Capítulo 2.

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Al principio que conocí a Natalie no pudimos evitar caernos mal, ella llegó al barrio después de mi y no puedo negar era una chica linda, y siempre que ocurre algo así empieza a brotar la llamada "envidia", lo peor de todo es que era paisa y no se por qué siempre las malditas paisas tenían que ser llamadas las más "lindas"  en este país.

Luego de un tiempo en el barrio, viendo que todos corrían detrás de ella decidí hablarle, igual yo era una noña de 12 años como para pelear por esas cosas.

-Hola Natalie- Le dije apenas la vi en la cancha del barrio.

-Hola- Me respondió asombrada.

-¿Qué esta haciendo?- Dije notando que se ponía nerviosa.

-No, nada- Guardo algo en su bolsillo.

-¿Qué tiene ahí?- Volví a preguntar.

-Nada- Me dijo y se paró.

-No se vaya, pues es que yo tenía algo decirle- Dije reteniendola- Llevamos viviendo casi dos años en el mismo barrio y no hemos logrado llevarnos bien y pues no aguanta- Le dije.

-Jaja tiene razón- Respondió - Todo bien usted no me cae mal, ¿sabe qué? Para que vea le voy a mostrar lo que tengo acá- Me dijo eso y sacó una bolsa con marihuana de su bolsillo.

Yo abrí los ojos, nunca en mi vida había hecho eso y no quería hacerlo todavía.

-Hagale, fume un poquito y si no le gusta pues no lo vuelve hacer- Me insistió.

-Bueno pero solo uno- Respondí.

Uno fue bastante para sentirme bastante mal.

Después de ese día empezó a crecer un laso de amistad, ella había sufrido mucho en su vida, nunca conoció a su papá, su mamá era una drogadicta y no hacía nada por ella y su hermanita menor, lo cual la llevo a trabajar desde muy pequeña vendiendo dulces para comer algo diariamente con su hermana.

Yo en gran parte la entendía, mi papá nunca me quiso y en realidad ni recordaba como era y mi mamá se fue desde que yo era pequeña. Aunque tenía a mis abuelos. Ella no tenía a nadie, se tenía a ella y a su hermanita.

Ya se aproximaba mi cumpleaños número 13, en realidad no me emocionaba mucho esta idea, mi cumpleaños nunca era la gran cosa, mis abuelos me daban lo que yo quisiera, mi mamá siempre llamaba jurando que iría pronto aunque yo sabía que no lo haría, lo normal era salir con mis amigos del barrio a embriagarnos en la cancha con trago barato que sólo podíamos comprar.

Esa mañana me levanté y lo primero que recibí fue un mensaje de Jordan, el mas lindo del barrio tenía 16 años y era obvio estaba detrás de mi, yo a pesar de todo era muy bonita. Ojos cafes grandes, aunque recién cumplía 13 tenía cuerpo de una de 15.

"Esta tarde te esperó en mi casa, te tengo una sorpresa de cumpleaños" - Jordan.

"Esta bien, allá estaré"- Respondí.

Luego recibí la llamada de mi mamá.

-Hola hija- Me dijo.

-Hola má - Respondí.

-Hija feliz cumpleaños quier..- Interrumpí.

-Si ya se que no puedes estar, tranquila me tengo que levantar después hablamos, chao. - Dije.

-Te amo- Exclamo.

-Aja- Colgué.

Después de tanto tiempo que había pasado estaba acostumbrada a eso y no era necesario que ella diera sus putas excusas, tenía 13 pero no era ingenua.

Me levanté y como siempre mi abuela me tenía un lindo desayuno, ella y mi abuelo me felicitaron.

Llegó a eso de las 2 de la tarde a mi casa Natalie y Camilo, Camilo es mi mejor amigo siempre ha estado ahí, desde que llegue al barrio. Y Natalie sin pensarlo terminamos siendo inseparables. Entramos los 3 en mi habitación y esperaron que me alistara, cuando salí del baño sólo estaba Camilo.

-¿Y Natalie?- Pregunté.

-No se, dijo que tenía algo que hacer dijo que te llamaba más tarde para reunirnos todos en el parque.- Respondió.

-Ah bueno.

Me empecé a vestir, no me daba pena hacerlo en frente de él, de un momento a otro Camilo me agarro fuerte.

-¿Qué putas es eso que tiene en los brazos Violeta? - Me dijo alterado.

-¿De qué habla loco?- Respondí

-¿Eso son cortadas? Dígame- Habló alterado

-Ay ¿cuales cortadas? Son.. em.. Rasguños del gato- Respondí con burla.

-¿Usted me que cree marica o qué? Acá no tienen gato, dígame ¿Por qué hace eso?- Me dijo ofendido.

-A usted no le importa.- Dije sin interés, aunque realmente si le importaba, era mi mejor amigo, pero no podía decirle no me entendería.

-¿Sabe qué? Suerte.- Dijo saliendo de mi habitación.

Me había dejado botada el día de mi cumpleaños ¿Era justo? No iba a rogarle realmente no lo haría y menos por eso, si yo me cortaba era porque realmente sentía un desahogo, ya lo venía haciendo casi un año, me sentía sola. Sin una mamá que me apoyará, unos abuelos que solo me cuidan por lástima, pero no era de deprimirme era mi cumpleaños. Así que termine de arreglarme. Para tener 13 años era muy linda, tengo que aceptarlo, un abdomen plano, cabello largo, un culo grande y bueno, me faltaba pecho. Me puse un pantalón ajustado, una camisa que dejaba ver mi abdomen me maquille y salí a casa de Jordan, el dijo que me tenia una sorpresa así que me fui para su casa.

Violeta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora