Luna Vongola

Nube rebelde.

—¡Maldita sea! ¡¡¡Sáquenme de aquí !!!—

¿De que rayos estaba echa esa puerta? No importa cuanto golpeara no podía derribarla. ¡Era tan frustrante!

Ese bastardo! ¿¡Como se atrevió a secuestrarlo!? Peor aún ¿Como Zero fue secuestrado... de nuevo?

Ya parecía que él era una jodida princesa en problemas.

Maldita sea.

Dándole una última patada a la puerta (la cual no se daño para nada) Zero resoplo y camino hacia la gran y suave cama que su "habitación" (celda) tenía.

Bueno era una lujosa recamara pero para Zero era una maldita prisión.

Recostándose de espaldas en la cama Zero pensó en la horrenda suerte que se cargaba.

—No puedo creer que haya armonizado con ese bastardo  ¿No se supone que el armonizar se lograba con la confianza mutua?...

—Generalmente es así, pero hay excepciones...

Zero se levantó, reconocía esa voz.

—Skull!!...— sentado cómodamente en la silla, el pequeño bebé lo miraba sin su casco, Zero frunció el ceño al notar el brillo de diversión en esos ojos morados.

—Esto no es divertido! Ese idiota  me secuestro! Como rayos armonice con alguien que ni conozco?—

—Es raro, pero hay ocasiones en las que se logra armonizar a la primera interacción...—aunque no era muy conocido.

—Pero ni siquiera conozco el nombre de ese tipo...— sabía que le decían "Boss" pero dudaba que ese fuera su  nombre.

—Él es Xanxus el líder de Varia, asesinos profesionales...

¿Donde había escuchado ese nombre antes?

Unos segundos después, Zero se levantó de la cama, sorprendió y ligeramente indignado.

—¿El tipo con el que Tsuna peleará? ¿¡Armonice con el enemigo!?—comenzó a caminar de aquí para allá, esto no podía haberle pasado.

No era posible!

Y de nuevo. Como armonizo con alguien que ni conocía? No tenía lógica.

—El destino tiene un sentido del humor retorcido...

Zero miro al bebé— Parece que te divierte esto...

—Un poco...

Zero ya ni se molesto más, Skull era uno de los compañeros de Reborn después de todo, en algo debían parecerse.

—Estoy atrapado con puro maestros sádicos...— Yagari-sensei también había sido así.

Dejando de caminar por la habitación, el albino volvió a sentarse en la cama, este no era el momento para entrar en pánico, tenía que pensar como salir de aquí.

—Debo salir de aquí...— no era un pedido, no era un gimoteo. Era una declaración que debía cumplirse.

—No será fácil, todos ellos tienen muchas más habilidades que las tuyas...

A pesar que sabía que Skull tenía razón, a Zero no le gustaba la situación.

—Me importa un carajo!— se largaba de aquí porque se largaba.

Nadie se lo impediría!

En ese momento la puerta se abrió y Zero vio entrar a otro bebé a su habitación (celda) era Mamon quien flotó por el lugar hasta quedar frente a Zero.