y tenia sus manos en el borde de la tina a ambos lados de tu cabeza.

—¿que haces?— preguntaste entre curiosa y divertida.
— nada en especial — respondió con un susurro, para después empezar a besar tu cuello.

Sentías como sus labios acariciaban tu cuello de forma lenta y suave dejando besos húmedos y algunas marcas, dejabas salir algún que otro suspiro pero de un momento a otro se detuvo y se separo de ti.

—¿pasa algo?— preguntaste confundida.

Zeldris tenia la mirada en otro lado y su mirada parecía ausente.

— quiero preguntarte algo — respondió mirándote a los ojos.
— dime — realmente te había confundido su cambio repentino.
—¿estas conmigo por ser Zeldris o...por Nathan?— preguntó.

Esa pregunta te tomo realmente por sorpresa, pero no te extraño, sabias que te haría esa pregunta tarde o temprano, pero no esperabas que le hiciera de forma tan repentina. Fingiste pensarlo un poco, acción que molesto al demonio, te reíste por su puchero.

— no tienes porque preguntarlo, son la misma persona, me enamore de ambos por igual — respondiste, mientras te acercabas a él, pero Zeldris no parecía muy convencido —¿te sentirías mejor si los comparo?
— algo — respondió con un leve sonrojo.
— sutil, orgulloso, inteligente, cariñoso, hostil, comprensivo, pervertido, curioso, serio, reservado, algo metiche, bromista, relajado, tranquilo, colectivo, amable, intimidante, paciente, infantil, amoroso, cursi, divertido, travieso — dijiste, pero él te miro confundido.
—¿que haces?— pregunto.
— estoy diciendo las características que solías tener como Nathan y las que tienes ahora — respondiste con una sonrisa — sigues teniendo las mismas cualidades, el detalle es que expresas más unas que otras, pero sigues teniendo las mismas cualidades que me enamoraron, eso es lo que me importa — lo besaste en los labios de forma dulce y tierna — aunque hallas cambiado tu apariencia y tu nombre, sigues siendo el mismo para mí y por lo tanto el único.

Él sonrió y hecho su cabeza hacia atrás.

— no he cambiado nada — comento incrédulo.
—¿tu crees?— preguntaste sarcástica y divertida.

Y antes de que te reclamara algo lo besaste, un beso profundo y apasionado, sus manos se posaron en tu cintura y te hicieron sentarse en su regazo, después subieron de forma suave por tu espalda, una se detuvo en tu nuca para profundizar el beso, mientras que la otra mano comenzó a masajear uno de tus pechos, soltabas algunos gemidos durante el beso.

Se separaron por la falta de aire y sus labios fueron a tu cuello, de forma inconsciente moviste las caderas y él soltó un gruñido, se miraron a los ojos, se podía ver el amor, la pasión y el deseo que se tenían el uno por el otro, te beso con un poco de desesperación y alzo tus caderas, lentamente se adentro en tu cuerpo.

Soltaste un suspiro al sentir la invasión y Zeldris soltó un gruñido.

Sus manos se posaron en tu cintura y comenzó con un ritmo lento y placentero.

Gemias levemente por sus movimientos lentos, por sus caricias en tu cuerpo y por sus labios recorriendo cada parte de tu cuello hasta llegar a tus pechos, que besaba y masajeaba.

Se aburrió de esa posición.

Se enderezó hacia adelante, haciendo que fueses tu la que estaba de espaldas sobre el borde de la tina y empezó a aumentar el ritmo.

Entraba y salia de tu cuerpo de forma rápida y profunda, podía sentir como tu interior se apretaba cada vez más con cada embestida y eso le gustaba, soltaba algunos gruñidos al sentir tus manos recorrer sus brazos, su pecho y sentir como rasguñabas su espalda.

Ya no faltaba mucho para que llegarán, por lo que aumento el ritmo, cambiando sus embestidas por unas fuertes y más rápidas, callaba tus gemidos con besos y sus manos seguían recorriendo todo tu cuerpo.

Tus piernas apricionaron su cintura y le diste mayor acceso a tu interior.
Te beso con pasión y se adentraba cada vez más profundo.

Te separarse del beso y diste un fuerte gemido al sentir que un punto sensible era tocado, que al darse cuenta de ello, toco barias veces.

Finalmente ya no aguantaste más y sentiste como algo tu interior explotaba, un fuerte gemido salio de tus labios, unas embestidas más y él también entro en el éxtasis.

Apoyo su frente en tu cuello y acariciabas su mejilla de forma lenta y suave.

Se separaron y terminaron de bañarse. Se pusieron sus pijamas y se acostaron en la cama cara a cara.

— oye — te llamo y de tus labios solo se oyó un “¿hmm?” — ¿cuando terminaras el dibujo?
— tal vez lo termine después, cuando lo haga te lo enseñaré.

Zeldris sonrió, rodeo tu cintura con un brazo y te acerco a él, beso tu frente con ternura, por inercia escondiste tu rostro en su cuello y lo abrazaste, siempre que tenían esa cercanía te sentías como una pequeña que buscaba protección, una que siempre encontrabas en él.

A la mañana siguiente las cosas surgieron igual de tranquilas, ya no había nada que te preocupara...

O eso creías...

Pues no muy lejos de aquella dimensión una mujer esperaba por hacer de las suyas una vez más y ser la causante de tu dolor.

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Hola, espero les guste este ultimo especial, voten y comenten que les pareció, eso me motiva a seguir escribiendo.

Sayonara.

Destinos Cruzados Nanatsu no taizai (zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora