El rayo y la tormenta

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Según Reborn las tormentas preferían sus luchas a larga distancia, podía ver lo correcta que era tal afirmación al ver la pelea de Ayato y Belphegor.

En al gran pantalla que les habían puesto las bombas y cuchillos eran lanzados con maestría.

Uno podría pensar que Gokudera tendría mayor ventaja, las bombas eran mucho más destructivas que los cuchillos, pero Belphegor era un genio con sus sentido muy afilados, un asesino profecional que no podía ser subestimado.

Ayato estaba perdiendo.

Y a Zero no le gustaba la parte suya que estaba aliviada, esa parte suya que deseaba que él rubio ganara.

Se sentía un traidor.

Tenía que hablar pronto con Tsuna sobre lo que le estaba pasando, pero nunca encontraba el momento adecuado.

––Gokudera esta siendo imprudente de nuevo–– Tsuna no sonaba nada feliz.

Zero podía entenderlo.

––¿Crees que hará algo estúpido?

––No lo creo, lo se.

Zero no podía estar en desacuerdo. Y a pesar de saber que Belphegor no mataría al italiano, él no podía saber que tan lejos llegaría Ayato para ganar esta lucha.

Observando la batalla en aquella pantalla de televisión, Zero hizo una mueca cuando uno de los cuchillos casi perfora el rostro de su amigo.

Belphegor no iba a matar al Albino pero seguro que si parecia que lo haría.

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Sin embargo

Poco se podía hacer por el fuerte deseo de mostrar su valía de Gokudera, esa mala cualidad de auto sacrificio. Para Gokudera Ayato su vida no era importante, siempre y cuando pudiera ser útil.

Tsuna odiaba eso.

Pero no se podía cambiar algo que ha Estado en la personalidad de otro durante tantos años en unos pocos meses.

Tomaría tiempo y Tsuna solo esperaba poder tener el tiempo necesario.

A él en verdad le agradaba Gokudera Ayato, podía verlo como un buen amigo, una mano derecha.

Solo desearía que el chico sintiera un mejor aprecio por su vida.

"No hagas nada drástico Gokudera"

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Si iba a ganar tendría que hacer algo drástico.

O al menos eso pensaba el futuro guardián Vongola, él era lo suficientemente inteligente para darse cuenta que su oponente era claramente superior.

Y eso fue mucho antes de haber puesto al Rubio en su racha homicida y sicopata.

Tirándose al suelo Gokudera a penas y evitó ser apuñalado por cuatro cuchillos voladores.

Tiro una de sus bombas de humo creando la oportunidad perfecta para poder salir de esa habitación.

El anillo no estaba ahí.

Pero sabía que no le tomaria mucho tiempo al otro volver a encontetarlo.

¿Que se supone que debía hacer?

Luna Vongola Donde viven las historias. Descúbrelo ahora