Quizas...

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Planeo pasar todas mis historias a esta plataforma. Espero las disfruten si aún no la han leído. Por cierto adoro los crossover así que verán muchos.

Disfruten!




Kiryuu Zero murió sin remordimientos y haciendo el deber por el cual nació.

Protegiendo a los humanos.

Cuando cerró los ojos había pensado que sería el final que su destino era ya sea irse al infierno, por el pecado de matar a su hermano menor o mantenerse flotando en el vació de oscuridad que era la nada.

No había esperado siendo aturdido por una intensa luz, un llanto tronando de sus propios pulmones y luego ver a una amable mujer de ojos claros míralo con adoración. Había pensado que la muerte era el final, él no era religioso ni mucho menos, tampoco creía en "la otra vida" su concepto de la muerte era una negrura sin fin, donde seria atormentado por los errores que cometió.

No pensó que se vería a si mismo gritando a todo pulmón en un llanto desgarrador.

O que sería sostenido por un adulto en bata blanca.

No esperaba escuchar las conversaciones frenéticas a su alrededor.

—No puedo creer que eran dos ¡No los vimos en absoluto!

—Mis bebés...

—Nana-san hizo un buen trabajo ¡Sus hijos están sanos!

—Doctor esto es...

—Esto es muy inusual...

Y mientras la sala de parto se llenaba del grito de dos infantes y los murmullos de enfermeras la ahora madre Nana Sawada solo tenía ojos para sus pequeños bebes lindos. Tan cansada como estaba ella aún tenía la energía suficiente como para sorprenderse cuando miro al gemelo menor por unos míseros 10 minutos.

"Eso era...¿Cabello blanco?"

Ella estaba muy confundida ¿Cómo su hijo tenía tal tonalidad de cabello? Su otro niño que aún se agitaba con nerviosismo tenía una pequeña mata de cabello claro muy similar al suyo propio pero el del menor...

"Bueno...."

Ella sonrió sus bebes, ambos eran hermoso y si eran diferentes ¿A quién le importaba? Eran suyos y la nueva madre ya los amaba, los amaba con todo su corazón.

Sus pequeños gemelos.

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Cuando Iemitsu miro a sus dos hijos (aún no se acostumbraba a la idea de tener hijos gemelos) no pudo evitar estar aún sorprendido por las claras diferencias entre ellos. Y eso que apenas y tenían unas semanas de nacidos solamente.

A pesar de que ambos bebes eran completamente diferentes, ambos eran sus hijos llevaban su sangre y los cuidaría con todo lo que tenía, y siendo el líder del CEDEF tenía muchos recursos. Sus ojos dorados vieron a los bebes en su cuna, hace tiempo que habían salido del hospital y al estar solo esperando un niño aun no le conseguían la otra cuna al bebe menor.

Pero parecía que no importaban.

—Ustedes son tan adorables...

Ambos bebes se habían acercado juntos, sus manitas unidas y solo eran la cosa más linda que él había visto. Era una suerte que no tuvieron una niña o ya se podía ver a sí mismo como un fanboy y como un padre sobreprotector celoso.

Aun así...

De la nada él comenzó a sacar fotografías de sus pequeños, tenía intención de documentar cada cosa que hicieran, para luego avergonzarlos cuando sean mayores ¡Su plan era perfecto! Así que mientras Nana descansaba en su habitación Sawada Iemitsu cuidaba a sus pequeños y les tomaba fotografías a diestra y siniestra.

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Zero miro al hombre con una cámara, luego su mirada fue al del otro bebé en la cuna a su lado. Su hermano...¿Y no era eso chocante? Él no había esperado volver a nacer ¿O era reencarnarse? No sabía que nombre ponerle a la situación en la que estaba.

¿Qué se supone debía hacer ahora?

¿Por qué había vuelto a nacer?

Había sido confundido en un principio ante estas nuevas sensaciones, ser un bebé y todo hacía que cada cosa sea aún más grande en su mente de infante ¿Por qué si volvió a nacer sus recuerdos y personalidad habían quedado intactas?

Tantas preguntas sin respuesta.

Y no solo eso, las diferencias entre esta nueva vida y la anterior eran abismales, en primera sus padres no eran cazadores (ni siquiera sabía si en este lugar existan vampiros) y si bien había nacido como un gemelo de nuevo, esta vez parece que él fue el menor de los hermanos.

¿No era eso irónico?

Lo más extraño seria también que su gemelo no se parecía en nada a él, lo que hace que cualquier pensamiento de Ichiru sea descartado. Su primer gemelo no estaba en este lugar...

Y lo más importante...

Era humano...un humano de nuevo.

Zero estaba...en una perdida en que sentir, había deseado tantos años su humanidad desde aquella maldita noche, se había odiado a si mismo siendo vampiro, el dolor de la sed de sangre la tortura de las pesadillas y un incierto futuro.

Todo eso había sido odiado con pasión por él.

Y ahora era humano una vez más, su deseo más profundo entregado a él de una forma tan extraña y sorpresiva.

Todo era tan extraño.

Un bostezo salió de sus labios.

Siendo un bebé dormía mucho, pero era normal suponía, tal vez debía seguir el ejemplo de su hermano su hermano mayor y dormir unas horas más. Después de todo es lo único que podía hacer por el momento, tal vez cuando este cuerpo sea más grande él sepa cómo afrontar esta situación.

Por ahora...

Seguiría siendo un bebé, mientras meditaba su situación, además no sabía nada de este nuevo lugar, si bien no era un estratega como Kuran él era inteligente, planearía que hacer con calma y paciencia.

Y quien sabe...él pensó mientras su cuerpo se relajaba en el sueño...quizás este mundo no sea tan malo...

Si en este lugar no había vampiros y él era humano quizás podría tener una vida tranquila, quizás por eso había vuelto a nacer, para poder tener al fin una vida feliz y tranquila, la vida que se le negó cuando era Kiryuu Zero.

Quizás esto no sería tan malo...

Quizás...

Espero lo hayan disfrutado, subí esta historia antes con otro nombre en FF y amor yaoi, pero acá lo mantendré de esta forma, creo que también lo cambiaré en las otra plataformas.

Gracias por leer!

Pronto subiré una nueva historia.

Luna Vongola Donde viven las historias. Descúbrelo ahora