C3: Adrenalina.

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Danna inspiró profundamente y comenzó a caminar lentamente aferrándose al tirante de su mochila, ignorando a cualquier persona que se cruzase por su camino. Y es que la noche anterior no había dejado de pensar en todo lo que pasaría cuándo sus nuevos compañeros de universidad se enteraran que ella era la hija del nuevo director.

Amaba a su padre pero comenzaba a pensar que asistir a la misma escuela donde él trabaja más que ser bueno resultaba contraproducente. Siempre terminaba aislada del resto y eso definitivamente no era bueno.

Soltó un prolongado suspiro y siguió con su camino lentamente sin levantar la mirada. Hasta que por segunda ocasión chocó con un cuerpo más grande que el suyo. Se quedó completamente quieta y cuándo levantó la mirada se encontró de frente con los ojos castaños de Christopher Vélez.

—Uh...hola, gatita.—saludó en voz baja. Danna lo contempló en completo silencio y se apartó de inmediato.

—Mi nombre es Danna—le espetó entre dientes.

—Lo sé pero la verdad es que me gusta más llamarte gatita—la muchacha puso los ojos en blanco y siguió con su camino—¿Tu mamá no te enseñó que es de mala educación dejar las personas cuándo están teniendo una charla contigo?—cuestionó siguiéndole muy de cerca.

—¿Por qué me molestas?—preguntó de repente.—Si lo que quieres es hacer el tipo de cliché de las películas románticas que suelen pasar los sábados por las tardes de una vez te digo que no estoy interesada, muchas gracias—le explicó mirándole.

—¿Cliché de películas románticas?—interrogó él con una sonrisa burlona. Las mejillas de Danna se sonrojaron de manera inmediata y soltó un pequeño jadeo.

—Oh, por favor...sólo déjame en paz—pidió en un murmuro.

—Escucha...creo que comenzamos mal tú y yo...digo después de todo vamos a estar en el mismo salón de clases y vamos a ser compañeros...creo que podríamos llevarnos bien ¿No lo crees?—ofreció tendiéndole su mano.—Déjame presentarme formalmente. Soy Christopher Vélez pero tú puedes llamarme Chris. Así es como me llaman todos mis amigos...

Danna lo contempló en silencio y volviendo a obedecer todas y cada una de las reglas que le había enseñado su madre; la tomó. De inmediato sintió algo dispararse por todo su cuerpo y apartó la mano.—Danna Allye Francis—respondió ella y la sonrisa de Christopher se esfumó de golpe.

—¿Francis...? ¿Ese no es el apellido del nuevo rector?—cuestionó. Danna apartó la mirada de inmediato y observó con renovado interesa la punta de sus zapatos.—¿Eres familiar suyo o algo así?—agregó mirándole fijamente.

Danna inspiró profundamente llenando de aire fresco sus pulmones y lo volvió a contemplar en silencio.—Es mi papá—anunció lentamente. Christopher le sonrió de nueva cuenta y sin más preámbulos depositó un pequeño beso en su mejilla.

La piel de Danna se erizó de inmediato y cerró sus ojos apenas la loción del muchacho se coló por sus fosas nasales e hizo que su corazón diera un par de saltos dentro de su pecho.—¿Amigos?—preguntó pausadamente.

—...amigos...

(...)

—¡Dime algo!—pidió la rubia acercándose hasta Danna que permanecía sentada en su butaca haciendo dibujos en su libreta.

—¿Qué cosa?—cuestionó la castaña.

—Esta mañana justo cuando llegaba a la universidad lo primero que vi fue a ti con Christopher Vélez, charlando...luego él tomando tu mano y por si fuese poco...a él besándote en la mejilla, Danna—le espetó tan llena de emoción que Danna rio en voz baja.

ADRENALINA (Éxtasis #1)|C.V.|Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora