Noche de recuerdo.
Zeldris te besaba de forma tierna y dulce, uno de sus brazos rodeaba tu cintura para mantenerte cerca de él, mientras que su otra mano acariciaba tu mejilla con delicadeza y profundizaba más el beso.
Cuando se separaron por la falta de aire, pusiste tu cabeza en el hueco de su cuello y tu mano en su pecho, mientras que el acariciaba tu cabello— creo que recuerdo esto — dijo el demonio mientras te abrazaba con fuerza — jamas llegamos a más de un beso, ¿verdad? — pregunto con picardía.
Te sonrojaste por lo que dijo, te apartaste rápido e intentaste nadar hasta la orilla, pero el demonio logro darte alcance, tu huida le dio una respuesta clara.
— si ya sabes la respuesta, ¿para que preguntas?— dijiste mientras intentabas soltar te de su agarre, pero era en vano, te tenia bien agarrada de la cintura.
— lo que recordé fue esto, que no admites ser romántica y cuando haces algo así te avergüenza recordarlo o hulles, como hace rato y como ahora — respondió burlón, agradecías darle la espalda, porque además de tener razón no querías que te viera a la cara por el gran sonrojo en tus mejillas, un sonrojo que incremento cuando se aferro a tu cintura y sentiste su respiración en tu cuello.—¿Ze-Zeldris? ¿Que... ah — soltaste un suspiro involuntario al sentir sus labios en tu cuello, lo besaba y acariciaba, también dejaba alguna que otra marca — Es-Espera no cre-¡ah!— soltaste un gemido al sentir que había mordido tu cuello, haciendo que sintieras una descarga placentera en todo tu cuerpo, tu espalda se arqueó y recargaste tu cabeza en su hombro, empezabas a sentir como sus manos acariciaban tu abdomen pero se detuvieron antes de llegar a tus pechos y sentiste su cuerpo tensarse — ¿pasa algo?— preguntaste, no podías negar que sus caricias y besos te habían hecho estremecer, por lo que te extraño que se detuviera, sobretodo teniendo en cuenta que ya estabas cediendo ante él.
— sera mejor que nos vallamos, puede que nos estén esperando — respondió, pero sabias que había mentido y como respuesta empezaste a reír, confundiéndolo.
—¿sabes? Siempre me dabas mi tiempo cuando las cosas llegaban a ponerse... " intensas " — dijiste entre risas, mientras volteabas a él — incluso lo haces ahora, o cuando me besaste en el cuarto, incluso ahí te contuviste, ¿sabes porque? — al ver que negó con la cabeza sonreíste y rodeaste su cuello con los brazos para acercarlo más a ti — porque no querías presionarme, por lo que siempre esperabas a que sea yo la que diera la iniciativa — después de decirlo lo besaste con pasión y amor, querías que el beso reflejará lo mucho que lo habías extrañado y aunque no sabias toda la historia de como su alma llego a Britania, por el momento querías disfrutar de tenerlo devuelta.Su beso fue intensificándose cuando él empezó a relajarse, te sujeto de la cintura y comenzó a caminar hasta que tu espalda dio contra una roca fría, húmeda y plana para tu suerte.
Sus besos bajaron de tus labios hasta tu cuello y una de sus manos bajo de tu espalda hasta tu muslo, el cual alzó hasta su cintura y daba leves caricias.
Su otra mano subió de tu cintura y empezó a marcar la forma de uno de tus pechos por encima de la ropa.Se separó un poco de ti para verte a los ojos, al notar que había pasión y deseo en ellos, decidió continuar.
Tomo tus manos y las puso por encima de tu cabeza, las sujeto con una mano, mientras la otra descendía lentamente, bajo por tus brazos, acarició tu cuello y se detuvo entre tus pechos, donde se detuvo por varios segundos.
— mis ojos están acá — comentaste burlona, sacándolo de su transe.
Sonrió por tu comentario y su mano siguió bajando por tu cuerpo, paso por tu abdomen, recorrió tus muslos y tomo el borde del vestido, el cual subió de forma lenta.
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Destinos Cruzados Nanatsu no taizai (zeldris x ti)
Casualetras romper la maldición de 3000 años, meliodas y Elizabeth finalmente pueden vivir tranquilos, con el rey demonio sellado, Meliodas se quedo con la corona de su clan y con Elizabeth como su reina. se logro hacer un trato de paz con todas las razas...