Capítulo 22.- PRONTO SERA...

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Londres, Gran Bretaña.

Miraba por la ventana como su avión aun iba en el aire, podía notar las nubes, bueno a quien mentía era de noche, había perdido la noción del tiempo, pero ya se estaba acercando a la pista de aterrizaje, habían sido 22 horas bastante largas, o eso era lo que él creía, una escala en algún país al que no le prestó atención que estuvo como 4 horas, o más, para volver a salir nuevamente de viaje, solo recuerda haber bajado del avión y subir a otro, no comida, no descanso, no sabía como era el que podía resistir demasiado, a quienes engañaban el tenía la razón más importante de poder resistir todo, para solo mirar por la ventana todo el recorrido que hizo en el mundo solo para llegar a su destino.

Todo el trayecto había tenido de compañera a las dulce viejecita, quien le hacía platica y le contaba de su vida casa, al igual que él le contaba de su relación con el japones, y lo dulce y adorable que es.

No iba a negarlo, pero cada que hablaba de Hiro, parecía un adolescente enamorado, ese joven se había vuelto en su única razón de ser y de vivir, solo quería volverlo a ver lo más pronto posible.

Soltó un suspiro adolorido, su corazón estaba lastimado, pero entro en si cuando sintió la mano de su compañera de viaje indicándole algo.

-Mijo vamos a descender en poco tiempo.

-Gracias.

Tomo la mano de la ancianito unos segundos, indicándole que la había escuchado, para colocarse el cinturón de seguridad, porque pronto llegaría a las tierras donde su amado estaba, esperando por él, bueno eso sentía en su corazón, aunque no sabía en qué lugar estaba, mas no quería imaginarse lo peor, no quería hacerlo.

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Hiro sentía ese frio recorrerle, ya no sabía si era de día o de noche, ni que día de la semana era, o si era el mismo, o si es que habían pasado algunos cuantos mientras estaba ahí encerrado, solo podía saber y estar consciente que sentía el frio y la humedad, sentía miedo pero debía ser fuerte, había logrado defender su cuerpo o mejor dicho a su bebe, debía protegerlo con todas sus fuerzas, hasta que Miguel fuera por él, porque el sentía que así seria, que el iría por ellos a sacarlos de ese horrible lugar, para ambos regresar a México donde estarían seguros.

Estaba tan concentrado en sus pensamientos, en el recuerdo y la pequeña esperanza que aún le quedaba para darse cuenta de las cosas que ocurrían a su alrededor, y que su captor estaba nuevamente en el área, solo de esa manera pudo enterarse cuando escucho un metal caer al suelo, un plato con lo que podía notar un pan, y nada más, provocando que saltara un poco en su lugar, y volviera a protegerse, más su vientre.

- ¿Ni creas que te dejare morir, aún tengo muchos planes para ti?

Hiro controlando su respirar, y pegándose más a una de las esquinas de la pequeña jaula, miraba a Kyle que estaba de pie frente a él, con esa sonrisa que tanto miedo le daba, no era capaz de ver más, o de siquiera ver al piso lo que había.

-Espero que te comas eso, ya que necesitaras energías.

Esa misma sonrisa que lo hacía temblar de miedo, esa risa, la escuchaba como eco en sus oídos, en su mente, solo miraba atento a la delgada figura de Kyle retirarse, alejarse de él, previniendo que no volteara para volver a lastimarlo.

Para volver a intentar tocarlo, a besarlo, a hacer lo que quisiera con él, era malo lo que hacía, era malo el pensar en su amado cada que ese hombre se le acercaba, dolía menos, se sentía menos sucio, le daba fuerzas para seguir, para proteger a su pequeño.

Una lagrima se escapó, volvía a llorar en silencio, volvía a llorar en el frio de ese lugar, evitando un alimento nuevamente, solo quería salir de ahí lo más rápido posible.

Sabor a Tequila ( Higuel )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora