Luna Vongola

Y comienza.

Zero solo había dado dos pasos al interior de su hogar cuando de repente fue rodeado de los familiares brazos de su hermano. Zero había correspondido al abrazo antes siguiera de darse cuenta de quien era.

—Tsuna! Regresaste!!!— esto era una sorpresa, no esperaba que su gemelo llegara tan pronto.

Reborn había dicho que tardarían más.

Pero no se quejaría, extrañaba a su gemelo.

—Sentí que algo paso...— sin embargo el no preguntó lo que había sucedido.

Zero observó a su hermano, lo observó por unos segundos, conciente que los ojos se Tsuna ahora tenían un brillo  más dorado que antes, que parecían podían leer su alma y sus pensamientos.

Pero ese no era el único cambio.

Con un  jadeo de sorpresa y una mirada de ligera traición se alejó de su hermano mayor.

¡No podía creerlo!

Esto era una especie de traicion no?

—Tsuna has crecido!!!

¿Como ocurrió?

Ellos siempre habían sido de la misma altura, siempre y ahora... Ahora ¿Tsuna era mas alto que él?

Eso no podía estar pasando.

¿Era este el castigo por los pecados de su vida pasada?

Seguramente era un castigo.

Debió haber sido una mejor persona en su otra vida y no tan vengativo.

Un tiempo después Reborn apareció y solo para chocar con la imagen de un Tsuna tratando de reconfortar a un deprimido Zero, el cual estaba en su rincón emo lamentando todas las decisiones de su pasado oscuro.

Y como el bastardo sadico que era, él sonrió.

Y así como así, por un tiempo todo volvió a la normalidad.

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Pero no se debía olvidar la cuestión principal.

Como un inevitable suceso la batalla por los anillos Vongola debió dar inicio. El lugar?

La escuela Nanimore.

Tsuna no sabía cómo lograron convencer a Hibari para que usarán su amada escuela como un campo de lucha y que permitiría el acceso a extraños en su territorio.

El chantaje debió haber válido la pena estaba seguro.

—Solo tomó unas cuantas fotos de Zero para que aceptará, no fue difícil... —parecía que Reborn leía mentes porque acababa de responder la pregunta del joven.

—Oh, ya veo...—Tsuna parpadeo, dándose cuenta de lo que acaban de decir su tutor, su cabeza dio un giro tan rápido que seguramente habría roto su cuello de ser alguien más fragil— ¡¡¿Que le dieron qué!!?

La mano de Zero oculto su rostro, pura vergüenza llenándolo.

Estúpido Kyoya.

Cualquier imagen digna o seria que podrían haber puesto frente a los asesinos de Varia quedó en el olvido. En su lugar dicha organización de muerte llegó al lugar y hora citada sólo para toparse con la imagen de un Tsuna gritándole histérico al arcobaleno algo sobre... ¿La ubicación de un pervertido? Al chico bomba tratando (y fracasando) en calmar al chico y al gemelo albino lejos sufriendo lo que era claramente vergüenza ajena.