Capitulo 15 El Títere

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El resto de la semana transcurrió con calma. La ciudad, envuelta en un miedo cada vez en aumento gracias a los medios, era vigilada por la policía que aguardaba el momento en el que otro ataque terrorista se perpetuara por las calles.

La investigación de Nick y Judy sólo apuntaba a un sitio, el club La Gran Zarpa. El lugar donde un operativo de una desconocida organización responsable del secuestro de Edward se escondía en sus muros.

En el resto de la semana, Nick y Judy habían estudiado el club buscado información del dueño y sobretodo de su actuación en la infiltración. Pero no solo esto estaba en marcha. La incesante desaprobación y rechazo tan repentino de la idea por parte de Richard había hecho saltar una alarma en Nick. Cosa que éste vigiló desde su charla con Ezrael. El abogado ya imputado como asesino a sueldo y que "según él" corría peligro.

El viernes transcurría como el resto de días anteriores: lento, sin resultados y con la moral cada vez más baja.

La desaprobación de Richard hacia los planes de ambos era más frecuente y con ello, las sospechas de Nick empezaban a tomarse a lo personal la actuación de este. Nick estudiaba la pizarra con atención, mirándola de reojo en busca de algún lugar que mirar sin resultado. Sólo se sabin tres cosas: la desaparición de Edward no fué casual, allanaron y robaron sus equipos informáticos y su muestra X1 del laboratorio y se trataba de algo más grande que aún desconocían.

—¿Ves algo? —Dijo Judy a su oído asustando a este.

—¡Nah! ¡Me has asustado!

—¡Perdon Nick, no era mi intención, solo te queria dar café! —dijo extendiendo una taza de café del que acostumbraba en la mañana.

—Gracias zanahorias. —Le respondió éste agarrando el café y dando un sorbo que lo acogió plácidamente.

Judy se sentó a su lado mirando también la pizarra.

—¿Has visto algo? —Preguntó ella.

—No, tan sólo lo de siempre. —Wilde tomó un sorbo y continuó. —Estuve preguntando sobre lo del portatil. Me dijeron que rebuscaron por toda la zona, pero no había ni una sola pista. ¿Cómo pudieron entrar sin dejar nada?

—Solo cabría la posibilidad de que alguien los dejara entrar. —Respondió ella dubitativa.

—Hum... Tal vez...

Ambos se recostaron en su asiento observando la pizarra con mirada perdida. Aquellas imágenes y guías estaban ya grabadas a fuego en sus cabezas. El mismo Bogo, reconoció que no recuerda nunca un caso tan complicado como éste, un caso que por pruebas circunstanciales ya ha determinado otras dos sub investigaciones. Una de ellas de asuntos internos.

La comisaría estaba tranquila pero por una razón específica, dos noches atrás un nuevo ataque terrorista de origen desconocido acabó con la vida de dos mamíferos que paseaban cerca de un coche bomba. En la comisaría, continuaban las extensas investigaciones, tortuosas para las neuronas de muchos que ya solo recababan información sin sentido. Los responsables de todo aquello, los criminales que estaban detrás de semejante desastre, seguían ocultos e incluso las organizaciones criminales cesaron su actividad.

Bogo tocó la puerta de la habitación y saludó a la pareja.

— Buenos días agentes.

Judy y Nick se voltearon asombrados y al ver quien era, se levantaron para estrechar la mano de Bogo.

—¡Buenos días jefe! —Saludó Wilde asertivamente.

—Buenas Wilde. —Respondió. —¿Cómo vais con el caso?

Zootrópolis. La Amenaza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora