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La sala se quedó en total silencio, miles de preguntas volaban por mi mente, ¿Acaso era eso lo que había hecho perder a, Steven, el control?, ¿Había sido un accidente?, ¿Cuánto tiempo llevaba sabiéndolo?
— Con mayor razón debes decirle a la policía, Elizabeth.
Malek, habló en tono bajo y paciente, él y mi hermana siempre habían tenido una conexión especial, una como la que yo compartía con Matt.
— No quiero — Los ojos de mi hermana se volvieron a llenar de lágrimas.
Matthew por otro lado simplemente salió de la habitación, estaba furioso, yo también lo estaba, pero desquitarse con mi hermana no era la solución, aunque también podía considerarse como una reacción natural, no una buena reacción, pero una esperable, al fin y al cabo.
— Te estás pasando Matt.
— A ella no le importa que la lastimen —dice furioso— No le importa ni un poco y por más que deseo que no me importe no puedo.
— ¿Me puedo ir a tu casa, Matt?
La voz de mi hermana sonaba a penas un susurro, sabía que había escuchado a, Matthew, yo tampoco comprendía por qué no quería denunciarle, sabía que lo amaba y que iba a tener un bebé con él, pero eso no era suficiente para soportar un maltrato.
— Déjame cuidarte, mariposa.
— Quiero irme contigo.
La tensión en, Matt, pareció disminuir cuando envolvió sus brazos en el cuerpo de mi hermana.
Los resultados llegaron pocos minutos después y todo parecía estar bien, ninguno insistió más con el asunto de la policía, por el momento lo dejaríamos pasar porque quizá toda esta situación era demasiado para, Lizzie, pero no planeaba permitir que lo evitará por demasiado tiempo solo que por esta noche podíamos hacer de la vista gorda.
Firmamos los papeles del alta todos y nos fuimos a casa de, Matt, técnicamente yo vivía ahí y, Malek, digamos que lo mismo ya que solamente desaparecida una que otra noche, así que con, Elizabeth, la casa se siente como cuando éramos unos niños, Si, Charlotte, estuviese acá todo parecería normal como en el pasado.
— Ya está en mi cama.
— No seas tan duro con ella, Matt.
— Ahora está dormida —toma su rostro entre sus manos— va a tener un bebé Clarissa, con, Steven.
— Pasaría en algún momento, Matt, vamos a ser tíos ¿verdad, Malek?
— ¿Creen que fue por eso por lo que, Steven, le pegó?
— Es probable, pero fuera el motivo que fuera nunca debería haberla tocado.
Los dos asintieron en respuesta. Es curioso que lo que mi psicóloga me dijo hace tantos años, fuese cierto, aunque en ese momento estaba cerrada a lo que quería ver y seguir sufriendo en los días malos por las personas que no tenía ningún aprecio por mí.