Zootrópolis. La Amenaza.

Cap 5 Sueños desesperados

Después de la charla con Bruto, éste dió la señal para que diera comienzo el baile, Nick y Hopps, aguardaban inquietos el momento por el que se habían preparado. El baile de salón que practicaron con mucho esfuerzo y dedicación.

Por su parte Judy, sentía cierta vergüenza. La gente a la que iba a bailar no eran aquellas a las que bailó de pequeña en Bunny Burrows. Muchos de ellos, vestían con trajes elegantes y de diseño. Gente que si no era aristócrata al menos lo rozaban. Y era normal. Después de todo, la Mafia de los Mascarpone, se convirtió durante años en el centro de las miradas del crimen organizado de Zootrópolis, que ayudó a la exportación de armas y sustancias peligrosas y de gran valor durante muchos años.

Los Mascarpone, se aseguraron un puesto en la cúspide de la historia. Y su fundador, Bruto Mascarpone, siempre seria recordado por parte de la familia, por ser el que trajo todo desde Italia.

Todas las parejas de diferentes razas y tamaños, se congregaron en la zona de baile. Los más pequeños en una mesa donde poder bailar sin miedo a ser pisados. Dónde Bruto y su familia de roedores se encontraban. La música era una particular sintonía de Jerry Vole. El cantautor favorito de Bruto. La música de aquellas épocas transportaban al tiempo de las grandes mafias, donde el honor y el respeto eran más valiosos que el propio dinero que ganaban.

No obstante, aprovechando el mejor momento, Nick dió una señal al Dj para que iniciara la canción.

—¿Lista Zanahorias?

—¡Vamos allá! —respondió Judy.

El Dj reprodujo la canción y la puso en pista, dejando algo cortados a los demás durante un momento. A algunos les disgustó hasta entender el porqué de ese cambio tan repentino.

El piano de la canción comenzó a sonar y Nick y Judy algo tensos, se arrejuntan en el centro, actuando como en una película y adoptando posturas de referencia. En el segundo pase del piano, juntaron su pata derecha una con la otra y dieron una vuelta juntos, al ritmo de la melodía.

Ni Bruto, ni ninguno de los allí reunidos sabían nada. Y todos, miraron extrañados a la pareja. La canción. "Por mil años más" Se empezó a escuchar.

Nick se agarró a ella y empezaron el paso. Ambos algo descoordinados en un principio, a causa de los nervios que florecieron. En sus ensayos nunca vieron a tanta gente pero por un momento se centraron. Tras una primera vuelta de Judy, Nick se aferró mejor a ella y siguieron el paso juntos. Mirándose únicamente a ellos y olvidando todo lo demás. Poco a poco, los nervios se fueron. Y la torpeza la reemplazaron por pasos decididos y más precisos. Como verdaderos profesionales. Judy en sus vueltas completas y Nick en sus pasos y su agarre respetuoso y decidido.

El dúo de bailarines, consiguió cautivar la mirada de todos. Y algunas parejas decididas, se acercaron a tratar de bailar al paso Animando más a la pareja a seguir. En la parte lenta. Judy se dejó caer al pecho de Wilde. Y este, la azuzó con un abrazo. Un abrazo que se convirtió en un deseo irrefrenable de hacer algo más con ella. Una pasión que despertó de su interior. Todo parecía ir bien. Y el baile era perfecto. Ambos volvieron a mirarse, esta vez más cerca. Una atracción los llenaba de pasión, y sus mentes, conspiraban para darse lo que sería un primer contacto. Un momento de locura.

Continuaron dando vueltas en el escenario, acompañados de otras parejas. En la segunda vuelta de la canción, Nick dudaba de sí mismo. Había una imagen que nó se le iba de la cabeza. Una que no podía hacer realidad pero ansiaba. Por otro lado, Judy notó algo en su mirada que la hizo sentir confundida. Aquellos ojos verdes la cautivaron a medida que su cuerpo iba y venía de un lado al otro. Volvió a sentir que algo en su interior se despertaba. Una especie de deseo insaciable hacia él. Hacia sus ojos y hacía su mirada inocente, y gentil. La coneja sonrió al mismo tiempo que él y terminaron aquel baile con una sencilla vuelta, donde Judy acabó agarrada en sus tiernos y fornidos brazos. Sintiendo su aliento agitado, a la misma velocidad que su corazón que se descontrolaba, además de un extraño calor.