capítulo 6

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Capítulo 6

Al principio todo sucede de repente, o por el contrario nada sucede en absoluto.

Días después vuelven a ser conocidos, colegas. Como sacudirse algo ocasionalmente. Miradas que no se sostienen. James se siente como si estuviera un paso atrás, un paso fuera de ritmo. En el campo de entrenamiento con sus nuevos compañeros de equipo y con Cristiano.

En su ausencia, James se pondrá nervioso. Se preocupara por lo que eran, quién era, qué significaba todo esto.

Pero era como caer en una adicción, entrar en un huracán y perder el control.

El equipo no puede estar mejor, nunca pierde. Cristiano anota series de goles casi todas las semanas, y esto entre ellos es como jugar con un cable de alta tensión. Una liberación y una motivación. Bromean entre sí durante el entrenamiento, se ayudan mutuamente en el campo. Las manos y las miradas se rozan después de anotar, excusasandose para tocarse, para sostenerse. Esa emoción de estar cerca de él, ese riesgo. Como todo se reduce cuando las manos de Cristiano lentamente alcanzan las suyas. El contacto visual hambriento, el mundo solo para ellos dos. Todo sin sentido bajo el peso de su brazo alrededor de su hombro después de anotar, esa mirada cálida y exigente en su piel. En la manera que hace que James se sienta descubierto en ella, como si nunca hubiera existido antes de que Cristiano lo mire, lo bese.

Se para junto a él antes de los juegos y le hace preguntas sobre cosas casualmente. Métodos de ataque, tácticas, como si James se hubiera convertido en su orientación de confianza. Y una vez, siente una mano en su trasero y se da vuelta justo a tiempo para verlo alejarse en la dirección opuesta.

Se siente como una cama sin hacer, una línea telefónica caída. Cada parte de él es un desastre, desconectado, reconectado, nuevo.

Cristiano comienza a llamarlo hermano, bro, parceiro. Palabras que no son suficientes y son demasiado al mismo tiempo.

Todo presionando contra sus barreras.

Cristiano no tiene que decirle que no puede contarle a la gente sobre esto, que nadie puede averiguarlo.

Porque empezando ni siquiera puede decir su nombre en voz alta a nadie que él conozca. Un lío de mejillas rojas y tartamudeo. Tiene que mirar hacia otro lado cuando a veces solo piensa en él, escucha su nombre. Todo se escapa de él.

Ni siquiera puede pensar en lo que quiere además de más. Él siempre está allí junto a él, alborotando su cabello después de los goles y haciéndolo reír.

Él se dice cosas a sí mismo. Que todo esto es solo un escape, una forma de desahogarse, una manera de unir al equipo. Este es su ídolo, este es su héroe, ¿Quién no estaría emocionado de estar cerca de él? Que nada de esto tiene que significar nada. Se deja creer que él lo cree.

Ignora la manera en que comienza a desearlo, el gusto crudo y toxico que le atrae de él, esa heroína que se dispara en la boca, esa mano extraña entre sus piernas. Cómo incluso el cálido aroma de Cristiano, durante el entrenamiento puede ser suficiente para marearlo, como inhalar vapor de gas.

Y en la noche se descubren uno al otro, se descubre a sí mismo.

Dirigiéndose casualmente al lugar de Cristiano, con el pretexto de ver películas y jugar videojuegos. Esa incomodidad ininterrumpida cuando llega, como si solo se hubieran visto por primera vez en ese día. Pregunta sobre su hijo, sobre su madre, sobre el clima.

En el silencio antes de un beso, James se siente tan mudo como lo había estado alguna vez. Su tartamudeo es una inflamación.

Incluso sus manos no saben cómo hablar. Sentado con ellas holgadamente en su regazo mientras Cristiano se sienta a su lado, hambriento de más. clavado e inquieto,  su piel igual de muda.

Todo sobre él en el borde, hasta que Cristiano lo alcanza.

A veces está en su cama a la mitad de la película, el pretexto sigue vigente. James intenta enfocarse en la película, en la trama, como si al final hubiera un examen sorpresa al respecto. Intenta comprometerse con su papel como espectador consciente. Intentando aprender a ser ese tipo de persona.

Otras veces, Cristiano lo besa tan pronto entra en su habitación. Un beso exigente y hambriento que le da a James un mundo en el que solo tiene segundos para adaptarse, como salir a la superficie demasiado rápido.

Cristiano decide cuando el silencio o el ruido de ellos es suficiente.

Entonces, ese ruido de ellos: a tientas, toqueteandose. Besándose como adolescentes. Besándose, como una conversación ininterrumpida, cada palabra convirtiéndose en una frase corregida, cada aliento es el comienzo y el final de algo. Tratando de encontrarse el uno al otro debajo de la ropa, con la piel ansiosa por la piel. Como hablar así, es más simple. Deja que James se quite la camisa, sus manos buscan los músculos de su pecho, su estómago, el David de Miguel Ángel cobra vida. Le gusta la forma en que James lo mira así; ojos negros, labios mojados. Qué inquieto y necesitado sus manos lo sienten por él. Obsesionado con tratar de aprender lo que le gusta a Cristiano, Cristiano usando sus propias manos para enseñarle. Antes de poseer el suyo, saber cómo tocar y cuándo, dónde besar, chupar y morder hasta volver loco a James.

¿Cómo después, James es más seguro, suelto? confundido y tonto, como si estuviera borracho. Cristiano es todo lo contrario, todo adormecido y ralentizado.

A veces se levanta de la cama de inmediato y se pone algo que vestir para dejar a James en su casa. Otras veces, permanecen juntos en el silencio de su callada respiración durante minutos. James se calma con el sonido. Esa locura salvaje entre ellos se rompe fácilmente, se pierde. Absorbida por el ruido de la ropa que se ponen, la garganta se despeja, los pasos se dirigen a las puertas.

Cómo, una vez esa primera semana, James se volvió para mirarlo. Los ojos de Cristiano habían sido soñadores y desenfocados, sin retroceder de los de James. Dejando que ese silencio se convierta en ruido a su alrededor. Como si algo más estuviera conspirando lentamente entre ellos. Cuánto James quería besarlo de nuevo en ese momento, seguirlo besando. Para no tener que volver a casa. Hacer que esto signifique algo.

Cristiano continúa mirando de vuelta, ojos oscuros, la boca entreabierta. Como si estuviera a punto de decir algo, pero no.

James tuvo que mirar hacia otro lado primero, risueño y consciente de sí mismo. Sintiendo que se había expuesto, levantándose, listo para irse.

Cristiano se había tomado la molestia de levantarse de la cama, perezosamente poniéndose la sudadera , olvidando su camisa. El mármol esculpido que era su cuerpo es una distracción cuando Cristiano mira su teléfono y se arregla el cabello. De pie frente a James para preguntar a qué hora estará libre ese fin de semana. Las manos de James se habían sentido hambrientas en ese momento, incapaces de tocarlo. Cómo deseaba que una parte de él tuviera las palabras para pedir quedarse. Pero no lo hace; desvía la mirada, se mete las manos en los bolsillos. Cristiano finalmente se pone un jersey.

James masculle algo acerca de que su familia visitándolo, pero le asegura que él estará libre en la tarde, por la noche.

Cristiano esboza una sonrisa y luego alborota su cabello cuando sale con él. "La noche siempre es buena para mí, parceiro".


Su cabello se había sentido como una antena de televisión a la mañana siguiente, como también lo hacía su corazón. *

This is how it didn't happen (Crismes) //Spanish translation// vanillacaramelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora