Sean, se había decidió quedar unos días más en aquel pueblecito y aunque me había pedido que me quedara con él, no podía hacerlo, tenía demasiadas cosas pausadas en casa y él ya no me necesitaba. No dudaba que el camino sería largo y difícil con, Elvira y su hija, pero confiaba en que podría sólo, ya no me necesitaba.
Para cuando llegue a casa, Malek, estaba tatuando a, Matt.
— Yo también quiero uno.
— Pero mira lo que el viento nos ha traído —dijo riendo, Malek, y siguió tatuando.
— Era hora de regresar a casa.
Matthew, ni siquiera había volteado a verme y sospechaba la razón, pero estaba vez no dejaría que su mal humor terminará en una pelea entre los dos, así que me acerqué y luego de besar la mejilla de su hermano bese la suya.
— Nunca imaginé que te pondrías tinta encima.
— Él día que perdamos a, Lizzie, al menos quiero conservar una parte de ella conmigo.
Mirando el interior de su muñeca pude leer la palabra mariposa, mis ojos inmediatamente se llenaron de lágrimas, Matt también creía lo mismo que yo, una madrugada simplemente Lizzie ya no estaría aquí.
— No puedo lidiar con dos llorones paranoicos —dijo, Malek— ya con uno tengo suficiente, Lizzie, es mayor ya y ella sabe perfectamente lo que hace.
— ¿Tu de verdad crees eso?
— No, pero de nada sirve que también les diga que me pone de los nervios no llegar a tiempo y que ya, Lizzie, no exista.
Malek, terminó el tatuaje de, Matt, y le puso un papel o plástico, la verdad no importaba, en todo lo que podía pensar era en, Elizabeth y Steven, ¿Cuánto tiempo pasaría para que recibiera una mala noticia? Ahora podía entender mejor la reacción de, Matthew, al verme en esa terraza, mis decisiones estúpidas así no fueran con malas intenciones preocupaban a otros, les había puesto una carga pesada a mis seres queridos y había sido egoísta, al igual que, Lizzie, lo estaba siendo ahora, pero no podía juzgarla, desde fuera es fácil opinar acerca de la vida de otro.
Steven, era todo lo que ella conocía y amaba, desde que se había ido no había logrado hacer muchos amigos ya que, aunque, Elizabeth, siempre fue la persona más encantadora del planeta, así como también lo era de tímida, pero en la adolescencia fue peor, con los únicos que hablaba sin tartamudear aparte de, Mike, y yo era con, Malek y Matthew, aunque hablaba más con, Malek. Todos hablábamos con ella casi que, a diario, la incluíamos en todo porque sabíamos que se sentía sola, hasta que había llegado, Steven, su único amigo y después novio.
Él era para ella el mundo entero, literalmente besaba el piso por donde el pasaba y hasta hace poco parecía lo mismo de parte de él, es increíble como las apariencias engañaban y aún a todas esas fachadas se le tenía que sumar el que estaba esperando un bebé suyo, de todos era la única que parecía tener una vida feliz y eso era una preocupación menos, hasta hace un tiempo, había fracaso en alcanzar uno de mis metas de vida y era que mis hermanos fueran felices.
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Frágil [1° Trilogía Puntos De Quiebre ]
Romance[BORRADOR, SIN EDITAR] Cuando la vida te arrebata sin previo aviso la felicidad no puedes más que sentirte «frágil»