Guardianes de otra vida.

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No planeaba actualizar tan pronto esta historia, pero llegó la inspiración! A leer se ha dicho!

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Habían pecado, ambos; uno pecó de soberbio, el otro pecó de envidia y en sus  pecados lastimaron, traicionaron y dañaron a alguien que solo amo, amo profundamente, pero no había sido suficiente, no fue suficiente para ellos.

Se arrepintieron.

Cómo pudo él? Haber disfrutado del dolor de su hermano, su otra mirad? Su gemelo.

Porque lastimó tanto a ese chico? El descendiente de ella? Un joven tan amable.

Y cuando se dieron cuenta de sus errores ya era demasiado tarde, nada podían hacer ambos. Uno porque había muerto, uniéndose al fin con su hermano como quería, pero viendo aún cómo este sufría su muerte, al verse obligado a matarlo.

El otro, el otro ya nada podía hacer, había llegado muy lejos, hecho demasiado, las disculpas ya eran muy tarde, no había perdón ni disculpas. Y luego el amable chico murió y él ya no podía hacer nada.

O pensaron que nada se podía hacer.

Porque al final todos pagamos nuestros errores y ellos no eran la exención. Pero ellos habrían esperado un doloroso castigo, habrían esperado torturas y dolor, un dolor aumentado al que habían obligado a otros a tomar.

Ellos no esperaban esto.

...

Hacia frío.

Mucho frío y su pelaje (tenía pelaje? No recordaba tener pelaje) no lo protegía del frío, había imágenes pasando por su cabeza...

No imágenes recuerdos.

Él gimió, había hambre, frío y mucha confusión y su cuerpo no parecía reaccionar bien. Sus patas demasiado débiles (patas? Cuatro? No dos?)

Las imágenes seguían viniendo.

Había otro cuerpo a su lado, cálido a pesar del clima y también con un abrigo natural, pelaje? Seguía sin entenderlo.

Sin embargo, el frío.

Gimoteó y otro gemido le respondió.

Como deseaba un poco de calor.

—Oh...—alguien susurró, no podía ver, pero podía sentir—Como pudieron dejarlos en este lugar?

Esa voz... él la conocía, la conocía, cierto? La había escuchado antes. A su lado el otro cuerpo reaccionó, solo sabía que esa voz también le era familiar a su acompañante.

Y luego un rostro apareció.

Él es...

Conocía esos ojos, conocía ese rostro.

—Los llevare a un lugar más cálido, de acuerdo?

Sintió como él y su acompañante eran movidos de donde estaba. Seguía con hambre y muy confundido. Pero en todo lo que podía pensar era en...

Zero?
...

Sawada Nana o mamá como le llamaban miro el amarillo sobre que le habían regresado, una vez más enviado sin abrir. Ella tenía un pequeño ceño fruncido y una mirada de ligera molestia.

Bueno, lo enviaría de nuevo el próximo mes. Ella no se rendía aún.

Sin embargo su humor había decaído un poco, y que hacia ella cuando estaba un poco molesta? Pues cocinaba, que más.

Luna Vongola Donde viven las historias. Descúbrelo ahora