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Recorrimos durante horas cada parque de la zona esperando sin existo ver a, Annie, podía sentir la desesperación de, Sean, conforme tachábamos parques de la lista

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Recorrimos durante horas cada parque de la zona esperando sin existo ver a, Annie, podía sentir la desesperación de, Sean, conforme tachábamos parques de la lista. es posible que nunca la encontremos, pero aun no planeaba darme por vencida, este a penas era el primer día, tarde o temprano la contrariamos y sino luego vería que podía hacer por mi cuenta.

— Es mejor que regrese al trabajo, Clarissa.

— Aún podemos ir a la escuela, Sean.

— Ya no quiero tener falsas esperanzas, dudo que nos den información, la perdí.

— No creí que fueras de los hombres que se resignaban —dije molesta— tenemos que seguirlo intentando así sea toda la vida.

— Tienes razón — su tono cada vez era más apagado.

Seguimos caminando, viendo como el sol lentamente se iba ocultando para dar paso a la noche. Había una calle, una que se me hacía terriblemente familiar, la calle era toda de piedra, por algo su nombre calle de piedra, y al final había un pequeño local, escondido, pero resaltando por todas las flores que habían fuera de él.

— Ven, Sean.

— ¿A dónde?

— En esa tienda —se la señalo— compré el vestido que use en mi primera cita con, Jackson, sería lindo comprar algo ahí para cuando despierte ¿no crees?

Me parecía increíble que esa tienda aún existiera, habían pasado algunos años y en este lugar las tiendas por lo general desaparecían o cambiaban de lugar. Por lo que lo tomé como una señal de que encontrar el vestido perfecto sólo sería seguir añadiendo esperanza al estado de, Jackson, debía tener otro vestido de esta tienda.

— Sería genial —dijo riendo levemente— tu esperanza parece una luz, Clarissa, me das envidia.

— No todo siempre ha sido esperanza, Sean —le sonrió triste— Tuve días malos, muy malos, pero ¿sabes que me ha mostrado la vida?

— ¿Qué cosa?

— Que mientras haya una posibilidad no todo está perdido, es solo aprender a ver con el corazón y no tanto con posibilidades.

Él sonrió por primera vez en toda la tarde y sin decir nada dejó que lo guiará hacía el local.

Mi corazón latía con fuerza, ilusionada como aquella tarde en la que corría intentando encontrar el vestido perfecto para mi cita, pero a diferencia de ese día cuando llegamos me sentí ligeramente triste, el local estaba cerrado, tendría que volver al día siguiente por un vestido.

Luego de salir de la calle llegamos a la escuela en la que solía estudiar la pequeña. Es algo tarde, pero el director estaba, sin embargo, luego de conversar con él tampoco habíamos tenido mucha suerte ya que no éramos familiares directos o al menos no teníamos como comprobar que lo éramos en ese momento.

Frágil [1° Trilogía Puntos De Quiebre ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora