Capítulo 9

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De rey a rey.

El silencio reinaba en la sala.

—¿lo dices en cerio?— pregunto Meliodas molesto — ¿tengo que tener el permiso de mi padre para esto?
— escucha, ya se como es tu relación con tu padre actualmente, por lo que en tu caso y en el de Elizabeth solo tendrán que darles la noticia de la unión, no necesitan su aprobación — explicaste tranquila.

La tranquilidad regreso a la sala, hasta que alguien interrumpió tu momento de paz.

—¿no te piensas disculpar?— pregunto Zeldris, llamando la atención de los presentes.
—¿porque me tendría que disculpar?— preguntaste extrañada.

Zeldris te miro incrédulo y después se señalo el pequeño moretón que empezaba a formarse a un lado de su ojo.

—¿Amo Zeldris que le paso?— pregunto Cusack.
—¿no te piensas disculpar?— repitió.
— ya me había disculpado por el golpe y creeme cuando te digo que con lo que me dijiste hace un rato solo me dan ganas de hacer que ese moretón incremente su tamaño — respondiste amenazante.

Zeldris solo sonrió al ver tu reacción.

— por cierto Meliodas — dijo Zeldris llamando la atención del mencionado — con respecto a tu pregunta de hace rato, lo que paso fue...— mientras lo escuchabas hablar tomaste una servilleta que tenias guardada en un bolsillo y se lo metiste en la boca interrumpiéndolo y callando lo por completo,  dejaste tu mano en su boca para evitar que la escupiera mientras que el sonrojo en tu rostro volvía a hacerse presente.
— no es nada importante y con su permiso majestad nos retiramos — dijiste mientras tomabas a Zeldris del cuello de su traje y lo sacabas a rastras del lugar, dejando a todos con una gran curiosidad.

— parece que ellos se llevan muy bien — comentó Chandler a Cusack.

Cusack no dijo nada solo miro la escena con cierta gracia, jamas había visto a su amo Zeldris comportarse de una forma tan infantil, era algo sumamente extraño, pero al mismo tiempo era agradable ver una faceta de él, que nadie conocía.

—¡¡imbécil!!— tu grito desconcertó a todos los que llegaron a oírlo y después se escucho un portazo, sin duda eran como el ying y el yang.

Te acostaste en la cama que había en la habitación que te dieron para dormir, recordando lo que habían hablado.

Flash back

Cuando salieron de la habitación de Zeldris en dirección hacia los demás, él toco un tema del que no querías hablar por nada.

— creí que pedirías compartir cuarto conmigo — comentó.
—¿ah?¿porque pediría eso?— preguntaste extrañada.
— porque la ultima vez me pediste que durmiera contigo — respondió con una la misma sonrisa que ya parecía ser algo común en él.
Te sonrojaste bastante por eso.
— aunque te agradezco lo que hiciste, en esos momentos estaba muy vulnerable, por eso no dije nada y espero que lo olvides — respondiste, a pesar de tu respuesta su sonrisa no se borró.

Al terminar de hablar sobre la unión al ver que Zeldris les diría sobre la conversación anterior le tapaste la boca y lo sacaste de ahí.

— ¡espero que no se te allá ocurrido contarles! — le recriminaste.
— quien sabe — respondió — una pregunta, cuando me pediste que durmiera contigo, ¿no te decepcione?— preguntó.

Tu sonrojo incremento hasta las orejas. Captaste su doble sentido.

— ¡¡imbécil!! — gritaste a todo pulmón, entraste a tu habitación y cerraste la puerta de un portazo.

Presente.

“ Ese demonio va a acabar conmigo en muchos sentidos ” pensaste.

Zeldris por su parte estaba en su habitación pensando en la forma en la que te sacaba de tus casillas, si algo sabia sobre el comportamiento de las personas era que para ganar la confianza de alguien tenia que demostrar que confiaba en esa persona y comportarse de una manera infantil contigo era su forma de demostrarte confianza, aunque te sacaba de tus casillas.

                          *****
Meliodas caminaba de un lado a otro, tenia que hablar con su padre para unirse a Elizabeth y aunque no necesitaba su aprobación le preocupaba lo que pudiera hacer.

— estoy listo para hablar con él Merlín — le dijo a la maga.

Meliodas le había pedido a la maga que los ayudara a comunicarse con el ex-rey demonio y la madre de Elizabeth para darles la noticia.
El primero seria Meliodas y por medio de un portal se haría la comunicación.

Por un chasquido de dedos de la maga se apareció un portal de materia oscura y del otro lado se podía ver al padre de Meliodas, era igual de grande e imponente que la ultima vez.

— ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que nos vimos Meliodas — dijo el rey con su voz grave.
— Hola papá — respondió cortante.
— ¿vas a pedir disculpas o algún consejo de rey? — pregunto arrogante.
— no, solo quería decirte que vinieron a supervisar mi relación con Elizabeth — dijo indiferente.
— espero que la hallas reprobado, no quiero que sigas al lado de esa horrible mujer — comento frustrado.
— primero que nada, Elizabeth es mi mujer y quiero que la respetes, te guste o no me enamore de ella y la mantendré a mi lado para siempre — le recriminó.
— para que ella este a tu lado para siempre deben de unir sus almas — dijo.
— de eso quería hablarte, pase la supervisión y tengo permitido unir mi alma a la de Elizabeth — respondió Meliodas con arrogancia.
—¡¡¿crees que voy a permitir eso?!! ¡¡ no puedes hacerlo sin mi permiso!! — exclamo enfurecido.
— no necesito tu permiso para unirme a ella, solo te estoy avisando, era lo único que te quería decir — Meliodas dio la señal y antes de que el hombre reclamara otra cosa el portal se cerró.

Llegaba el turno de Elizabeth, lo mas seguro era que ella se comportara de la misma forma.

El portal al mundo celestial se abrió.

— Elizabeth, hacia tiempo que no te veía, ¿como has estado? — pregunto la deidad.
— he estado muy bien madre, pero quería decirte algo importante — respondió.
— ¿aprobaste la supervisión? — preguntó, la mujer quería irse directo al grano.
— Sí, y voy a unir mi alma a la de Meliodas, y aunque te opongas continuare con esto — respondió firme.

La deidad no dijo nada durante un momento, después de pensarlo hablo.

— por más que quiera oponerme se que no lograría nada, además de que me opondría a la palabra del consejo y si ya tienes la aprobación no puedo hacer nada más que resignarme, solo le voy a advertir una cosa a tu demonio, si algo llega a pasarle a mi hija estando a tu lado, esta vez te matare con mis propias manos — amenazo la diosa.

Su reacción fue muy diferente a lo que se esperaba la pareja, pero al menos habían dado cara por su amor frente a sus padres y aunque el padre de Meliodas no lo aprobaba, de cierta forma la madre de Elizabeth si lo hacia, de mala gana, pero lo hacia.

Solo faltaba cumplir con los preparativos que se necesitarían para ese día.

Necesitarían dormir bastante esa noche y no levantarse tan temprano para el día siguiente, aunque para ese ultimo no se les cumplió.

La razón.

Zeldris y tu.

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¡¡Hola!!
Espero les guste el capitulo.
Voten y comenten que les pareció, eso me motivaría a seguir escribiendo.

Hasta el próximo capitulo.

Destinos Cruzados Nanatsu no taizai (zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora