Capítulo 23.- AQUÍ ESTOY MI AMOR...

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El japonés seguía forcejeando con toda su fuerza, retorciéndose del agarre de Kyle, intentando liberarse, aunque fuera completamente inútil, porque no le era imposible, estaba siendo arrastrado por todo el suelo, sin importar que sus gritos y quejidos de dolor se escucharan por todo el edificio, y los que estaba afuera pudieran escucharlos.

Para Kyle era algo que estaba disfrutando, ver el dolor en el rostro y el cuerpo del japonés, verlo llorar y quejarse, ver así que esto era ocasionado por su propia causa, igual que el día anterior en que estuvieron a punto de casarse, como sus amigos lo estrenarían, para estar preparado para él.

Hiro intentaba encajar sus uñas o sus dedos con el deseo de buscar con que detenerse, pero no era posible, ya no tena esa fuerza, eso para Kyle era algo bueno, ya que pudo aprovecharse, tomando al japones y colocándose sobre él, deteniendo las delgadas piernas con sus rodillas, y las lastimadas muñecas con sus grandes manos.

Por fin teniéndose debajo de él, sumiso, débil, sabía que así podría lograr lo que el quería, porque por fin le pertenecería y ese cuerpo seria suyo, eliminando cada rastro del cuerpo del mexicano, junto con el bastardo que había dentro de ese cuerpo.

Con un una soga ato las manos de Hiro, para poder liberarlo de las manos, ya que debía realizar un pequeño asunto en el cuerpo.

No fue cuidadoso como Miguel solía hacerlo, pero le arranco los pantalones dejándolo descubierto, rasgándolos con un cuchillo que tenia en la mano, para luego colocarlo sobre el vientre del japones.

-No creo que quieras moverte cariño, si quieres que este engendro aun siga vivo.

Con miedo no se movió más, no quería que matara a su pequeño, sin que su padre supiera la existencia de él.

-Así es cariño, disfrutaras mis caricias, mis besos mas que las de ese estúpido que te mancho, si tan solo ese día hubieras aceptado que fueras mío, te juro que nada de esto pasaría, pero tú.

Paso sus labios sobre el cuello del japones, saboreando la sangre que había salido de las heridas marcadas, u una mano la bajaba justamente al entrepierna, comenzado a tocarlo.

Hiro solo podía llorar por ello, ya no podía hablar, ya no podía hacer anda, solo llorar, solo dejarse tocar por Kyle, deseaba en ese momento que Miguel apareciera, pero, aun así, aunque rezara con fuerzas, Miguel se encontraba en México, y no en ese lugar para poder sacarlo de esa horrenda pesadilla.

Solo esperaba que Kyle no le hiciera nada a su bebe, podía a él hacerle lo que quisiera, pero a ese pequeño ser no, el no tenia la culpa de lo que estaba pasando en esos momentos.

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Dos horas antes en Cambridge, Gran Bretaña.

Habían llegado a las 4 de la mañana a la estación de policía en Cambridge, donde les pidieron que se presentaran, ya que lograron obtener algunas pistas que pudieran ser de mucha ayuda. de donde podría estar el japones, ya que desde que se les dio la orden comenzaron con la búsqueda de este.

Habían sido dos horas de camino, a causa de trafico pro la gente que salia a caminar, había sentido que era mucho mas largo que su propio viaje en avión, el motivo era que ahora sabia algo de Hiro.

Ya que desde que encontraron a uno de los amigos de Kyle, bueno la verdad desde que el había ido el mismo a denunciar lo que ocurría, lograron conseguir muchas pistas que les ayudaban a encontrar más rápido al joven japonés.

Eso lo desesperaba un poco, pero sabia muy bien el hecho de que pudieran tardar, porque encontrar a una persona suele ser algo complicado, algo que dure semanas o meses, o años, pero ahora solo estaba durando días,

Sabor a Tequila ( Higuel )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora