Destinos Cruzados Nanatsu no taizai (zeldris x ti)

especial 4/5

Gripe.

Tu estado de luto, finalmente había terminado, a diferencia de los años anteriores esta vez sentías que realmente te habías quitado un peso de encima, te sentías más liberada y más ligera, sentías que era la primera vez que habías dormido profundamente sin pesadillas y sin interrupciones. Se podía ver tu tranquilidad desde la distancia.

Te habías levantado más temprano para preparar el desayuno, querías agradecer a todos por su paciencia y su apoyo durante tu martirio, hací que decidiste hacer el desayuno para ellos, y una de tus especialidades eran los postres dulces por lo que ese seria tu regalo de agradecimiento.

Cuando viste que estaban casi todos en el comedor las sirvientas llevaron los platos.
Te alegro bastante ver que habían disfrutado de los platos que habías preparado para ellos, sobretodo por el postre, te dio bastante gracia ver como Ban y Meliodas se peleaban por la ultima rebanada de una de las tartas de frutos rojos, aunque al final Elizabeth y Elein se la terminaron comiendo entre las dos, lo que hizo que su respectiva pareja les reprochaba.

Zeldris era el único que no estaba presente, supusiste que aun estaría dormido, las noches tampoco habían sido fáciles para él, ya que tenia que consolarte por las pesadillas y calmar tu llanto por la noche, fue tu pañuelo y tu consuelo durante esos tres meses, siempre supo como calmarte y hacerte sentir mejor, era algo que realmente agradecias de él, su paciencia, su nobleza y lealtad.

Tomaste una bandeja y pusiste su desayuno con un postre que decidiste dejar como sorpresa.
Saliste de la cocina con la bandeja en mano y te dirijiste a la habitación que compartias con el demonio.

Te sorprendiste un poco al ver que salia del cuarto la cocinera o como tu la llamabas la acosadora, solo porque no sabias su nombre, aunque no te importaba en realidad, llevaba en las manos una bandeja de comida la cual estaba intacta.

— el príncipe Zeldris pidió que no se le molestará el día de hoy — dijo un poco arrogante.
— me parece bien, entonces vas a tener que mantener tu distancia con él por unos días — comentaste mientras pasabas por su lado — si me disculpas iré a ver a mi novio — remarcaste la última palabra y entraste a la alcoba.

Te sorprendió bastante ver que aun estaba acostado en la cama, le estaba dando la espalda a la puerta por lo que no vio cuando entraste. Dejaste la bandeja en la mesa de a un lado y te acostaste junto a él, lo rodeaste con un brazo y pusiste tu rostro cerca de su oído.

— oye, ya hay que levantarse — le susurraste, aunque el solo se movió con poco y entrelazo su mano con la tuya al reconocerla, sonreiste — te traje tu desayuno con un postre que te encanta.

Zeldris se dio la vuelta, rodeo tu cintura con su brazo para acercarte a él y escondió su rostro en el hueco de tu cuello, cuando hacia eso era su forma de decir que no se quería despertar todavía, pero ahí te diste cuenta de una cosa: estaba ardiendo en fiebre.

Te apartaste un poco de él y apoyaste tu frente en la de él, realmente estaba ardiendo en fiebre.

Te levantaste para ir al baño, donde tomaste un pequeño recipiente, lo llenaste con agua fría y tomaste un trapo, el cual mojaste en el agua y la colocaste en su frente, tenias que acostarlo boca arriba para que no se callera, al sentir algo húmedo en su frente Zeldris despertó.

—¿que pasa?— pregunto cansado.
— tienes fiebre, el día de hoy te quedaras en cama, lo más probable es que tengas un resfriado — respondiste con una voz suave — lo mejor sera que descanses y duermas lo suficiente, si para mañana la fiebre no baja, veré si Merlín tiene algo para tu resfriado.

Zeldris asintió.

— va a ser ti primer invierno en estas tierras, ¿verdad?— preguntaste.
— Sí, normalmente para estas fechas estamos en el mundo demoniaco porque no nos gusta el frío — respondió.
— eso lo explica — comentaste, captando su atención — como no estas acostumbrado al clima frío se bajaron tus defensas, solo tienes que acostumbrarte, el resfriado sólo durara unos cuantos días.
—¿me harías un favor?— pregunto con una ligera sonrisa.
— claro — respondiste.
—¿podrias hacer lo mismo que hiciste cuando me lastime?— pregunto.

Sonreiste, durante una de las misiones que habían tenido, termino fracturándose el tobillo y debido a que era muy inquieto tuviste que vigilarlo para evitar que se levantara, y eso implicaba a que tenias que atenderlo, cuidarlo y cumplirle algún capricho.

—¿eso si lo recuerdas?— preguntaste burlona.
— apiadate — comento, haciéndose la víctima.

Te reiste por lo bajo. Habías olvidado que era muy dramático en esas circunstancias, por no decir también que parecía un niño pequeño que suplicaba por atención.

— esta bien — tomaste la bandeja y se la pusiste en las piernas, tenias planeado ir a decirle a los demás sobre su resfriado, pero él te detuvo, ya sabias lo que quería — vas a disfrutar mucho todo esto, ¿verdad?
— solo las atenciones que me des — respondió, para después abrir la boca y recibir la cucharada de comida que le darías.

*****

Al día siguiente Se dio un aviso a los demonios a que se fueran preparando para el invierno, ya que al no estar acostumbrados al clima frío podrían enfermar, por lo que tendrían que mantener sus hogares calientes durante la temporada.

Zeldris por su parte disfrutaba realmente de las atenciones que le brindabas, lo único que le desagradaba era que Merlín iba a su habitación por las tardes a hacerle algún examen para ver los síntomas de un demonio enfermo, pero era por un bien mayor.

Meliodas por su parte había intentado fingir un resfriado en un intento de que su esposa lo consintiera, pero la diosa se dio cuenta de su plan por lo que le pidió a Chandler que lo cuidara, con la excusa de que si el rey estaba enfermo ella tenia que encargarse del reino.
Por lo que el plan del rubio fue un gran fracaso.

Después de una larga semana finalmente su fiebre ya había pasado, pero aun tenia que estar en reposo por la debilidad en su cuerpo, pero cada vez lo veías mejor.

Estabas sentada frente a la cama mientras que él hacia el intento de llamar tu atención, debido a que estabas con un cuaderno y un lápiz en mano no le prestabas mucha atención y solo volteabas a verlo de vez en cuando para seguir dibujando.

Cusack entro al cuarto pidiendo de tu presencia para unos asuntos importantes, por lo que dejaste las cosas a un lado y saliste de la habitación.
Al ver que ya no había moros en la costa, Zeldris se levanto de la cama y abrió el cuaderno.

Realmente le había sorprendido ver los dibujos tan detallados y tan exactos, había dibujos de todos los pecados, de Elizabeth, de Cusack, solo había uno de Chandler, había algunos diferentes de Meliodas junto a su esposa, pero la mayoría eran de él a tu lado, había algunos bocetos con tachones y comentarios donde te autocrítica vas, había otro que llamo su atención.

Donde tenia el cabello peinado hacia abajo, tenia unas facciones más maduras, pero aun así seguía teniendo un rostro infantil, te tenia abrazada por la cintura, su barbilla apoyada en tu hombro, los dos tenían una gran sonrisa y se podía ver una gran felicidad.

— realmente he cambiado mucho — comento para sí mismo.

Al darle la vuelta a la página, vio otro dibujo sin terminar.

De nuevo estaban los dos, lo tenias abrazado por el cuello y tu barbilla en su hombro, mientras que él tenia su mano sobre las tuyas y sus rostro aun no estaban bien detallados, pero podía notar una gran sonrisa en ambos.
A un lado había una pequeña critica:

“ por chismoso, no lo termine a propósito  ;p ”.

Se río por eso, ya te lo esperabas.

Dejo el cuaderno donde estaba y regreso a la cama.

“ esta noche no te dejare dormir”.

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Hola, espero les guste el cuarto especial, no olviden votar y comentar eso me motiva a seguir escribiendo.

¿De que quieren que sea el ultimo especial?

Dejen su respuesta en sus comentarios.

Sayonara.