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"No te parece que pensar de más es la enfermedad terminal de los sentimientos" Mientras leía esa frase en mis redes sociales no podía evitar pensar que quien lo hubiera escrito tenía razón, yo había matado mi esperanza

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"No te parece que pensar de más es la enfermedad terminal de los sentimientos" Mientras leía esa frase en mis redes sociales no podía evitar pensar que quien lo hubiera escrito tenía razón, yo había matado mi esperanza.

— Juguemos tonto, por los viejos tiempos.

— Extraño a mamá, Matt.

No había querido entrar e interrumpirlos mientras jugaban cartas, así que me fui directo a mi habitación mientras pensaba en mi vida y todo lo que debía hacer para intentar arreglarla. Lo primero que haría sería limpiar mi habitación, siempre que lo hacía encontraba cosas que ni siquiera recordaba que tenía y eso me servía para despejarme.

Mientras sacaba todo del cuarto que solía ser mío cuando vivía con, Matthew, y estudiaba en la universidad. Debajo de la cama encontré mi caja de los recuerdos, esa en la que había guardado cada cosa que para mí tenía un valor especial, algunos eran sólo papeles, pero para mí guardaban cada parte de mi vida, guardaba mi cajita en casa de, Matt, porque siempre temí que mi madre fuese a mi casa y la destruyera.

Con una sonrisa triste tomé la caja, sabía que encontraría dentro de ella, pero quería recordarlo, seguirlo atesorando, así que abrí la caja y saque todo lo que había planeado decirle a Jackson y no había tenido oportunidad.

Para mi esposo.

Suena tan bien decirte así, cariño, tan sólo llevamos un día de casados que es raro porque escribí esta carta antes de que nos casáramos, pero es que yo ya me veía casada contigo desde antes que me pusieras este hermoso anillo en el dedo.

Creo que me volví a desviar de lo que quería decir, en fin, estoy muy feliz de ser tu esposa, cada mañana cuando probaba mi vestido de novia o tan sólo con levantarme y ver tu anillo en mi mano sentía mi pecho palpitar con fuerza.

No sabes lo que me costó encontrar el vestido que me hiciera sentir perfecta, pero por fin lo encontré, ya sólo estamos a una noche de casarnos, pero empecé a escribir esto porque estoy demasiado nerviosa, estoy segura de que nunca llegarás a leer esta carta o tal vez te la muestre en nuestra noche de bodas, pero es tanta la emoción que necesito escribírtelo así nunca lo llegues a leer.

Hace un tiempo había perdido la esperanza que me pidieras matrimonio, pero me sorprendiste, Jackson, cuando menos lo esperaba llegó algo que nos daría un para siempre seguro.

Ansío nuestra boda mi amor, espero no huyas y decidas no llegar al altar como la película que vimos hace un tiempo, si lo hicieras perderías a esta, Margarita para siempre.

Con amor tu Margarita.

Terminé de leer la carta con lágrimas, había escrito una carta la noche antes de mi boda en un arranque de emoción cuando ni siquiera se escribir, estaba loca, ¿quién hacía algo así?, pues yo lo había hecho y, Matt, se había burlado por eso, decía que, Jack, era afortunado de haberse casado con alguien que veía el futuro, no me había tomado a pecho nada de lo que decía ya que sabía sólo lo hacía para molestarme.

Lo que más me dolía era leer el final de la carta, había bromeado con esa absurda película en la que al final el novio se fugaba y esa misma tarde se casaba con otra y después de eso venía todo un drama. Jackson, había odiado la película, pero la había visto con tal de complacerme ya que esa noche, por horario, era mi turno de elegir la película. Lo había mencionado en mi carta como una simple broma y aunque mi novio no se había fugado, él no había podido llegar al altar, y la historia era peor que simplemente no haber llegado.

— Clarissa, no llores, princesa.

Malek, había llegado hasta donde estaba y me había envuelto en sus brazos.

— No quería incomodarlos, yo ya no estoy segura si, Jackson, despertará y eso me está matando.

— Él va a salir de esta, cariño, sólo tenemos que ser pacientes.

Me refugie en los brazos de, Malek, buscando consuelo, era afortunada de tener amigos tan buenos a mi lado.

— ¿Qué haría yo sin ustedes?

— No tendrías galletas, mi reina —dijo, Matt, riendo.

— Quiero un tatuaje, ahora —dije riendo— uno como el tuyo, Malek, y que lleve las galletas de, Matt.

— Me siento halagado.

— Tendrá que ser otra noche nena, hoy tengo una salida.

Matt y yo vimos con curiosidad y luego perversos a, Malek, algo me decía que esa salida era para ver a una chica y aunque sería muy feliz de que uno de mis gemelos encontrará el amor, temía que Malek se dejara llevar, la escena del baño cuando había regresado era prueba evidente de que no dejaría de ser un mujeriego, estaba bien con eso, pero no deseaba que lo hiciera porque no sintiera amor propio.

— Malek

— Ya cambié, Clary —dijo como si pudiera leer mi mente— Pero aún son mi debilidad.

— Yo soy un hombre de Dios, deberías seguir mi ejemplo.

— Tu sigues siendo virgen por, Lizzie.

Debería apoyar a mi amigo y no reírme, pero es inevitable no hacerlo, Malek, era un maldito por decirle eso a su hermano y aunque ambos sabíamos que, Matt, estaba lejos de ser virgen eso no hacía que fuera menos chistoso y más al verlo super rojo, parecía un tomate.

— Yo nunca tocaría a, Lizzie, y no quiero que lo insinúes además a, Lizzie, nadie la ha tocado en lo que a mí respecta.

— Matt

Ambos nos volteamos a ver, Lizzie, es una mujer casada y ambos sabíamos que las palabras de, Matthew, llevaban un trasfondo que a ambos nos preocupaban.

— Ya lo sé —dijo de mal humor— pero no quiero imaginarlo, por favor.

En ese momento sentí lástima por mi mejor amigo, no sabía y quizá nunca lo sabría a ciencia cierta, pero no hacía falta ser demasiado listo para notar el cariño que, Matt, le tiene a, Elizabeth, y no precisamente uno de hermanos o mejores amigos.

— Lo siento, hermano.

— Me hierve la sangre saber que un hombre que le pega la está tocando, me pone enfermo.

En eso lo entendía, a mí también me ponía mal el imaginar a, Lizzie, con, Steven, porque si de algo estaba segura es que los golpes no había más que empezado. Los golpeadores o infieles, todos tenían algo en común y era que, si se atrevían a hacerlo una vez, lo seguirían haciendo.

— No pienses en eso, Matt.

— Lo siento pequeña, ven te ayudamos a terminar de limpiar este lugar, para que cuando, Jack, despierte pueda desordenarlo todo.

Reí y empezamos a limpiar la habitación.

Frágil [1° Trilogía Puntos De Quiebre ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora