Mukuro

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Había una ves, Tsuna perdió su humanidad por unos minutos, todo su ser se había transformado en una bestia que buscaba  de sangre. Lo que, para Reborn, quizás no sería tan malo al menos para un jefe de la mafia.

Pero Tsuna tenía 10 años cuando eso pasó.

Que ocurrió?

Bueno, todo se reduce a su hermano.

Su amable e ingenuo pero terco hermano menor. Zero que a pesar de ser tan terco y difícil por dentro era un gran blandeque de corazón amable.

Zero quien a los 10 años no había visto la mentira del hombre que se le acercó con ojos llorosos y sollozando, diciendo que había perdido a su hijo y Zero se lo recordaba tanto. Entonces que había hecho su hermano? Había decidido acompañar al hombre, solo unos minutos, al menos hasta que dejara de llorar.

Fue un grave error.

A los 10 años Zero era un excelente peleador, el mejor de su clase solo superado en resistencia por su hermano mayor, y fuera de clases por Hibari. Aún así, era fuerte y sabía cuidarse solo.

Aún así, la ingenuidad de Zero lo cegó al pañuelo mojado en un líquido que había dejado a su hermano débil y desorientado. Lo dejo indefenso al hombre adulto, del triple de su tamaño y con un corazón tan negro como el petróleo.

Y entonces el pequeño Niño delgado y el adulto fueron a parar a un callejón oscuro, y sin importar las luchas de Zero (porque joder, drogado o no él no se iba a quedar quieto) el hombre había comenzado a poner sus manos sobre sobre todo el cuerpo de su hermano.

Era obvio lo que él hombre quería.

Y luego Zero ya no peleo con el hombre, ahora pelaba para mantener su ropa en su lugar. Las sucias manos del hombre habían tocado lugares que nunca antes nadie más había tocado, en esta vida o en la anterior.

Había aterrorizado a Zero a un nivel que ni un vampiro había logrado antes.

Ni Rido ni Kaname, lo habían logrado.

Y entonces los bonitos ojos amatista de Zero se habían llenado de lágrimas, porque joder no quería esto y no tenía la fuerza para detenerlo.

Con su ropa a medio quitar, su blanca piel manchada por aruñarla y otras cosas (chupetones) mejillas manchadas de lágrimas y ojos llenos de terror, mientras a un trataba (inútilmente) de luchar contra su captor, así fue como Tsuna había encontrado a su hermano.

Y Tsuna no lo recordaría, pero esa había sido la primera vez que uso sus llamas para quemar a otra persona, llamas de ira, llamas nacidas del odio y la pura furia de su usuario.

Habiendo sentido el peligro, Tsuna sabía que Zero lo necesitaba, y entonces algo, instintos primarios (mas adelante sabría que era su súper intuición) le mostraron el camino para hallar a su gemelo.

Y Tsuna perdió la cordura.

Intensas, grandes llamas naranjas habían rodeado ese callejón, el mayor de los hermanos había arremetido contra el hombre, que se había atrevido, se atrevió!!!, a querer dañar a su gemelo de una forma tan asquerosa.

Tan drogado como están, Zero solo recordaría el grito de dolor y miedo de un hombre y luego naranja, un calor que lo rodeaba, amor,  cuidado, protección.

Y luego los brazos de Tsuna lo rodearían y Zero sentíria a su hermano, con él a su lado. Y se aferró a su gemelo.

No me sueltes, no me sueltes, no me abandones.

La mente de los gemelos era un caos de terror, dolor y furia.

Y entonces la policia llegaría y encontrarían a ambos hermanos aferrándose unos a otros y a un adulto con ambos brazos quemados, carbonizados más allá del punto de arreglo.

Luna Vongola Donde viven las historias. Descúbrelo ahora