Capitulo 24.- NUESTRO AMOR, DIO FRUTOS...

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Hospital Addenbrooke, Cambridge, Gran Bretaña.

Se encontraba recostado sobre la cama en una habitación del hospital, tenía que estar un tiempo ahí, por todas las heridas que tenía, pero más por su condición, le habían indicado que debía estar en observación por unas horas, para asegurarse que él bebe estuviera bien.

El aun consciente de todo lo que ocurría, había pedido y dado la indicación que a su familia no se le avisara de su estado, solamente de en qué condiciones estaba el, la verdad quería evitar gritos y confrontaciones, cosa que no iba a poder evitar toda la vida, pero por el momento sí.

Respiraba tranquilamente, sabía que estaba mejor y estaba seguro, sabía que todo iba a mejorar, habían arrestado a Kyle, no pudieron evitar lo que ocurrió con Miguel, y la verdad se cuestionaba porque diantres la policía no había hecho nada, acaso esto era una mala novela mexicana que una autora solterona de más de 20 estaba escribiendo (también te quiero cabron... vete a la vera... no espera si te vas ahí terminas con trillizos), no quería tener esa respuesta, pero estaba conforme con que las cosas estuvieran bien.

Aunque no iba a negarlo había estado demasiado asustado cuando vio al mayor caer, no quería volver a tener esa imagen en su mente, de su novio en el suelo rodeado de sangre, con una navaja clavada en la espalda, que casi le había atravesado al otro lado del pecho, era una imagen no muy gratas, pensó que lo había perdido.

-Buenos días joven... -de la tablilla que traía en sus manos reviso un poco los papeles para estar segura del nombre- Hamada ¿Cómo se encuentra hoy?

La enfermera había entrado a la habitación, seguida por los padres del japones, quería verlos, si, quería abrazarlo, también, pero aun así había un poco de resentimiento.

-Muy bien señorita.

- ¿Y?

Eso indicaba que le preguntaba de su pequeño.

-Muy bien también.

Le gustaba que le preguntaran, pero aun así no quería ser muy abierto en el tema, aun no, primero quería hablar con Miguel.

-Eso es grandioso, ahorita hare una revisión rápida para ver sus signos vitales, y de ahí ver que le indica el doctor, pero a lo que hemos visto puede que hoy salga del hospital a estar con su familia.

La salida, si la quería, no le gustaba ese lugar, muchos estudios y piquetes, bueno era un hombre embarazado, que casi fue violado, bueno lo fue, pero no quería hablar de eso, y que era intersexual, y más cosas raras que el mundo de la ciencia quería conocer, el solo quería su cama en la hacienda, y la suave brisa que entraba por la ventana, y claro ver a Miguel sin camisa, pero eso no lo diría en voz alta, no con sus padres presentes.

-Eso es grandioso hijo.

Ignoro el comentario de su madre, porque él estaba seguro de que en cuanto Miguel saliera y el pudiera tomar un vuelo, ambos se regresaban, y ahora si no iba a ver forma que los separaran.

- ¿Señorita?

-Dígame joven Hamada.

Miro unos segundos a sus padres y volvió la vista a la enfermera.

-Rivera, soy el Sr. Rivera.

Ella lo miro unos segundos volviendo a revisar sus papeles que le había entregado, donde indicaba toda la información del paciente.

-Pero...

-Mi padres aquí presentes aun no aceptan el hecho de que, y estoy casado, y cambien mi apellido a Rivera hace tiempo, que, por cierto, sé que mi esposo está a unas habitaciones de aquí ¿podría decirme como se encuentra?

Sabor a Tequila ( Higuel )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora