especial 2/5

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Marca de territorio.

Zeldris no recordaba como se había hecho aquella marca en el cuello, ni siquiera sabia que la tenia.

Al llegar a la cena lo primero que le preguntaron fue sobre como se había hecho aquella marca.
Las únicas que no habían dicho nada, fueron las chicas, quienes tuvieron una pijamada esa misma noche.

— Ángela, di la verdad, ¿esa marca se la hiciste tu?— te pregunto la diosa.
— tal vez — respondiste, encogiéndote de hombros.

Las únicas en la pijamada eran: Elizabeth, Diane, Elein, Merlín y tu.
Si no fuera porque Mellascula era algo chismosa, también la habrían invitado.

—¿porque le hiciste esa marca?— preguntó la gigante.
— marco territorio — respondiste como si nada, al ver que las chicas no habían entendido mucho, decidiste explicarles — en algunas dimensiones en las que he estado, a muchas mujeres no les interesa que un hombre este casado, comprometido o que tenga pareja, y le menean el trasero esperando a enganchar alguno — explicaste.
— pero no creo que Zeldris te sea infiel — comento Elein.
— la marca no es por él, es por las chicas, la cocinera sabe que Zeldris y yo estamos saliendo desde hace poco y aun así fue a coquetearle — respondiste un poco irritada recordando lo que paso — suerte que no se halla dado cuenta.
— por lo visto los hombres no se dan cuenta cuando una mujer se les insinúa — comento Diane.
— creo que sí —respondió Elizabeth resignada.
— no tanto — comentaste, llamando la atención de todas — los hombres solo se fijan en los coqueteos y en las insinuaciones de la persona que le gusta, algunos no logran identificarlos fácil, como Ban y King — Diane y Elein asintieron — pero los que ya han tenido pareja, como Meliodas o Zeldris, lo identifican de una forma mas fácil, porque ya tienen experiencia.
—¿y porque no noto a la cocinera?— pregunto Diane.
— si la noto, pero fingió no hacerlo para que no fuera directa.
—¿en que consiste hacerles esa marca?— pregunto curiosa el hada.

Afuera de la habitación en donde estaban, dos hermanos demonio, un rey hada, un inmortal y un humano poeta, espiando del otro lado de la puerta, escuchando cada palabra y hablando entre ellos en voz baja.

— su platica es muy interesante — comento el inmortal.
— hermanito, tenias mucha razón, realmente le dio celos — dijo Meliodas.
— aunque la ignoré, no dejara de insinuarse la cocinera, seguro que por eso se irrita más — respondió Zeldris.
— no sabia que las mujeres fueran posesivas — conmento King, ganándose una mirada de incredulidad de los demás.

Meliodas cayo a los muchachos y siguieron escuchando la charla de sus novias al oír que responderías a la pregunta del hada.

— bueno, los hombres piensas que seria por celos, pero eso depende de las intenciones y de la forma en la que lo refleja — respondiste, haciendo crecer la curiosidad de las chicas y de los espías.
—¿que quieres decir?— pregunto la diosa.
— un ejemplo serian Elizabeth y Meliodas, porque lo que hace Meliodas al tocarla cuando quiere es algo parecido a esto — explicaste — lo que Meliodas remarca al hacer algo así; es que Elizabeth es su mujer, y en parte por lo que me han contado es que también lo hace por celos, en si lo hace para decir que es suya y que no se le pueden acercar con intenciones fuera de la amistad, esta marca es algo así, es una señal de que ya tiene pareja y es de advertencia.

Las chicas soltaron una exclamación de sorpresa y los hombres reprimieron la suya.

—¿en cerio?— pregunto Diane sorprendida.
— lo es — respondió Elizabeth — en una ocasión le pico los ojos a Hawser por decir que la ropa que tenia me quedaba bien y me abrazo mientras le decía que no se me acerque.

Las chicas estallaron a carcajadas, y hacían comentarios de que no se lo podían creer, mientras que los hombres hacían el intento de no reírse y un rubio tenia un leve sonrojo.

— si las cosas son así, entonces King también se ha puesto celoso.
— yo no estoy muy segura con Ban.
—¿Zeldris también ha tenido celos Ángela?— pregunto Merlín.

Suspiraste resignada.

— sí, pero de una forma más indirecta — respondiste y al ver la mirada de confusión de las demás añadiste — cuando alguien me coquetea y ve que me doy cuenta, me reprocha o hace un berrinche como niño pequeño, otras veces se molesta.

Las chicas empezaron a reírse, normalmente eso era lo que hacían al tener sus pijamadas: hablar de sus novios, aconsejarse mutuamente y darse consejos para una ocasión especial, pero Elizabeth saco un tema que preocupo a Meliodas.

— Ángela, ¿puedes darme un consejo?.
— claro, ¿de que se trata?
—¿como puedo castigar a Meliodas? — al ver tu mirada confusa empezó a explicar — lo que pasa es que él siempre encuentra una forma de avergonzarme de una sola manera — todas asintieron, empezaban a entender a donde quería llegar — quiero que me digas como le regreso el favor.

Todas sonrieron de forma cómplice, mientras un rubio sentía un sudor frío y te apresuraste a hablar.

—¡sera un placer ayudarte con eso!— dijiste de forma dramática mientras te acercabas a la puerta —¡y lo mejor seria tener a alguien con quien practicar!— abriste la puerta de golpe y los cinco hombres dieron contra el suelo — y por lo visto tenemos con quien.

Ellos se levantaron solo para ver la mirada siniestra que cada una de ustedes tenia.

—¡podemos explicarlo!— dijeron asustados, en su mayoría.
— los vamos a perdonar, pero solo con una condición — respondiste.

Un sudor frío recorrió las espaldas de cada uno y un miedo sepulcral se apodero de ellos al ver que se acercaban y los llevaban a su respectiva habitación

Esa noche se pudieron escuchar suplicas de aquellos hombres, especialmente del rey y del príncipe del clan demonio.

                          *****
A la mañana siguiente durante el desayuno la joven pelirroja se acerco a Zeldris con su desayuno, pero al verlo de cerca pudo ver que tenia más de una marca roja en su cuello y una que otra mordida por lo que solo dejo el desayuno y se retiro.

—¿con esto ya no tendrás celos?— pregunto el demonio.
— nunca tuve celos — respondiste tranquila.
—¿entonces?
— solo marco mi territorio.

Una sonrisa se poso en los labios de cada una de ustedes, mientras que los hombres tenían una mirada cansada y de nervios.

Habían aprendido de la peor forma que no debían de espiar a su novia sin razones justificables y que si dejaban que otra mujer les coqueteara les iría peor.

El que había pasado la peor noche de su vida fue Meliodas, pues su querida reina lo había torturado de una forma sensual y erótica, mientras que él solo era un espectador y no podía tocarla, por lo que fue un suplicio para el pobre.

Zeldris por su parte lo ataste a la cama y se podría decir que una parte de su ropa le apretó bastante.

Ahora ellos sabían que no era buena idea hacerlas sentir celos.

— los celos son peligrosos — comento Meliodas.

Los demás asintieron dándole la razón, mientras que las chicas se reían.

Pero tu sonrisa se borro poco a poco.

“ se acercan esas fechas ”

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Hola, espero les guste la segunda parte del especial, mañana se subirá la tercera parte.
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Destinos Cruzados Nanatsu no taizai (zeldris x ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora