Capitulo 4.- ¿REFUNFUÑON? ASI ME GUSTAS.

2.8K 312 170
                                    

Tequila, Jalisco, septiembre 2018

Han pasado ya tres semanas desde su llegada a México, tres semanas desde que se miraron por primera vez, tres semanas desde que Hiro hizo el ridículo frente a Miguel Rivera, el capataz de la Hacienda ¨Santa Cecilia¨, que tiene 35 años, tiene un hermano gemelo de nombre Marco que es musico, y una hermanita menor de nombre Socorro, que estudia artes interpretativas en la Universidad de Guadalajara, sus padres fallecieron cuando tenia 15 años, y es dueño de una pequeña cabaña a las afueras de la hacienda, la cual pertenecía a sus padres.

Si había logrado conseguir gran parte de su informacion en esas semanas, esta bien si era sincero, no era mucha informacion, no conocía tanto de su vida, y más porque lo había estado evitando o se mostraba muy grosero ante él, ignorándolo, o evitando alguna conversación, solo le dirigía la palabra para algo muy necesario, o un simple ¨Buenos Dias¨, cosa que lo hacía volverse loco internamente, y temblarle las piernas.

Que podia hacer, se ponía bastante nervioso solo al verlo pasar, y por eso prefería verlo de lejos, verlo desde el balcón todas las mañanas pasar montado su caballo sin camisa puesta, ir con el Sr. Montenegro a ¨supervisar¨ para poder verlo como flexionaba sus brazos al momento de barbear cada penca, ver aquella piel morena ser cubierta por una fina capa de sudor, y ya estaba delirando.

Si llámenlo puberto, hormonal y pervertido, pero en realidad no podia evitarlo, estaba completamente embelesado, no recordaba la ultima vez que se sintió asi, hasta se había vuelto un acosador.

- ¿Hiro?

Volteo para ver a su tía, si otra vez había pasado, como en las últimas tres semanas desde que lo vio por primera vez.

- ¿Sucede algo mijo?

-No tía, perdona, estaba pensando en... mamá y papá.

No mentía si pensaba en ellos, y los extrañaba, aunque les hablaba todas las noches antes de dormir, contándoles su dia, lo bien que se sentía, y que tanto extrañaba pasar tiempo con ellos, pero eso no estaba en su mente.

Ya que desde el dia que llego, y vio a Miguel Rivera, no podia sacarlo de su cabeza, solo se la vivía pensando en él, soñando con él, como sus brazos podrían sostenerlo con fuerza, como se sentirían sus labios sobre los propios... y ahí va otra vez volviendo a perderse en sus pensamientos.

-Veo que los extrañas mucho mijo, a cada rato te veo distraído, tal vez sea bueno que te regres...

-NO.

No dejo que terminara su tía, había casi gritado su respuesta, no queria irse, y no, si preguntan no, su razón de quedarse no era un hombre alto de 1.80, ojos cafés, piel morena, no, eran algo más fuerte que lo lastimaba el solo pensar en regresar a Londres.

-Perdóname tía, pero no quiero, y tú sabes por qué.

Ella asintió, acercándose a él y darle un fuerte abrazo.

-Gracias tía.

-No me agradezcas, por cierto, hoy tu tío y yo saldremos, llegaremos por la noche, asi que espero que no te sientas solo, y ya sabes cualquier cosa que llegues a necesitar se la pides a Miguel.

Otra vez ese nombre, le encantaba escucharlo, pero ya era suficiente con todo el revoltijo en su propia mente, como para que se lo recordaban a cada 5 minutos, y convertirse en una colegiala espiando a su crush.

Suspiro resignado, tenia que entender que ese nombre nunca podría dejarlo de escuchar, aunque quisiera.

Y asi paso su tarde, ayudando a su tía en lo que pudiera, siguiendo a su tío a supervisar, su típica y nueva rutina, no le molestaba, no le incomodaba, pero a veces quisiera volver a tener algo que hacer como cuando estudiaba, tener una meta, o proyecto al dia, saber qué hacer, y no nomas andar como perrito faldero siguiendo a su amo.

Sabor a Tequila ( Higuel )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora