—¡Buenos días, Dan!—saludó Hailee llegando hasta ella. La castaña le ofreció una pequeña sonrisa antes de volver a llevar su atención hasta la pantalla de su celular donde una fotografía de ella y Christopher descansaba.
La noche anterior ni siquiera había sido capaz de dormir porque todos y cada uno de los omentos que había vivido con Christopher se rebobinaban dentro de su cabeza una y otra vez como si se tratase de una presentación de diapositivas.
—Buenos días—respondió simplemente.
—¿Y esa sonrisa tan linda que tienes el día de hoy a que se debe?—cuestionò sentándose a su lado. Danna rio en voz baja y apagó su celular antes de guardarlo dentro de su mochila.
—A nada en especial—musitó dejando escapar un pequeño suspiro. —Sólo tuve un buen fin de semana y eso es todo—agregó encogiéndose de hombros.—¿Tú que hiciste?—preguntó sonriéndole ampliamente.
—Nada, de hecho este ha sido el fin de semana más aburrido que he tenido en mi vida—declaró en medio de una mueca de frustración en el rostro.—Odaly estuvo de mal humor todo el día y fue totalmente irritante con todo el mundo, de verdad que no hubo poder humano quién la aguantara—explicó y Danna parpadeó un par de veces.
—¿Por qué?—peguntó lentamente.
—No tengo ni idea pero después de que salió con uno de sus amigos regresó de tan mal humor que literalmente pasó toda la tarde encerrada en su habitación—musitó la rubia al tiempo que Christopher Vélez entraba en el aula con una sonrisa pintada en el rostro.
—Buenos días, compañeras—saludó el muchacho pasando de lado sin darles incluso tiempo de responder.
—Guau—murmuró Hailee y Danna apartó la Mirada de inmediato tratando de no mirar mucho en dirección a donde Christopher estaba por tomar asiento.
Su piel se erizó de inmediato recordando la maravillosa cita que había tenido con Christopher. ¿Cómo es que ese chico que parecía realmente rudo y encima le gustaba correr en carreras clandestinas por las noches también fuese el chico más tierno del mundo. Recordaba sus brazos rodeándola con fuerza y sus labios en su mejilla.
—¡Danna!—chilló Hailee y la castaña parpadeó un par de veces.
—Hola, Dan—levantó la mirada y su corazón se aceleró apenas detectó a Erick frente a ella observándola fijamente—¿Podemos hablar?—cuestionò sonriéndole un poco a la muchacha.
—Claro—susurró poniéndose de pie.
Christopher Vélez no podía creer lo que estaba viendo. Erick estaba inclinado sobre el pupitre de Danna, sonriéndole y ella estaba yéndose con él. Apretó sus puños fuertemente y se puso de pie completamente decidido a ir detrás de ellos. Y eso hubiese hecho si no hubiese sido porque en el mismo momento n el que dio la primera paso la melena rubia y los ojos verdes de Odaly Smicth quedaron a su vista.
La chica avanzó directamente hasta el pupitre del muchacho y le ofreció una amplia sonrisa. —Hola, Chris—saludó sin dejar de mirarlo a los ojos. —Y hola, Richard...
—Hola—respondió Richard de mala gana antes de colocar los auriculares en sus oídos para ignorarla. El hecho de que la rubia no le caía del todo bien era más que evidente.
—Hola—murmur Christopher—Odaly yo...
—Te llamé ayer por la tarde pero jamás respondiste—comentó y Christopher soltó un suspiro exasperado.
—No vi ninguna llamada tuya—declaró—Creo que mi teléfono está fallando o algo así...—mintió.
La verdad es que había visto las llamadas de la chica pero en ese momento para él era más importante estar junto a Danna.—Claro, en fin. No importa—respondió sentándose frente a él.—Estoy aquí para hablarte de dos cosas—sonrió la chica—La primera es que te conseguí la carrera del siglo contra Zabdiel De Jesús...la paga es de diez mil dólares...es la carretera vieja que está inservible...Blondi apostó por ti incluso antes de que tú aceptaras porque sabía que después de que hablaras conmigo ibas a aceptar...—rio en voz baja—Es la carrera más importante del año... ¿Qué dices? ¿Aceptas?—cuestionò sin dejar de observarlo con sus penetrantes ojos verdes.
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ADRENALINA (Éxtasis #1)|C.V.|Terminada.
FanficLIBRO UNO: ADRENALINA. LIBRO DOS: OPIA. LIBRO TRES: ÉXTASIS. _ _ _ ÉL vivía de ella. ELLA no la conocía. Hasta que sus vidas más que cruzarse, se enredaron. _ _ _ _ ¡D A N P H E R está de vuelta!