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— No puedo perderte a ti también, por favor, muñequita

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— No puedo perderte a ti también, por favor, muñequita.

Podía escuchar los sollozos de mi mejor amigo, pero la luz era demasiado incómoda como para lograr abrir mis ojos, así que simplemente apreté su mano levemente. Mi cabeza dolía demasiado.

— Ella estará bien, Bro.

— ¡Esto es tu culpa!, en primer lugar, nunca debiste aparecer en mi vida.

— Soy tu gemelo así no lo quieras admitir, Mathew.

— Nunca serás nada mío.

Ahora todo guardaba sentido, por esa razón había creído ver a, Matt, con esa chica, por eso estaba tan confundido, realmente era, Malek, pero mi cerebro era como si no fuese capaz de procesarlo del todo aún.

— ¿Gemelo?

— Oh gracias a dios, princesa — mi mejor amigo me envuelve en sus brazos.

— Matt no entiendo nada y me duele mucho —algunas lágrimas salen— mi cabeza.

— Ya casi llega la ambulancia, solo no cierres los ojos de nuevo, ¿de acuerdo?

Para cuando la ambulancia llegó ya me sentía un poco mejor y había tenido el tiempo suficiente para pensar con un poco mas de claridad ya que esta había tardado más de treinta minutos en llegar, lo que me llevó a pensar, si habían tardado tanto en llegar a donde yo estaba ¿cuánto más habrían tardado en llegar a, Jack? quizá por su negligencia él estaba en coma, llegados a este punto creo que solo me centraba en buscar múltiples culpables fuese esto cierto o no los culpaba a todos con tal de alivianar mi propia culpa.

— Matt...

— Lo hablaremos a penas te terminen de revisar, pequeña, Jack, no me perdonaría si algo le llegará a pasar a su margarita estando a mi cuidado.

— Siempre te amó y por eso te lo perdonaría —dije sonriendo entre lágrimas—por culpa de ellos está en coma.

— Por culpa del suceso imprevisto es que lo está —besó mi frente.

Matt llevó afuera a su gemelo que hasta el momento se negaba a verme a los ojos. Una vez los perdí de vista aun adentro en el pequeño consultorio en el que estaba se podía escuchar la guerra de gritos que ambos tenían afuera.

— Te quiero lejos de ella y de mí, malditamente lejos.

Miles de reclamos y amenazas flotaban en el aire. No podía saber que sucedía con exactitud a menos de que yo también saliera, pero cuando hice intento a ponerme de pie todo empezó a dar vueltas obligándome a sentarme.

— Clary —Matt, no tardó demasiado en volver.

Mi mejor amigo entró viéndose agitado y tenía el labio roto.

— No quiero verte herido o peleando —dije cerrando los ojos mientras las lágrimas se escurrían por mis mejillas.

— Lo siento mucho — besó mi frente.

Frágil [1° Trilogía Puntos De Quiebre ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora