Para cuando, Matt, había terminado las galletas me llevé unas cuantas conmigo y fui a visitar a, Jackson.
— Hola cariño, traje galletas —acaricio con ternura su mejilla— tienen chispitas.
Me tragué las lágrimas colocando las galletas a su lado, ya estaba cansada de esperar cada día por una mejoría, porque a menos que él me respondiera el sufrimiento seguiría siendo el mismo.
Mientras lloraba con, Jackson, como apoyo deseaba morir ya no sabía cómo lidiar con la presión que constantemente que se hacía espacio en mi pecho, mi realidad había cambiado y ahora me aterraba que los médicos un dial legran después de un chequeo y dijeran que era momento de desconectarlo porque ese día por más que lo imaginara, sabia que una parte de mi quedaría rota para siempre.
Para cualquiera sería fácil criticar, decir que sólo debía continuar con mi vida y dejar que pasará lo que tenía que pasar con él, pero ¿cómo hacerlo? yo ya no quería seguir sintiéndome de esa forma, estaba cansada de intentar seguir con mi vida y cada vez regresar al mismo punto inicial.
Tenía una familia que me amaba con locura, no podía simplemente rendirme y dejarme llevar por la tristeza, sabía que tenía que seguirlo intentando, pero no me sentía capaz de hacerlo al menos no hoy.
— Despierta por favor ya no puedo sin ti.
Jackson, es mi familia, me grita una y otra vez mi corazón, tenía una familia que me amaba, pero, Jackson, era la representación de mi futuro de lo que sería el tener mi próxima familia, ya que sin él no me veía capaz de formar otro futuro, no sin que tuviera al amor de mi vida a mi lado.
Imaginarme una vida sin él, aparte de dolorosa me parecía imposible, no podía imaginar otros labios que no fueran los suyos, otros calzoncillos tirados por todo el departamento y mucho menos a alguien más llamándome margarita.
— ¡No puedo perderte!
Sollozo en su pecho cansada de todo, del dolor, de la esperanza, de todo. Es peor la esperanza que la falta de ella, ya que ella mantiene vivo, pero de una manera falsa, para ralentizar el golpe tan sólo para lograr que la agonía sea más larga.
Posiblemente de esa forma era que decía sentirse, Jackson, cada vez que yo lloraba.
— No puedo perderte, margarita, y siento que lo hago con cada lágrima que derramas por mí.
— Tengo miedo de perderte, cuando me di cuenta de que te ahogabas yo —sollozo en su pecho— no me hagas pasar por eso de nuevo, Jackson.
— Lo siento tanto, mi amor.
Él me envolvió en sus brazos dejando que llorara, con el tiempo se había dado cuenta que yo necesitaba llorar para sacar de mí todos los nervios y ansiedad, agradecía que él estuviera ahí para sostenerme siempre que ocurría. Llorar entre sus brazos siempre se sentía bien.
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Frágil [1° Trilogía Puntos De Quiebre ]
Romance[BORRADOR, SIN EDITAR] Cuando la vida te arrebata sin previo aviso la felicidad no puedes más que sentirte «frágil»