Tequila, Jalisco, octubre, 2018.
-Tenemos que volver.
-Pero...
Miguel volteo a verlo, asi que solo suspiros resignado, era verdad y estaba seguro de que el tampoco queria irse, y que deseaba quedarse toda la vida sosteniéndolo entre sus brazos, disfrutando de cada mañana, disfrutando esos hermosos momentos después de una noche donde se prometieron amarse por toda la vida.
Donde solo les importo unirse, sentirse, amarse, entregándose, sintiendo como su propio cuerpo reaccionaba al del otro, como el calor de ambos cuerpos habían llenado el ambiente.
-Nada de, pero amor tú sabes que en algun momento debemos de hacerlo.
Otro suspiro de resignación salió de sus labios, porque lo sabía bastante bien, que debían regresar lo más pronto posible, porque podría llegar a ser mucho peor si no lo hacían en ese preciso momento, asi que era por el bien de ambos.
-Está bien, amor ire a vestirme.
Hiro se levantó de muy mala gana, cubriéndose el cuerpo con la sabían, llámenlo infantil, por estar haciendo berrinche frente al mayor, pero él no deseaba irse tan pronto, el deseaba quedarse por mucho más tiempo, eso era lo que más deseaba, solo seguir recostado disfrutando de ese momento.
Al intentar levantarse de la cama, ya cubierto con la sábana blanca, sintió una fuerte punzada en la espalda baja, el dolor de aquella sensación provoco que callera a la cama nuevamente.
-FUCK!
Se sonrojaba por el hecho de que sabía perfectamente por qué aquel dolor, solo se quejaba un poco porque no podia levantarse fácilmente, le era bastante complicado.
Miguel se levantó de la cama para, Hiro lo miro con un poco de odio, porque claro, a él no le habían metido nada por el trasero, y podia caminar fácilmente.
-Deja te ayudo mi amor.
Le ofreció su mano para ayudarle a levantarse, Hiro era un poco orgulloso, pero todo eso se fue al carajo cuando lo miro parado frente a él, todo se le olvido, hasta los insultos que pensaba decirle.
Solo estaba embobado por aquella imagen que estaba frente a él, aquella piel morena, que era iluminada por los rayos de sol que escapaban por la pequeña ventana, ese cuerpo marcado que muchas veces idolatro cuando lo miraba trabajar a escondidas, esos fuertes brazos que anoche lo habían sostenido.
Y esa mirada, esa hermosa mirada, que siempre estaba seria, perdida, enojada, pero cuando lo miraba de lejos, ahora mostraba una calma y un brillo especial, provoco que se sonrojara, sentir esa calmada mirada sobre su cuerpo, lo ponía nervioso, logrando que agachara la cabeza, ocultando como su rostro estaba completamente rojo.
Era ironico después de la noche que habían pasado, donde la vergüenza y los nervios habían desaparecido, para darle rienda suelta al amor que sentían, ahora se comportaba como el mismo de siempre, nervioso, sumiso y tímido, ante ese hombre.
Lentamente levanto una mano, tomando la de Miguel, para ayudarse para poder levantarse de la cama, ya que se le complicaba aun, por el agudo dolor en la espalda baja.
Con ayuda de su novio se levantaba poco a poco, sosteniendo con una mano la sabana, para cubrir su cuerpo.
Al estar levantado por completo, intento caminar, era bastante cuidadoso, no queria caer por el dolor, ya que no se le pasaba, ya al por fin sentirse seguro miro a su novio.
-Ire a vestirme.
Se agacho un poco, aun sintiendo el dolor, tomando las pocas prendas que la noche anterior le habían quitado, con un gran sonrojo en las mejillas, intentando caminar para retirarse de ahí, porque sentía la mirada penetrante del hombre, como le recorría el cuerpo.
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Sabor a Tequila ( Higuel )
RomanceDos mundos distintos unidos por un mismo sentimiento, amandose a escondidas por el miedo a que sean separados. Un dulce sabor amargo, que quema la garganta, un dulce sabor amargo que llena el alma. Un dulce sabor amargo que combina perfectamente con...