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La condición de Jack no mejoraba, pronto cumpliría dos meses de estar en el hospital y cada día perdía más la esperanza de que despertara del coma, poco a poco iba comprendiendo que quizá nunca volvería a verle como soñaba cada noche, sonriendo de...

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La condición de Jack no mejoraba, pronto cumpliría dos meses de estar en el hospital y cada día perdía más la esperanza de que despertara del coma, poco a poco iba comprendiendo que quizá nunca volvería a verle como soñaba cada noche, sonriendo dejando tirados a propósito sus calzoncillos por toda la casa haciéndome enrabiar hasta decir basta y siempre lograba hacer que mi enojo se esfumara con tan solo una caricia o un pequeño beso. Nunca volvería a verle de esa forma si no mejoraba y esa posibilidad cada vez era más remota.

Me detuve frente a su habitación, no sería la primera vez que le veía, pero siempre cada visita terminaba en lo mismo. Un prometido frágil sobre la camilla de una habitación con cables por todos lados conectado a una máquina de la cual depende su vida. La sola imagen es devastadora.

Temblorosa me acerqué a su camilla, repitiéndome una y otra vez que él siempre había sido fuerte en mis momentos de debilidad y ahora debía yo serlo.

— Hola, cariño, te extraño muchísimo, Jackson, cada día lo hago y por eso ahora estoy en casa de, Matt —sollozo— él no está conmigo, pero, Malek sí, tú y yo sabemos que, Matt, le ama y esta dolido, pero dice que no quiere verlo y que odia, necesito que lo arregles, cariño, tú siempre fuiste bueno haciendo eso —coloco mi cabeza en su pecho llorando— no me abandones ahora, no cuando más te necesito.

Aunque, Malek, estaba afuera sabía que escuchaba cada cosa que hablaba con, Jack, todos estos años lo había extrañado tanto. Cada momento feliz de mi infancia en su mayoría estaba teñido por los momentos que pasamos con su familia, su madre, Charlotte, fue todo lo que yo siempre esperé de mi madre, era cariñosa y nos amaba como si fuéramos sus hijos, por primera vez gracias a ellos me había sentido parte de una familia, ellos hicieron a mis hermanos y a mí parte de todo el amor que los rodeaba. Para mamá yo no era su persona favorita, pero a pesar de todo siempre me dolía su manera de tratarme, ella no había tenido la culpa de las decisiones de papá y se había esforzado durante un tiempo en ser una buena madre para mí, pero simplemente llegó el día en el que ya no quiso pretenderlo mas y yo estaba demasiado pequeña para entenderlo.

Por años al no lograr que mi madre me quisiera, intenté ser la favorita de mi padre, pero sus ojos y orgullo siempre eran, Mike, y, Elizabeth, ellos si hacían las cosas bien, eran ejemplos, incluso a sus ojos prodigios y no existía día en el que no me lo restregara en la cara, mi hermana era una genio y había rechazado sus sueños por complacerle, yo no podía hacer eso, desde pequeña y a pesar de no ser consciente de ello mi rebeldía innata si lo hacía y eso me había traído peleas con mis padres y mucho dolor por cada cosa que anhelaba y ellos odiaban. Había deseado agradarle, pero con el tiempo logré entender que eso nunca sucedería, era insuficiente, así que no tardé demasiado en intentar vivir mi propia vida lejos de ellos y agradeciendo que todo el amor del que había carecido, la mamá de, Matt y Malek, me lo hubiera dado.

A pesar de todos esos maltratos nunca llegué a odiar a, Mike o a Lizzie, por tener el cariño de mis padres, no tenía quejas, Lizzie, se había encargado de mi aun estando lejos y, Mike, siempre estaba ahí para cubrir mi espalda, por eso cuando conocí a, Jack, me habían incitado a seguirle, a dejar el miedo atrás y realmente empezar a vivir mi vida sin venganzas inmaduras y tan solo haciendo lo que deseaba hacer sin importar las etiquetas o la posición social.

Frágil [1° Trilogía Puntos De Quiebre ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora