Cap #7: Malditos Encantos

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Él malhumor se le pegaba en el cerebro como una sustancia espesa e imposible de sacar, el cigarrillo en su mano no ayudaba mucho en el intento de relajar su mente, sus músculos estaban tensos y ni hablar de su corazón que parecía desbocado.
No quería hablar con nadie, estaba muy absorto en sus propios pensamientos, preguntándose porque no podía dejar pasar aquel asqueroso acto y simplemente darle una buena paliza al rubio, no podía sacarse de la mente las pequeñas manos de Park masajeando deliciosamente su miembro y se brindaba golpes de moral por permitir que un enfermo mental le pusiera una mano encima, se sentía repugnante con solo pensar en eso, pero su cuerpo estaba mas a favor del rubio, puesto que ahora tenía una creciente erección por culpa de sus "desagradables" pensamientos.

Luego de haber huido de la terraza, tomó sus cosas, se subió al auto y fue en busca de su pequeño escondite, justo en una carretera abandonada a las a fueras de Busan, donde había un enorme y hermoso bosque, por este nadie rondaba puesto que casi nadie lo conocía, no quería lidiar con las preguntas de su novia y sus amigos, necesitaba despejarse pero lo único que conseguía era recrear la escena en su mente.

Se encontraba en esa situación donde la mente y el corazón se enfrentan en una guerra, él no quería nada de lo que estaba sintiendo, ama a su novia y odia con toda su alma a los homosexuales, sentía asco por ellos y como si el rechazo no fuera suficiente, además de insultar a este tipo de personas las golpeaba.

Pero con el rubio era diferente.

Recordó aquella vez donde cometió el error de contarle a sus padres sobre los sentimientos que tenía hacía el rubio y se ganó la peor paliza de su vida, propinada por su en ese entonces "adorado papá", con tan solo 10 años recibió las peores palabras y los golpes mas rudos, sufrió lo indeseable y lo obligaron a alejarse del menor y de paso violentarlo.
En ese entonces se arrepentía pero dentro de él fue creciendo odio, porque gracias a el estúpido Park, sus padres no volvieron a ser los mismos con él.

Ya no era mas el bebé de mamá y tampoco guerrero de papá.

No supo cuando sus ojos estaban empañados por lágrimas, tampoco supo explicar porque aquella grieta que daba por cerrada, volvio a abrirse. Sentía un dolor profundo en su corazón y como no lo había hecho en mucho tiempo, rompió en llanto.

Se permitió a sí mismo llorar como cuando era un pequeño infante retomando la misma posición devastadora, sentado abrazando sus piernas a la altura de su pecho, con la cabeza hundida entre sus manos recostado en un árbol seco, con tan poca vida tal y como lo estaba él, ese simple árbol que era una representación de lo miserable que que se sentía, aquel árbol que él mismo había sembrado junto con un pequeño de mejillas regordetas, el simple recuerdo de aquello lo hacía sentir peor, extrañamente el árbol estaba sufriendo tanto como él, sus hojas estaban un poco secas y sin vida, las flores amarillas que solía tener ya no estaban mas.

Pasó aproximadamente cuatro horas quejandose y sufriendo por su miseria, pero el orgullo y el odio creciente que reinaba en su corazón ganó la batalla y terminó por culpar al pequeño rubio de su desgracia y deseando devolverle lo mismo.

Mientras viajaba en su auto de regreso a casa, se repitía las razones del porque odiaba tanto a Park para tratar de convencerse de que de verdad lo hacía.

Al llegar a su gran casa se encontró con su hermosa novia esperando por él disfrutando de la piscina en un hermoso traje de baño, disfrutaría de la vista si no fuera porque tenía un humor de perros, ella tenía disposición completa de su casa por lo que no le extrañó que estuviera ahí, de hecho podría sacar aprovechó de esto y conseguir un buen sexo para sentirse mejor, quizás eso le subiría el ánimo.

Cuando se posicionó delante de ella, la chica se quitó las gafas y se mordió él labio.

-Jungkookie, ¿donde estabas?- lo jaló haciendo que se sentara a su lado para luego pararse y subirse a su regazo- No sabes lo caliente que estoy y quería que me atendieras bebé.

CAYENDO POR TI [Kookmin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora